capitulo#1:El inicio de un sentimiento

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-Sabes en este mundo hay-hay muchas personas pero ni una como tu

 Hace dos años...

Era una tarde como cualquier otra en el colegio. Aisha no solía prestar atención a los nuevos estudiantes, después de todo, apenas si conocía a la mayoría de sus compañeros, a pesar del tiempo que llevaba ahí. Sin embargo, esta vez fue distinto. Sus ojos se detuvieron en un chico que jamás había visto antes. Había algo en él que le resultaba... fascinante.

—¿Quién será? Nunca lo había visto... se me hace muy atractivo —murmuró para sí misma, sin darse cuenta de que lo admiraba fijamente.

—¡¿Qué te pasa, tontita?! —dijo de repente Dalia, su mejor amiga, dándole un leve golpe en el hombro y sacándola de su trance.

Aisha se sobresaltó y frunció el ceño.

—¡Ugh, nada! —respondió, intentando disimular.

—Ajá, claro... —Dalia esbozó una sonrisa burlona—. ¿Te interesa el chico, eh? —preguntó señalándolo discretamente.

—¡Aaaa, no! ¡Claro que no, no, no! ¿Y a ti qué te importa? —exclamó Aisha, nerviosa.

—¡Ush, qué grosera! Mejor me voy —dijo Dalia con un falso puchero, alejándose un poco.

—¡Ay, no te vayas! Lo siento... —Aisha corrió tras ella.

Dalia se detuvo, fingiendo dudar, antes de girarse con una sonrisa juguetona.

—Está bien, pero dime... ¿te gusta ese chico?

—¡Pues no! No lo conozco, recién lo veo, loca —se defendió Aisha, cruzándose de brazos.

—Sip, lo sé. Pero, ¿y si es amor a primera vista? —dijo Dalia entre risas.

—¡JAJAJAJA! Déjame reírme. No creo en esas cosas —respondió Aisha con tono sarcástico.

—Bueno, bueno... ya vámonos al salón —dijo Dalia, encogiéndose de hombros.

Mientras caminaban, Aisha no podía evitarlo. Su mente no dejaba de formular preguntas: ¿Cómo se llama? ¿Cuántos años tiene? ¿Tendrá novia? ¿Por qué se me hace tan atractivo? ¿En qué salón estará? ¿Podría llegar a amarlo en el futuro?

—¡Aisha! ¿Qué tienes? —La voz de Dalia la sacó de sus pensamientos.

—¿Eh? ¿Nada, por qué? —dijo Aisha, tratando de sonar natural.

—Estabas perdida, sudando y con cara de que ibas a desmayarte. Me preocupé, pensé que te estaba dando ansiedad o algo —comentó Dalia con tono serio.

—¡No, no es eso! —se apresuró a aclarar Aisha.

—Bueno, mejor pon atención si quieres pasar al próximo grado, ¿ok? —le aconsejó su amiga.

—Sí, sí, sí... —Aisha agitó la mano, fingiendo desinterés, pero en su interior seguía sintiendo ese extraño cosquilleo.

Esa noche, después de clases, se dio cuenta de que, sin querer, ese chico le había provocado algo. Solo con verlo, su corazón latía con fuerza. Le atraía muchísimo, y no podía evitarlo.

—Oye, Dalia...

—¿Qué pasa? —preguntó su amiga sin levantar la vista de su teléfono.

—Ese chico... —Aisha titubeó—. Bah, mejor olvídalo.

Dalia alzó una ceja y sonrió con picardía.

—¡Ajá! O sea que sí te gusta. Mira, es normal, pero aceptémoslo: solo sabes de su existencia, y él ni siquiera sabe que tú existes —comentó con una carcajada.

Aisha bajó la mirada, desanimada.

—Sí, lo sé... pero se vale soñar, ¿o no?

—¿Soñar? —Dalia suspiró—. Soñar no te servirá de nada, Aisha.

—¿Por qué eres tan pesimista? Primero dices que podría ser amor a primera vista y ahora me sales con que soñar no sirve... ¿En qué quedamos? —preguntó Aisha, confundida.

—No soy pesimista, soy realista. No voy a decirte mentiras. ¿Quieres escucharlas? Está bien, sueña todo lo que quieras, eso te ayudará mucho —dijo Dalia con ironía.

Aisha bufó, sintiéndose frustrada.

—De verdad que a veces no te entiendo, Dalia. Bueno, vámonos a clases.

—Sí, sí, vámonos —dijo su amiga, siguiéndola.

Aisha pensó en sus palabras. Tal vez Dalia tenía razón. Soñar no cambiaría nada... o al menos eso creía.

Dos meses después...

—¡Aisha, por favor, pon atención! —exclamó Dalia en plena clase.

—Perdón, perdón... es que Birsha me pasó un papelito con algo interesante —se disculpó Aisha.

Dalia frunció el ceño, molesta.

—Ay, tú y esa Birsha... ya ni siquiera pasamos tiempo juntas por su culpa —reclamó con tono resentido.

—Lo siento, pero ella es nueva y no tiene amigos. Perdón, luego pasamos tiempo tú y yo, ¿sí? —propuso Aisha con una sonrisa conciliadora.

Dalia suspiró, todavía molesta, pero asintió.

—Está bien, pero ahora pon atención.

—Sí, sí... —Aisha volvió la vista al frente, aunque su mente estaba en otro lugar.

De repente, sin previo aviso, apareció él...

Y su mundo se detuvo por un instante.

Y su mundo se detuvo por un instante

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Flores MoradasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora