—[Pedri]—
Después de un rápido desayuno, pues no soportamos el ambiente depresivo que se instalo en el comedor, subimos a la habitación para terminar de hacer nuestras maletas antes de partir. Desde mi cumpleaños, Pablo había vuelto a mi habitación, lo cual me reconfortaba y hacía que no me sintiera tan solo. Conocía a Pablo lo suficiente como para saber que en momentos como estos prefería estar solo. Al entrar, lo vi ponerse los auriculares y comenzar a organizar sus cosas sobre la cama.
Yo seguí su ejemplo, aunque mi maleta ya estaba en gran parte ordenada. Decidí no usar auriculares por si Pablo necesitaba hablar o simplemente compañía. Pronto, terminé de empacar y salí al balcón para disfrutar de la vista por última vez antes de partir.
El aire fresco de la mañana me ayudó a despejar la mente, aunque la tristeza y la frustración por la eliminación del Mundial seguían pesando en mi corazón. Me preguntaba constantemente si podría haber hecho algo diferente, si había fallado en algún momento crucial del partido. Esas reflexiones me abrumaban, haciéndome sentir una carga de responsabilidad que era difícil de soportar.
Después de un rato, sentí la presencia de Pablo a mi lado en el balcón. Había dejado de lado los auriculares y se unió a mí en silencio. Durante unos momentos, ninguno de los dos dijo nada, simplemente compartíamos el paisaje y la sensación de pérdida que ambos experimentábamos.
Finalmente, Pablo rompió el silencio con palabras cargadas de frustración.
—No es justo, Pedri. Trabajamos tan duro, y aún así no fue suficiente.
Asentí con tristeza, compartiendo su sentimiento de injusticia.
—Lo sé, Pablo. Hicimos todo lo posible. A veces, simplemente no es nuestro día.
Pablo dejó escapar un suspiro pesado, reflejando su propia autocrítica.
—No puedo evitar sentir que pude haber hecho más. Que cometí errores en momentos clave.
Coloqué una mano reconfortante sobre su hombro, buscando transmitirle apoyo.
—No te castigues así, Pablo. No fallaste. Eres un gran jugador, y lo que sea que sientas ahora, no cambia eso.
Pablo me miró con gratitud, aunque sus emociones seguían mezcladas.
—Gracias, Pedri. En serio. No sé qué haría sin ti.
Nos quedamos en silencio por un momento más, encontrando consuelo mutuo en la compañía del otro frente a la derrota. Aunque el dolor aún persistía, también nos aferrábamos a la fortaleza que encontrábamos juntos.
—🌱—
El anuncio de embarque interrumpió el silencio del aeropuerto, llamándonos a todos a dirigirnos hacia la puerta de abordaje. El vuelo de regreso fue tranquilo y reflexivo. Cada uno estaba sumido en sus propios pensamientos y sentimientos sobre lo que habían enfrentado como equipo y como amigos. Desde mi asiento, observaba a través de la ventanilla mientras el avión despegaba, perdido en mis reflexiones sobre todo lo que habíamos pasado juntos.
Pablo estaba a mi lado, mirando por la ventana con una expresión pensativa. Quería decirle más, asegurarle que no estaba solo en todo esto, pero entendí que a veces las palabras no eran suficientes. Sin embargo, hice una promesa silenciosa para mí mismo de estar allí para Pablo en cada paso del camino que tuviéramos por delante.
Siendo descuidado tome su mano todo el viaje y lo deje dormirse sabía que estaba agotado por llorar demasiado anoche.
—🌱—
El anuncio de embarque interrumpió el silencio del aeropuerto, llamándonos a todos a dirigirnos hacia la puerta de abordaje. El vuelo de regreso fue tranquilo y reflexivo.
Cada uno estaba sumido en sus propios pensamientos y sentimientos sobre lo que habíamos enfrentado como equipo y como amigos. Desde mi asiento, observaba a través de la ventanilla mientras el avión despegaba, perdido en mis reflexiones sobre todo lo que habíamos pasado juntos.
Cuando llegamos al aeropuerto de Madrid, nos despedimos de nuestros compañeros de equipo que se dispersaron en diferentes direcciones. Pablo y yo nos detuvimos cerca de la zona de seguridad, donde tendríamos que separarnos.
—Hasta luego, Pablo —dije, Dandole un beso en la frente antes de irme.
Pablo asintió, aceptando mi gesto con una sonrisa suave.
—Hasta luego, Pedri. Cuídate mucho.
Nos abrazamos brevemente, compartiendo un momento de camaradería y apoyo antes de seguir nuestros caminos separados. Pablo se alejó hacia la salida, y yo me dirigí hacia la terminal donde tomaría mi próximo vuelo a Canarias para celebrar las fiestas con mi familia.
Mientras caminaba, miré hacia atrás una última vez para ver a Pablo desaparecer entre la multitud. Sentí una mezcla de gratitud por su amistad y un deseo de poder compartir más momentos juntos en el futuro.
Dest 🪷.
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Tu a Barcelona y yo a Madrid [Gadri]
Fanfiction¿Y si Pedri realmente hubiese quedado en esas pruebas para el Real Madrid? Pablo hubiese ascendido una temporada antes al primer equipo. Ambos en equipos contraeos y si bien el canario tiene la fascinación por el club azulgrana. El sevillano no pare...