-[Gavi]-
El estadio estaba en plena ebullición mientras jugábamos contra Noruega en el crucial partido de clasificación para la Eurocopa. Apenas unas semanas antes, había marcado el gol que aseguró nuestra clasificación, y la sensación de orgullo y emoción aún resonaba en mi corazón. Sin embargo, esta noche todo cambió en un instante.
Corría hacia el balón, enfocado en hacer una jugada decisiva, cuando sentí un dolor agudo en mi rodilla. Tropecé y caí al suelo, gritando de dolor. Todo se volvió borroso mientras me retorcía en el césped. El estadio se sumió en un silencio sepulcral, y el miedo comenzó a apoderarse de mí.
Los médicos del equipo llegaron rápidamente y me llevaron fuera del campo en una camilla. La expresión en sus rostros confirmaba mis peores temores. El dolor era insoportable, pero el miedo a lo que esta lesión significaría para mi carrera y nuestra vida juntos era aún peor. Pedri estaba en Madrid, recuperándose de su propia lesión y planificando nuestra boda. Pensé en él mientras me llevaban al hospital.
Al llegar, los médicos comenzaron a evaluarme, y cada segundo sin saber la gravedad de la lesión aumentaba mi desesperación. Finalmente, el médico entró con una expresión grave.
—Pablo, has sufrido una lesión grave en el ligamento cruzado anterior. Esto va a requerir cirugía y una larga recuperación.
Sentí que el mundo se desmoronaba a mi alrededor. Las lágrimas comenzaron a fluir de nuevo, y me hundí en la cama del hospital. Pensé en Pedri, en nuestra boda, en todos nuestros planes. ¿Cómo íbamos a enfrentar esto?
Tomé el teléfono y llamé a Pedri. No sabía cómo iba a decirle lo que había pasado. Cuando respondió, su voz estaba llena de preocupación.
—¿Pablo? ¿Qué ha pasado? Te vi caer, ¿estás bien?
—Pedri... —mi voz se quebró— Me he lesionado. Es grave. El ligamento cruzado anterior.
Hubo un silencio al otro lado de la línea, y luego escuché el sonido de su respiración temblorosa.
—Voy a estar contigo tan pronto como pueda. No te preocupes por nada más. Vamos a superar esto juntos.
Sus palabras me dieron algo de consuelo, pero la desesperación aún me envolvía. Mientras esperaba que Pedri llegara, traté de concentrarme en su amor y apoyo. Sabía que él estaba tan destrozado como yo, pero su determinación de estar a mi lado me daba fuerzas.
De repente, Iñigo Martínez, un compañero del Barça, apareció en mi habitación. Con una mirada decidida, dijo:
—No te preocupes, Pablo. Vamos a Madrid ahora mismo. Pedri necesita verte y tú necesitas verlo a él.
Sin tiempo que perder, Iñigo y yo tomamos un taxi hacia Madrid. El trayecto fue largo y silencioso, cada kilómetro aumentando mi ansiedad. Pero tener a Iñigo a mi lado, su apoyo silencioso y constante, me ayudó a mantenerme fuerte.
Cuando llegamos, Pedri estaba esperándonos. Al vernos, corrió hacia mí y me abrazó con fuerza, susurrando palabras de consuelo y amor.
—Todo va a estar bien, Pablo. Te prometo que no estarás solo en esto. Vamos a superar cada obstáculo juntos.
Esa noche, Pedri y yo volvimos a Barcelona, donde continuaría mi tratamiento. Iñigo nos acompañó, asegurándose de que estuviera cómodo y seguro. Su apoyo era invaluable, y me sentí agradecido por tener a compañeros tan dedicados.
Con el tiempo, a medida que avanzaba en mi recuperación, Pedri estuvo a mi lado en cada paso del camino. Sus visitas diarias, sus palabras de aliento y su amor incondicional me dieron la fuerza para seguir adelante. Aunque enfrentamos muchos desafíos, nuestro amor y nuestra determinación nos mantuvieron unidos.
-🌱-
Durante mi recuperación, la familia Lewandowski jugó un papel crucial. Robert y Ana me trataron como a un hijo más. Me acogieron en su hogar y me dieron el apoyo que tanto necesitaba. Robert, con su vasta experiencia, me ofrecía consejos valiosos y motivación constante. Ana, con su ternura y cuidado, se aseguraba de que tuviera todo lo necesario para mi recuperación.
Aurora, mi hermana, dejó temporalmente sus estudios en Madrid para estar conmigo. No podía haber pedido una mejor hermana. Se encargó de cuidar de mí día y noche, y su presencia era un consuelo inmenso. Ella tomó clases de enfermería para poder ayudarme mejor, y cada día me recordaba cuánto me amaba y me apoyaba.
Una noche, después de una agotadora sesión de fisioterapia, Aurora se sentó a mi lado y me dijo:
—Pablo, no estás solo en esto. Vamos a superar esta lesión juntos. Yo estoy aquí para ti, siempre.
Sus palabras me llenaron de esperanza. Sabía que con el apoyo de mi familia, de Pedri y de los Lewandowski, podía superar cualquier cosa.
Cuando llegó el día de la cirugía, me sentía nervioso pero también confiado. Sabía que tenía a las personas más importantes de mi vida a mi lado. Mientras estaba en el quirófano, Pedri, Aurora y los Lewandowski esperaron pacientemente en la sala de espera, orando por mi recuperación.
La cirugía fue un éxito, y cuando desperté, vi a Pedri a mi lado, su rostro lleno de alivio y amor. Me tomó de la mano y me susurró:
—Todo ha salido bien, Pablo. Estoy aquí contigo, y no te dejaré solo ni un segundo.
Aurora también estaba allí, con los ojos llenos de lágrimas de felicidad. Sentí una ola de gratitud y amor por todos ellos. Sabía que, sin importar lo que el futuro me deparara, tenía el apoyo incondicional de mi familia y de Pedri.
Mi recuperación fue larga y ardua, pero con cada día que pasaba, me sentía más fuerte y más decidido a volver a jugar. Pedri y yo nos apoyamos mutuamente, sabiendo que nuestro amor era la fuerza que nos mantenía en pie.
Dest 🪷.
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Tu a Barcelona y yo a Madrid [Gadri]
Fanfiction¿Y si Pedri realmente hubiese quedado en esas pruebas para el Real Madrid? Pablo hubiese ascendido una temporada antes al primer equipo. Ambos en equipos contraeos y si bien el canario tiene la fascinación por el club azulgrana. El sevillano no pare...