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—[Gavi]—

Era una tarde soleada cuando llegué al majestuoso estadio Santiago Bernabéu, un lugar al que nunca había pensado que iría con tanto entusiasmo. Pero hoy era diferente. Hoy era el día de Pedri, mi rival en el campo pero también un compañero de equipo, finalmente tendría la oportunidad de mostrar su talento desde el inicio del partido y no lo reservaban para alargues o medio tiempo.

Mientras tomaba asiento en las gradas, con mi capucha blanca bien puesta, no pude evitar sentir una extraña emoción. Aunque nuestra relación todavía estaba marcada por la competencia y las diferencias, había algo dentro de mí que se alegraba por él. Después de todo, ambos compartíamos el mismo sueño de triunfar en el fútbol y representar a nuestros equipos con orgullo.

A medida que el partido avanzaba, me encontré animando a Pedri desde las gradas, al igual que lo haría por cualquier compañero de equipo. Cada toque de balón, cada carrera, era una oportunidad para él de demostrar su valía y su talento. Y aunque el resultado del partido todavía estaba por verse, sabía que Pedri daría lo mejor de sí mismo en el campo.

Cuando sonó el pitido final y el equipo celebró su victoria, sentí una sensación de alegría y satisfacción. Aunque no éramos los mejores amigos, compartíamos una conexión especial como compañeros de selección, una conexión que trascendía las rivalidades y las diferencias personales.

Después del partido, y esperar que los merengues celebraran, se acercó al pasillo que era donde estaba sentado. Cerca a decir verdad, se retiró la camiseta quedando solo con la térmica y su mirada no se movió de mis ojos, al parecer me tenía localizado desde hace un tiempo tiro la camiseta para que cayera a mis manos, después de pelearme con un Niño que también la quería, me quedé mirando la camiseta que acababa de recibir de Pedri, un gesto que me tomó por sorpresa pero que aprecié profundamente.

Guardé la camiseta en mi mochila con cuidado, consciente del valor simbólico que tenía para ambos. Aunque nuestra relación todavía estaba lejos de ser perfecta, este gesto de Pedri me recordó que éramos más que simples adversarios en el campo de fútbol. Éramos compañeros de selección, unidos por el mismo objetivo de representar a nuestros equipos con orgullo y determinación.

Mientras salía del estadio esa noche, una sensación de gratitud y camaradería me invadió. Aunque el fútbol podía ser un deporte competitivo y a veces despiadado, también tenía el poder de unir a las personas y crear lazos de amistad inesperados. Hoy, gracias a Pedri, había experimentado ese poder de primera mano, y me sentía agradecido por ello.

Mi teléfono vibro y vi ese mensaje:

Pedri
"Oye rubio, Gracias por venir a verme"

Gavi
"No fue nada, me alegro que por fin Ancelotti te diera la oportunidad que te merecías"

Pedri:
"Gracias, Gavi. Significa mucho para mí que estuvieras allí apoyándome. Realmente lo aprecio."

Gavi:
"Siempre estaré ahí para apoyarte, incluso si estamos en lados opuestos del campo. Eres un jugador increíble y mereces cada oportunidad que obtengas."

Pedri:
"Gracias, amigo. Y recuerda, la próxima vez que nos enfrentemos en el campo..."

Gavi:
"No te tendré piedad, es un aviso"

Pedri:
"Ya quisieras enano, en fin, buen camino de regreso a Barcelona."

Gavi:
"A ti que no se te descontrole tanto la fiesta por Madrid."
"Por cierto gracias por la camiseta, irá directa a mi colección, junto con la de Leo, tal vez..."

Con esa última interacción, se que ambos ambos compartimos una risa y dejamos atrás cualquier tensión restante. A pesar de nuestras rivalidades en el campo, nuestra amistad empezaba a ser sólida fuera de él.


Dest 🌷.

Tu a Barcelona y yo a Madrid [Gadri]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora