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-[Gavi]-

La tarde estaba cayendo en Barcelona cuando recibí un mensaje de Instagram. Normalmente, había pocas personas con las que hablaba por ahí, así que revisé y era Jude. Me sorprendió un poco, considerando que no habíamos hablado mucho desde su llegada al Real Madrid, pero lo abrí con curiosidad.

Jude Bellingham:
"Hey, Gavi. Estoy en Barcelona por unos días y pensé que sería genial salir y charlar. ¿Te apetecería?"

Al principio, dudé. La rivalidad entre el Barça y el Madrid siempre estaba presente, pero Jude había demostrado ser un buen tipo. Además, me ayudaría a averiguar sobre el famoso amiguito de mi novio.

Gavi:
"Claro, Jude. ¿Dónde y cuándo?"

Nos encontramos en un café en el centro de la ciudad, un lugar tranquilo y acogedor. Jude ya estaba allí cuando llegué, saludándome con una sonrisa.

—Hey, Gavi. Gracias por venir. —dijo, dándome un apretón de manos.

—No hay problema, Jude. Siempre es bueno desconectar un poco. —respondí, tomando asiento.

La conversación fluyó con naturalidad. Hablamos de fútbol, nuestras carreras y lo que significaba jugar para nuestros respectivos clubes. Jude mencionó lo emocionado que estaba por jugar en el Madrid y cómo estaba adaptándose a su nuevo entorno. Yo analizaba cada una de sus palabras, sin que él lo notara, claro.

—Sabes, Gavi, siempre he admirado tu estilo de juego. Tienes una energía y una pasión que es difícil de encontrar. —continuó Jude, mirándome con una intensidad que me hizo sentir un poco incómodo.

Bingo, su fuerte era la adulación, te generaba confianza para luego atraparte poco a poco. Le seguiría un poco el juego, era hora de entretenerme, puse los ojos de cachorro que solo utilizaba cuando quería algo.

—Gracias, Jude. Eso significa mucho viniendo de ti. Eres un gran jugador, y estoy seguro de que harás grandes cosas en el Madrid. —respondí, tratando de devolverle el cumplido.

A medida que la conversación avanzaba, Jude comenzó a hacer comentarios que me parecieron un poco más personales. Hablaba de cómo admiraba mi dedicación y mi espíritu competitivo, y mencionó lo mucho que disfrutaba nuestra conversación.

La noche terminó con una despedida amigable y la promesa de mantenernos en contacto. Claro que mantendría el contacto, pero solamente para desenredar su mentirita piadosa. Pobre, que siga creyendo que puede manipular al chico que creció con padres manipuladores.

Seguiría su mentirilla hasta ver a dónde quería llegar...

—🌱—

Al día siguiente, durante el entrenamiento, mis compañeros notaron que estaba de buen humor.

—¿Qué te pasa, Gavi? Pareces más animado de lo normal. —me preguntó Ansu, sonriendo.

—Nada, solo que anoche salí con alguien por ahí y puede que pasáramos un buen rato. —respondí, sin darle mucha importancia.

—Valeee, que el chavalito está desencadenado otra vez. A la próxima llámame para salir un rato. —dijo Ansu, dándome una palmada en la espalda.

Los días pasaron, y Jude continuó enviándome mensajes de vez en cuando. A veces eran solo comentarios sobre cómo le iba en el entrenamiento, y otras veces eran invitaciones para salir de nuevo. Había estado monitoreando todo: Pedri se conectaba, ellos también hablaban un buen rato por la noche, luego Jude se desconectaba, Pedri me llamaba y, cuando colgaba, Jude me enviaba un mensaje deseándome una buena noche. Sus invitaciones siempre las aceptaba, disimulando disfrutar de su compañía y de la oportunidad de desconectar un poco del estrés del fútbol, porque siendo sincero prefería irme a liarme con mi novio a su departamento, pero quería seguir la mentirilla.

Una tarde, mientras revisaba mis mensajes después de entrenar, noté uno nuevo de Jude.

Jude Bellingham:
"Gavi. ¿Qué tal una cena mañana? Conozco un lugar estupendo en el centro de la ciudad."

Acepté la invitación sin pensarlo demasiado, y al día siguiente nos encontramos en un elegante restaurante en el corazón de Barcelona. La conversación fluyó con facilidad, y nuevamente, Jude hizo comentarios que me parecieron un poco más personales de lo habitual.

—Gavi, ¿te das cuenta de lo especial que eres? No solo como jugador, sino como persona. —dijo Jude, mirándome directamente a los ojos.

—Gracias, Jude. Mi novio me lo dice muy a menudo.—respondí, tomando una copa del vino que había pedido.

—Ah, vale, que tienes novio. ¿Me dirás quién es, darling? —dijo acentuando más el apodo. Suspiré, manteniendo la compostura y seguí otra conversación.

Mientras cenábamos, noté que Jude se inclinaba un poco más cerca de lo normal y que sus cumplidos se volvían más frecuentes.

—Your boyfriend is lucky to have someone like you, precious. —dijo mientras él creía que estaba despistado. Hice cara de desentendido.

Después de la cena, mientras caminábamos de regreso, Jude me sorprendió con una pregunta.

—Gavi, ¿alguna vez has sentido que con una persona hay algo más que una amistad? —preguntó, su voz suave y seria.

Me detuve, sorprendido por la pregunta.

—Es algo normal que le pasa a las personas, supongo. —respondí, suspirando.

Se quedó en silencio por un momento, sin saber cómo responder. Llegamos a donde nuestros caminos se separaban y volteé a verle.

—Supongo que te veré un día de estos, un placer siempre Jude. Salúdame a Pedri, eh. —Palmeé su hombro y me despedí sin mirar atrás.

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Tu a Barcelona y yo a Madrid [Gadri]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora