-22-

391 28 26
                                    

-[Pedri]-

Estaba sentado en el borde de la cama, con el teléfono en mi mano, observando las palabras escritas en la pantalla una y otra vez. Cada mensaje de Pablo era un recordatorio constante de nuestro amor, pero también de la creciente distancia que se estaba formando entre nosotros.

Los días pasaban y nuestras conversaciones se volvían cada vez más escasas, reduciéndose a simples intercambios de mensajes de texto. Anhelaba las largas conversaciones que solíamos tener, llenas de risas y confidencias. Ahora, todo lo que recibía eran mensajes cortos y dulces, reconfortantes pero insuficientes para llenar el vacío en mi corazón.

La tensión pre-Mundial estaba comenzando a afectar nuestra relación de una manera que no había anticipado. Me preguntaba si Pablo también estaba sintiendo la misma distancia entre nosotros, o si era solo yo quien lo percibía. La incertidumbre me consumía, dejándome preguntándome si nuestra relación estaba empezando a desmoronarse bajo la presión del evento deportivo más importante de nuestras vidas.

Cerré los ojos por un momento, dejando que mis pensamientos vagaran por el laberinto de emociones que me había atrapado. Sabía que tenía que hablar con Pablo sobre lo que estaba sintiendo, pero no sabía cómo abordar el tema sin empeorar las cosas. Temía que mis preocupaciones fueran percibidas como una falta de confianza en nuestra relación, cuando en realidad solo quería fortalecer nuestra conexión antes de enfrentar los desafíos que se avecinaban.

Con un suspiro, guardé el teléfono y me recosté en la cama, sintiendo el peso de la distancia entre nosotros pesando sobre mis hombros. Sabía que debía encontrar una manera de superar esta brecha antes de que fuera demasiado tarde, pero por ahora, solo podía aferrarme a la esperanza de que nuestro amor pudiera superar cualquier obstáculo que se interpusiera en nuestro camino.

Pedri:
Te amo

Gavi:
Y yo a ti platanito

-🌱-

Ir a entrenamientos estos días me tenía desanimado, hoy en la mañana hablamos con Pablo por video pero tuvo que cortar por qué su hermana empezó a discutir con el.

-Que tienes bichito- cuestiono Rodrygo cogiendome por los hombros para que acelera el paso, subíamos las escaleras al campo de entrenamiento

-Exacto notamos que você está Mais desanimado- dijo Vini apareciendo junto a ambos

Y si esos eran mis dos brasileños llegando a alegrarme el día. Me detuve por un momento, sorprendido por la pregunta de Rodrygo y la observación de Vinicius. Sentía un nudo en la garganta mientras intentaba encontrar las palabras adecuadas para responder.

-No es nada, chicos... solo... cosas que están pasando últimamente -respondí, tratando de ocultar mi desánimo detrás de una sonrisa forzada.

Los brazos reconfortantes de mis compañeros rodearon mis hombros, recordándome que no estaba solo en esta batalla interna.

-Si necesitas hablar, estamos aquí para ti, hermano -dijo Rodrygo, su voz llena de calidez y apoyo.

Asentí con gratitud, sintiendo el peso de la preocupación levantándose de mis hombros por un momento.

-Sabes que si es algo de ti chico puedes hablar con nosotros- dijo Vini empujándome para que siguiera caminando.

Aún recuerdo el día en que les conté. Al principio no me creyeron nada pero al señalarlo disimuladamente cuando vino a verme a un partido. Lo hicieron.

Flashback

Recuerdo claramente aquel día en el estadio, un partido crucial en el que tenía la oportunidad de demostrar mi valía en el equipo. Mientras calentaba en la cancha, noté la presencia de Pablo entre la multitud de espectadores. Sus ojos seguían cada uno de mis movimientos con atención, y en ese momento supe que era el momento de compartir mi secreto con mis compañeros más cercanos.

Tu a Barcelona y yo a Madrid [Gadri]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora