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Lo que sentí al aterrizar en España fue indescriptible. No sé si alguna vez podré poner en palabras lo que significó ganar la Eurocopa. Subir al autobús con los chicos de La Masia, con esos amigos que son más familia que cualquier otra cosa, fue como estar en un sueño. Siempre había sido supersticioso, y por eso llevaba mi bufanda atada a la cabeza, como un símbolo, un amuleto de buena suerte.

Recuerdo cómo los cánticos y las risas llenaban el autobús mientras recorríamos las calles de Madrid. Estaba feliz, claro, pero también sentía algo más profundo, una especie de calma interior que no había sentido en mucho tiempo. La afición, esa misma afición que en otros tiempos me había cuestionado y criticado, ahora me mostraba su cariño sin reservas. Y eso me tocó más de lo que esperaba.

Al llegar al lugar de la celebración, el ruido era ensordecedor. Las banderas ondeando, la gente coreando nuestros nombres, era imposible no sonreír. Uno a uno, los compañeros fueron subiendo al escenario, y cada uno recibió una ovación que se sentía como un abrazo colectivo. Cuando llegó mi turno, el presentador hizo algo especial, me llamó “el jugador número 27”. Fue un detalle que me emocionó. Mientras caminaba hacia el centro del escenario, podía sentir los ojos de Pedri sobre mí, y eso me daba una seguridad inmensa, como si nada malo pudiera pasarme mientras él estuviera ahí, mirándome.

Cuando empezó a sonar "Por Fin Te Encontré", fue imposible no sentir que esa canción estaba escrita para nosotros, para todo lo que habíamos pasado juntos. Mientras avanzaba, no podía dejar de pensar en lo afortunado que era de tenerlo a mi lado. El rugido del público me sacó de esos pensamientos, y al subir al escenario, el aplauso fue ensordecedor. En ese momento, me di cuenta de lo mucho que había cambiado todo, de cómo esas heridas que me había causado el rechazo se empezaban a sanar gracias al cariño que ahora recibía.

La presentación tuvo su toque de humor cuando Morata decidió hacerme una broma. Siempre había odiado mi segundo nombre, y Morata, sabiendo eso, me agradeció públicamente cambiándome el nombre: —Gracias, Pablo Ezequiel Gavira.–

Mi reacción fue automática, una mezcla de sorpresa y confusión que hizo que todos se rieran. No pude evitar sonreír, aunque por dentro estaba pensando: "ok este va muy borracho, tengo suerte de haber estado bajo el cuidado de mi novio que si no estaría igual"

Al tomar el micrófono, sentí una ola de emociones. Agradecí a la afición, a mis compañeros, y a todos los que habían hecho posible ese momento. Durante todo mi discurso, Pedri no me quitó la mirada de encima, y eso me llenaba de una fuerza que no sabía que tenía.

Luego vino la locura. Bailes, risas, y un descontrol alegre que reflejaba lo que habíamos logrado. En un momento, sin pensarlo mucho, me acerqué a Pedri y lo besé. Sabía que estábamos rodeados de gente, pero confiaba en que nadie se daría cuenta. Y así fue, aunque una cámara captó algo, fue tan desenfocado que no se distinguió nada.

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Al día siguiente, tuvimos una audiencia con los Reyes de España, la Princesa Leonor, y la Infanta Sofía

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Al día siguiente, tuvimos una audiencia con los Reyes de España, la Princesa Leonor, y la Infanta Sofía. No puedo negar que me sentí un poco nervioso, sobre todo porque siempre habían rumores absurdos sobre mí y la Princesa. Al saludarla, sentí que todo el mundo nos estaba observando, esperando algo. Pero al final, fue un simple saludo, nada más, aunque sabía que la situación era algo incómoda para ambos.

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Después de la audiencia, me reuní con la familia de Pedri

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Después de la audiencia, me reuní con la familia de Pedri. Aurora había viajado desde Barcelona para recibirnos, y estar con ellos fue un respiro. Me sentí como en casa, como parte de una familia que me aceptaba y me quería tal como soy. Mientras compartíamos ese momento, supe que, con ellos a mi lado, no importaba qué desafíos vinieran, estaba listo para enfrentarlos.

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Pedri celoso de la princesa de españa y Gavi contestando a mi esquizofrenia ¿Por que no?. Bueno chao me vuelvo a desaparecer.

Dest 🪷.

Tu a Barcelona y yo a Madrid [Gadri]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora