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Aclaración: Cabe a aclarar que Pablo realmente es más rubio en esta historia, no un castaño claro como lo es irl. Por eso Pedri lo a llamado así toda la historia. Y recuerden esto es ficción por lo tanto viene de la imaginación de su queridísima autora. Con eso empezamos.

—[Gavi]—

Todo se había desatado desde que subí esa foto. Al principio, lo hice sin pensar mucho, solo quería compartir un momento especial con mis seguidores en las redes sociales. Pero nunca imaginé que desencadenaría una tormenta de rumores y especulaciones sobre la relación entre Pedri y yo.

Me había dado una pequeña escapada a Sevilla para estar con mis padres y mi hermana. Pero no salió como pensé ahora, mis dos padres estaban frente a mí, pero no me refería a Robert y Marc, sino a mis padres biológicos. Su expresión seria y preocupada era evidente, y me sentí abrumado por la responsabilidad de explicarles lo que estaba sucediendo.

—¿Qué significa esta foto, Pablo? —preguntó mi madre, mirándome fijamente con los ojos llenos de preocupación.

El tema de mi clara bisexualidad nunca fue un debate, simplemente ambos asumieron que era una etapa y lo ignoraron.

Tragué saliva, sintiendo el peso de sus expectativas sobre mis hombros. No sabía cómo explicarles la situación sin empeorar las cosas, pero sabía que tenía que ser honesto con ellos.

—Lo siento, mamá, papá. No pensé que causaría tanto revuelo —expliqué, buscando las palabras adecuadas para calmar sus preocupaciones.

Mis padres intercambiaron una mirada significativa, y supe que entendían la gravedad de la situación. Siempre habían sido comprensivos y solidarios, pero también querían asegurarse de que estuviera bien y manejara las cosas de manera adecuada, lo que a veces podía resultar controlador.

—Entendemos que querías compartir un momento especial, Martín, pero ahora parece que todo el mundo está hablando de la supuesta relación entre tú y ese chico —comentó mi padre, con voz tranquila pero firme. —Las imágenes pueden interpretarse de muchas maneras, y es importante considerar cómo pueden afectar a las personas involucradas.

—Primero, no me llames Martín —respondí con firmeza, sintiendo cómo la tensión aumentaba en la habitación—. Y segundo, padre, ese "chico" se llama Pedro, y es mi novio. ¿Entiendes? No voy a permitir que me alejes de él como lo hiciste con Fer —me levanté de la silla y lo encaré, dejando en claro mi postura.

Mis padres se miraron entre sí, sorprendidos por mi reacción. Por un momento, el silencio llenó la habitación mientras todos procesábamos lo que acababa de suceder. Era evidente que estábamos en un punto de inflexión, y sabía que lo que dijera a continuación tendría un impacto significativo en nuestra relación.

—Pablo, háblale correctamente a tu padre —gritó mi madre, levantándose también.

El ambiente se volvió tenso de inmediato, y sentí cómo la presión aumentaba a mi alrededor. Mis padres me miraban con desaprobación, mientras esperaba los gritos que sabía que vendrían. Los pensamientos se agolpaban en mi cabeza, y el dolor latente en mis sienes me recordaba lo difícil que era lidiar con esta situación.

Ninguno de nosotros se dio cuenta de que la puerta se abrió, y mi hermana nos observaba con una expresión de decepción y tristeza. Su intervención fue como un rayo de luz en medio de la oscuridad que nos envolvía.

—¡Mamá, Papá, parad! Se están comportando como dos niños —exclamó mi hermana, interponiéndose entre ellos y yo, como siempre lo hacía. —Vuestros gritos no van a hacer que mi hermanito cambie de opinión. Si no son capaces de hablar sin pelear, entonces ambos se quedan sin mi hermano y sin mí. Si no cambian de actitud, los dos van a perder a dos hijos, no solo uno.

Tu a Barcelona y yo a Madrid [Gadri]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora