Mackenzie.
Boston, 2024, calle Charles, cerca del edifico del apartamento de Brandon.
Pronto estuve en la calle de la dirección que me había dado Carlos. Aparque mi novia, junto a un BMW, que destacaba en toda la calle.
- "Le aconsejo que mejor la ponga en el interior de ese patio, allí pueden darle un golpe."- oí la voz de una señora mayor que me habla desde la acera.
Levanté la vista, y vi como una señora de unos setenta u ochenta años, que venía caminando por la acera, cargada con bolsas de la comprar que casi no podía llevar, sin pensarlo, me bajé la moto, y quitándome el casco, me dirigí hacía a la anciana, para cogerle pesadas bolsas de la mano.
-"Vaya pero si eres una dama, y por lo visto muy atractiva."- me dijo la señora haciéndome sonreír, mientras le dejaba apoyarse en mí, para llevar las bolsas donde ella las llevaba.-" Me alegro de que en estos tiempos hayan cambiado las cosas, si yo tuviera tu edad, me hubiera encantado conducir esas preciosidad, mi esposo nunca quiso que me subiera en una moto, y menos una como esa preciosa burra."- me dijo al señora sorprendiéndome, mientras nos acercábamos al edificio que, por el número, supe que era donde vivía el Vader bombero.
- "Cuando quiera le doy una vuelta."- le dije sin pensar, creyendo que la anciana no me iba a tomar en cuenta la invitación, que equivocada estaba, lo supe cunado la señora me miró con ilusión.
- "Es una promesa, me llamó Nora, pero todos me llaman señora Carrigan, encantada de conocerte, soy la dueña de este edifico, así que te permito que pongas a esa lindura en mi patio, así podré verla desde la ventana de mi cocina, y cuidaré de que nadie la toque.
Al parecer a mi novia le había salido otra pretendiente, y una que, por su mirada, sería una gran contrincante, a pesar de la edad. Decididamente iba a llevar a dar una vuelta a la señora Carrigan, pero hoy no, hoy tenía otras prioridades.
Tras dejar las bolsas en su cocina, aparqué a mi prometida en el patio trasero de la señora Carrigan para que la descarada belleza me fuera un poco infiel, con la sorprendente anciana. Subí por lo escalones de la puerta de la cocina de su casa, para tomar el café que ella me había ofrecido, y así sacar información de primera mano de mi adversaria amorosa.
- "No me has dicho tu nombre, preciosa."- me dijo la señora Carrigan colocándome delante un trozo de una deliciosa tarta de manzana recién hecha, que me hizo recordar que no había almorzado nada.
- "Perdón..."- le dije mientras trataba de hablar, con el gran trozo de tarta casi divina con la que mis papilas gustativas se estaban deleitando. –"... me llamo Mackenzie O 'Sullivan."- le dije finalmente.
- "Así que eres tú... sabía que me sonabas de algo."- dijo a la señora sentándose frente a mí y mirándome. Yo la miré sorprendida sin saber de qué hablaba. - "Eres la heredera que B. M. salvó del incendio, y luego le monto un enorme pleito en el parque de bomberos, para terminar bañada por él."- me dijo con una sonrisa de orgullo la anciana, mientras yo volvía sentirme humillada.
La verdad es que no lo puede evitar, miré avergonzada, había algo en la señora Carrigan que me hacía sentirme estúpida, por la forma que había actuado.
- "¿B M? ¿Por qué lo llaman así? "- le pregunté al sentir que debía decir algo.
- "Son las iniciales de su nombre, B.M. odian que lo llamen Miguel, era el nombre de su padrino, un bombero, que, tras tener un accidente, no pudo ser más bombero, y se dio a la bebida, término matando de una paliza a su mujer y a su hija pequeña. Por eso B.M. odia ese nombre."- me dijo la anciana.
De nuevo volvía sentirme miserable por haber usado eso en su contra, sin saber la verdadera razón, definitivamente no estaba fina con ese estúpido.
- "¿Y por qué no lo llaman Brandon?"- pregunté terminándome la tarta, bebiéndome lo que me quedaba de café.
- "Son bomberos, tienen su propio código, él no quiere que lo llamen Miguel, y ellos no iban ceder para llamarlo sólo Brandon, así que tras muchas discusiones físicas o no, finalmente después del primer año como bombero, Brandon acepto que le llamaran B.M. y así ha quedado durante casi diez años."- me dijo la señora Carrigan que al parecer era una autentica fuente de información.
- "¿Cómo sabe usted todo eso, señora Carrigan?"- le pregunté.
-"¡Ay, preciosa! Soy viuda de un bombero, en este edificio sólo lo alquilo a bomberos solteros y solteras, soy la madre pata de todos ellos, y no hay nada que no sepa, llevo así casi veinte ocho años, es una forma de devolverle a mi marido todo lo que hizo por mí y este cuerpo, mi George adoraba ser bombero."- nunca había conocido a una mujer como la señora Carrigan, y definitivamente mi admiración por ella era total.
Iba a hacerle una pregunta, cuando una voz nos interrumpió, de forma desagradable.
- "¿Qué demonios haces aquí, maldita Lunática pelirroja?"-
Me giré a la puerta abierta donde un atractivo bombero, vestido con unos vaqueros que se ajustaban sus caderas de manera muy deseable, una camiseta gris que debía de ser algo pequeña, o sus músculos había decido mostrase en toda su potencia, definitivamente el calor que sentía ahora, en todo mi cuerpo, no era provocado por el calor agradable de la cocina.
-"¿Se hace difícil? ¿verdad? Con un cuerpo así, calentando mis noches, hasta yo volvería al mercado si pudiera."- me dijo por lo bajo la señora Carrigan, minándome con una sonrisa traviesa, esa mujer era una maldita bruja lee mentes.
- "No me has respondido, maldita Lunática, deje de cuchichear, señora Carrigan, y aléjese de ella, que puede pegarle algo contagioso."- le dijo el Vader Bombero a la anciana, haciéndome recordar que, con ese estúpido, nunca se puede bajar la guardia.
- "¿De qué vas maldito idiota, Vader Bombero de pacotilla?"- le dije levantándome y enfrentándome a él.
Me imagino que era ridículo ver a una mujer de unos cincuenta y dos kilos, y casi el uno sesenta metros, que estuviera retando con la mirada a un hombre de uno noventa y alrededor ochenta y tres kilos de puro músculo, mientras este la miraba con ira, pero la verdad me daba igual, ese estúpido hace tiempo que estaba pidiendo una maldita paliza.
-"Sino te importa B.M. puedes llevarte a tu novia a tu apartamento, pronto vendrán los chicos del turno de la tarde, y no querrás que vean el espectáculo, aunque por mi parte tengo que decir que me parece muy divertido."- dijo la señora Carrigan, yo fui corregirla diciéndole que yo no era su novia, que era su enemiga, pero la voz del Vader Bombero me detuvo.
-"De acuerdo, disculpe señora Carrigan, nos vemos después."- y de un solo movimiento volvió a humillarme cargándome sin esfuerzo sobre su hombro, para salir del apartamento de la señora Carrigan, y subir sin esfuerzo las escaleras del edificio, mientras yo, como la vez anterior, a gritos, lo amenazaba de muerte.
-"No entiendo porque siempre que estamos juntos, este estúpido pretende llevarme como un maldito mono sobre su hombro, de un lado para otro, tengo piernas, ¡Gilipollas de mierda!."- pensé frustrada, mientras veía que mis gritos servían de poco o nada.
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El Ardiente Capricho de la CEO
RomanceMackenzie O 'Sullivan es la heredera de Holding O 'Sullivan Park, ha tenido que luchar mucho para convertirse en el CEO. Ya que su tío, Rónan O 'Sullivan, siempre había creído que sus dos hijos, Shane y Murphy, serían los verdaderos herederos de su...