Capítulo 55. Vader Bombero conoce al enemigo. 2.

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Brandon.

Boston, 2024, Salón principal de eventos del Hotel Hilton Boston Park.

- "Él es mi cuñado, Ronan O 'Sullivan en el hermano mayor de mi marido, Ronan él es mi yer.. digo el novio de mi hija, Brandon M. Hernández"- dijo la madre de la pelirroja presentándome a un hombre de mediana edad, que tenía sobre unos cincuenta años de edad, su pelo era abundante y canoso.

Al contrario que el padre de Mackenzie, su tío era más bajo y rechoncho, con algo de sobre peso, lo que si tenían igual era el color de sus ojos, que era de un marrón claro interesante

La mirada de Ronan demostraba que no estaba muy contento por verme, más bien se le veía molesto. Y por la forma en que saludo, donde sólo asistió, para a continuación darle un buen trago al vaso de whisky que tenía delante, yo tampoco le caí bien.

- "Te presentó a sus dos hijos, mis sobrinos, y a sus zorr..."- Mackenzie interrumpido a su madre tras mirarla con intensidad, ante el claro insulto que su madre iba a dirigir hacía las mujeres que estaban en la mesa, mirándolas con furia

- "Son mis primos mayores, Share es el mayor, y Murphy es el menor, aunque me lleva seis años, ambos son ejecutivos del grupo, ellas son sus acompañantes."- no se me pasó desapercibido que esas mujeres no fueron presentadas por su nombre, y que además el padre de los primos de ambos, las miro con cierto desdén e indiferencia, y que sus primos estaban algo inquietos y nerviosos, algo había detrás de esas mujeres, tendría que preguntárselo a Mackenzie después.

- "Encantado de conocerlos."- dije a ambos ofreciéndoles la mano.

El mayor Share ni siquiera me miró, estaba más ocupado mirando a la mujer, o mirando alrededor como ignorándome, mientras yo veía como cerraba los puños con fuerza, sólo un gruñido de su padre hizo que me mirara.

- "Ok, genial"- me dijo al final, rozándome apenas la mano.

Su pareja por su lado se mostraba como molesta mirando a Mackenzie, con algo de odio en los ojos.

- "¡Por Dios, Share! se más educado."- dijo el otro hermano cogiéndome la mano con efusividad.

La diferencia entre los hermanos era muy clara, en personalidad, y en el físico, aunque todos tenían los ojos marrones claro, como el padre de la Lunática, mientras Share se parecía a su padre, con el pelo castaño claro, Murphy, por el contrario, tenía el pelo rubio rojizo, aunque no tanto como su prima.

Era muy claro la diferencia de personalidades de los hermanos, incluso la pareja de Murphy era muy tranquila y sonriente, no le molestó que casi la madre de Mackenzie le hubiera insultado, más bien se lo tomó con humor.

- "¿A qué te dedicas, Brandon?"- preguntó de pronto el tío de Mackenzie mirándome con cierto recelo.

- "Soy jefe de bombero de un equipo."- dije sin querer ocultar mi protección, están orgulloso de ella.

- "Y es el mejor, ha salvado a mi hija de dos accidentes, justo por eso se conocieron, y ahora viven juntos."- me interrumpió la madre de Mackenzie mientras su hija la reprendía por dar tanta información.

- "¡Mamáaa!"- se quejó Mackenzie.

Justo en ese momento una voz interrumpida en la mesa., haciendo que yo no pudiera concentrarme en las caras de habían puesto nuestros enemigos al oir la noticia de que la diosa Afrodita y yo vivíamos juntos, si me hubiera dado cuenta, hubiera detectado el brillo de ira que destacó en unos de esos ojos color marrón claro.

- "Disculpe señorita O 'Sullivan soy Yandel Carter Junior, heredero del grupo Carter H.C. quería preguntarle, si no es molestia ¿puede conceder el próximo baile."- la sensación entraña en la boca del estómago, y un sabor amargo en mi boca, al encontrarme ante una estúpido Ken, rubio, sin cerebro y con poco instinto de supervivencia, preguntándole eso a Mackenzie delante de mí, fue el culpable de que yo no estuviera atento a lo que pasaba en esa mesa, y de todo lo que paso esa noche, también.

Narrador.

Boston, 2024, Salón principal de eventos del Hotel Hilton Boston Park.

Desde que el señor Smith vio entrar a la CEO, con el armario de hombre que le acompañaba, supo que el estúpido de Yandel no tenía nada que hacer, y no por el hecho de que mostraran afecto, ni siquiera porque se besaran delante de todos, incluso ni porque se hubiera enterado de que vivan juntos, cosa que le hizo rabiar al principio, lo que verdaderamente le preocupó y confirmo que su plan había fracasado antes de empezar.

Fue la actitud extraña e irreconocible de la usurpadora, Mackenzie se mostraba nerviosa, e inquieta junto a el bombero, además, cuando ese hombre la besó, no hizo nada por alejarse de él, había reaccionaría como una mujer enamorada, cuando su amado la besa, incluso se había sonrojado, mostrándose dócil.

Que la usurpadora estuviera enamorada con los años que se había negado a sentir nada como mujer, y que le había dado la idea a el señor Smith de controlarla mediante un enamoramiento loco, era lo que ahora, se interponía entres sus planes.

- "Quizás el bombero pueda ser comprado."- llegó a pensar mientras eran presentados.

Pero al mirar a los ojos a Brandon Hernández, lo supo.

Ese maldito hombre no sería fácil de comprar, más bien imposible, la energía que irradiaba su personalidad era impresionante, y desde luego el bombero no era alguien a quién se le podía engañar.

Decidió que ese estúpido bombero tenía que desaparecer, había sido el culpable de las dos veces que sus planes habían fallado, mientras estuviera, nunca podría conseguir sus objetivos.

Cuanto antes desaparecieran los dos, mejor.

Lo que no esperó el señor Smith fue la reacción del bombero, cuando Carter, sin darse cuenta de que no tenía nada que hacer, se presentó en la mesa para pedir a Mackenzie que bailara con él, lo que ocurrió a partir de ese momento, dio ciertas esperanzas a sus ideas, quizás Yandel no sirviera para enamorar a la usurpadora, pero si podía crear graves conflictos en la pareja, y eso podía empezar a usarlo desde ya.

A su lado, intentado disimular con dificultad, Lindsay Green rabiaba de celos y de envidia, por culpa de la maldita CEO. La rubia no podía entender cómo era posible que esa zorra tuviera tanta suerte. No sólo con el hombre más guapo y deseable de todo el Salón, sino que estaba indecentemente guapa, la ira se la comía por dentro.

- "¿Cómo es posible? Es injustos, con todo el dolor que yo he pasado, con todas las operaciones que he sufrido, y esa maldita, con ducharse y ponerse un buen vestido, hace esto, definitivamente la odio."- la ira hizo que apretara los puños bajo la mesa, pero de pronto le vino la idea.

- "Tengo que robárselo, tengo que hacerla sufrir."- con este mantra repitiéndolo su cabeza, Lindsay sonrió, mientras veía como el bombero miraba al rubito buenorro que se acercó a la mesa, para pedir a la zorra imitadora que bailara con él, algo que, a ella, por otro lado, también odió.

Ser el centro de atención era muy importante para Lindsay, y que esa maldita le hubiera robado el protagonismo la estaba matando.

- "Se lo voy a quitar, esa idiota va a llorar lágrimas de sangre, lo juro."- fue la promesa que hizo la rubia mientras veía como el espectáculo comenzaba. 

El Ardiente Capricho de la CEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora