Mackenzie.
Boston, 2024, Despacho de la CEO, Torre O 'Sullivan.
- "No lo estas llevando tan mal, Jefa, alégrate por ello."- me dijo Carlos, y lo miré de manera irónica.
Llevaba dos semanas conviviendo con el Vader bombero, y desde el día siguiente de su primera noche en mi ático, donde por lo menos en mi caso, descubrí que no era inmune ni físicamente ni de otra manera más complicada, a él, no nos habíamos visto, sabía que había estado en el ático, porque Estuco tenía el arenal, que había colocado Brandon en la terraza, limpio, o porque tenía comida en su cuenco.
En ocasiones, me dejaba un túper con comida, en el frigorífico, o ponía una lavadora, o una secadora, pero hasta ahí. Así que, en teoría, y dada la situación actual, convivir con el Vader Bombero, era hasta ideal, para mi vida liberal y sin complicaciones, pero extrañamente me molestaba, me daba la sensación de que, tras nuestro conflictivo encuentro de la primera noche, el Vader me evitaba, o simplemente me ignorara.
Pensé que esta incomodidad, la controlaba bastante, y que nadie la iba a notar, pero claro, todo don Quijote tiene a su Sancho, es decir, toda persona que vive en su propia realidad tiene un ancla que le lleva a la verdad, en mi caso, mi Sancho es Carlos, mi ancla desde hace años, querer engañarle a él, con lo bien que me conoce, es como querer traspasar un muro de hormigón armado con cierta velocidad.
El que todo me molestara, y que no aguantara la incompetencia, por muy leve que fuera, sólo fueron síntomas que puso sobre aviso a Carlos sobre la verdadera razón de mi estado de ánimo. Así que sólo tuvo que preguntarme como lleva lo de convivir con el idiota bombero, para que todo lo que había contenido dentro, mi malestar en forma de ironía, por sentirme ignorada, saliera, como un maldito arcoíris, de mi boca.
- "Muy gracioso Carlos, parece que la capacidad inquisitiva, y manipuladora de tu esposa, te ha influido."- le dije e intenté seguir con mi trabajo.
La diferencia entre Carlos, y su esposa, es que Marisa no hubiera dejado pasar esta oportunidad para indagar y revolver más en mi cerebro, pero Carlos sabía cuándo retirarse, y darme espacio, así que cambió de tema.
- "Tenemos una recepción en dos días, para la presentación del Global Training L.D. donde tenemos un contrato para proveer a la organización de alojamientos especializados, para participantes y periodistas, en Alaska en su competición mundial"- me dijo Carlos entregándome la invitación. - "Es obligado ir con acompañante, y tu madre ya me ha advertido que tienes que ir con Brandon Hernández, o ella misma te busca un acompañante."- las palabras de Carlos me hizo mirarlo presionada.
- "¿No puede darme una buena noticia para variar?'"- le dijo comenzando a enfadarme.
- "No me hubieras creído si lo hubiera hecho, tiendes a buscar el lado malo da las cosas, para cambiarlo, tu lucha es constante."- me dijo Carlos al mismo tiempo que salía del despacho.
Suspiré para mirar la invitación, la fecha es para dentro de dos días, y como siempre mi madre estaba por medio, intentado manejarme la vida, era muy probable que, si no aprecia con el Vader, mi madre comenzaría a sospechar que sus técnicas nos funcionaban y la presión que hasta ahora había sido mínima, se incrementaría, por otro lado, llevaba tanto tiempo sin ver a ese estúpido que me apetecía saber de él, así que decidí usar esa excusa para poder pasar un tiempo a su lado.
Me costó coger el teléfono para mandarle un mensaje, de hecho, lo cogí hasta dos veces, para volverlo a soltar sobre la mesa de mi despacho, inquieta, sin decidirme. Pero media hora después, al ver que cada vez que revisaba un contrato, que tuve que leer varias veces, mi vista se iba hacia mi móvil, decidí dejar de ser tan estúpidamente aprensiva y de una vez mandé un mensaje.
- "Hola, tengo una petición, mi madre me ha dado un ultimátum, tengo una recepción en dos días, y tengo que ir contigo, si estas ocupado con el trabajo, es entendible, iré con otra persona que mi madre me busque."- le puse y dejé al fin el móvil sobre la mesa, imaginé que estaría liado, y que me respondería cuando pudiera. Pero no había comenzado a leer el contrato por quinta vez, cuando me llegó la respuesta.
- "Lo sé, no vayas con nadie, yo voy, mi madre se presentó en el parque con un esmoquin que de seguro ha acabado con el presupuesto de alguna de mis hermanas para su boda, ¿podemos hacer algo para que esas dos no tengan tan buena relación? Me siento como un maldito bicho en un microscopio."- me dijo haciéndome reír, en ocasiones el Vader tenía un sentido del humor muy parecido al mío.
- "Podríamos, pero seguramente nos daría más problemas que soluciones, mientras las manipuladoras están conspirando, nuestros padres están seguro, un poco más liberados, no sé tú, pero si yo provoco algún malestar a mi madre, mi padre se encarga que rectifique sólo porque prevalezca su paz mental."- le dije sonriendo.
- "Creo que mi padre y el tuyo, tiene el mismo fin."- me dijo y una carcajada que no pude aguantar salió de mi interior, justo en el momento que Carlos entraba en el despacho.
- "¿A qué se debe este cambio? ¿Tengo que empezar a preocuparme por la integridad física y mental de alguien?"- decidí ignorar el comentario para enviar otro mensaje.
- "¿Estarás esta noche en él ático?"- le pregunté llevada por mi estado de ánimo, y nada más enviarlo me di cuenta de lo que había hecho, y me arrepentí, parecía que estaba ansiosa por verlo, y quise mandar otro mensaje para disimular mi interés, pero su respuesta llegó rápidamente, y una incomprensible decepción se anido en mi pecho, sin poder evitarlo.
- "Es mi segundo día de mi turno de setenta y dos, estaré para la recepción, nos vemos en dos días en el ático, ¿a qué hora es el evento?"- me dijo y yo le respondió sin la sonrisa que llevaba unos minutos teniendo en mis labios, algo que si notó Carlos, que disimulaba mientras miraba con interés las expresiones de mi cara.
- "A las siete"- le dije mirando la pantalla ansiosa sin darme cuenta de que Carlos cogía su teléfono para enviar un mensaje a su mujer.
- "Allí estaré."- fue su escueta y decepcionante respuesta, por alguna extraña razón deseaba seguir hablando con él, después de días sin apenas vernos, pero no iba a ser yo la que insistiera, si ese estúpido era capaz de cortar las comunicaciones de esa forma, sin apenas despedirse, pues que le fuera bien.
- "Resérvame una cita para mañana con mi estilista, dile que quiero un completo. Y libera mi agenda para ese día, sólo asistiré a la recepción, que la cita sea después de la once de la mañana, quiero ir de compras."- le dije seria a Carlos, el cual me miro alarmado.
- "¿De copras? ¿He oído de compras? ¿Eso que tanto odias?"- me preguntó acercándose a mi para mirarme bien, y tocar mi frente por si tenía fiebre.
- "Si ¿Qué pasa? No es tan raro, digo yo."- le dije apartando su mano e internando ignorar su asombrada mirada.
-"Si lo es, y mucho, has incluso amenazando a tu madre con mudarte del país, por sólo decirte que la acompañaras a compararte un vestido, quitando la compra de empresas y acciones empresariales, odias todo lo que tiene que ver con ir de compras, hasta casi la psicosis."- me dijo Carlos exagerando, o no tanto, la verdad era que lo odiaba, era mi peor pesadilla,, pero era más importante, dejar con la boca abierta acierto maleducado bombero, que lo pasara tan mal durante una noche, que le fuera imposible no mirarme, esta sensación era nueva para mí, nunca había querido despertara tanto el interés en un hombre, nunca.
- "Bien haré lo que dices, pero iras con Melissa, me niego que en tu estado actual andes sola por ahí, sin tu terapeuta."- dijo Carlos dejando el archivo que me había traído sobre la mesa, para después comenzar a salir del despacho, mientras cogía su móvil.
Yo le grité que no hacía falta, pero no había llegado a la puerta cuando le oí decir:
- "Cariño, tu amiga necesita su terapia úrgete..."- de nada sirvió mis amenazas de despedirlo, simplemente ese maldito asistente, mientras hablaba con su mujer, mi mejor amiga, salió y cerró la puerta.
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El Ardiente Capricho de la CEO
RomansaMackenzie O 'Sullivan es la heredera de Holding O 'Sullivan Park, ha tenido que luchar mucho para convertirse en el CEO. Ya que su tío, Rónan O 'Sullivan, siempre había creído que sus dos hijos, Shane y Murphy, serían los verdaderos herederos de su...