Narrador.
Boston, 2024, Mercado central de Beacon Hill.
Nadie se sorprendió de ver una gran limusina aparcada, y con las luces encendidas, por fuera del Mercado ecologista de Beacon Hill, muchas familias ricas de la zona solían ir a pasear por el Mercado, y el parque que habían al final de la calle. Normalmente los choferes de las familias adineradas de la zona solían aparcar en el aparcamiento habilitado del mercado sus grandes vehículos por la amplitud del parking.
Dentro de la limusina se encontraba acompañado de su marido, su jefe de escoltas y el otro chofer de la familia, una nerviosa y excitada señora O 'Sullivan que miraba con expectación la posible llegada de las personas que quería conocer.
- "Dillon, al final ¿Están seguros de que la señora Hernández vendrá sobre esa hora al mercado?"- pregunto por tercera vez la insistente dama, a su jefe de seguridad.
Tras su pregunta, y antes que Dillon pudiera contestarle, una sonora respiración de cansancio y hastió se oyó a su lado, el señor O 'Sullivan comenzado a cansarse de la insistencia de su esposa. Pero como tónica Céline lo ignoró, demostrando que las quejas silenciosas de su marido era algo que ella había superado hace tiempo.
- "Sí, señora, la señora Hernández suele venir todos los sábados a esta hora para comprar verdura quesos, suele venir con otras esposas y madres del parque bombero de su hijo, es algo así como una tradición entre las familias de los bomberos, lo hizo durante muchos años cuando su esposo estaba activo, y ahora lo hace para su hijo. Parte de la compra que hace, los vendedores directamente lo envían al parque de bomberos del distrito doce "- le aclaró Dillon, el jefe se seguridad de la familia.
- "Me gusta esa mujer, como yo sabe el valor de la familia."- dijo Céline mirando a su marido, aunque ella sabía que aún su marido no estaba de acuerdo con su idea de unir al bombero que salvó a su hija, con su alocada y cabezona Mackenzie.
Ya, mientras regresaban de su viaje, la señora O 'Sullivan había encargado a Dillon que investigara al bombero y a su familia, fue en esa investigación donde descubrió todo sobre quien ella esperaba que se convirtiera en su atractivo yerno, tenía una familia muy unida, muy orientada a sus tradiciones, y con grandes raíces mexicanas, a pesar de que la madre, Kiara Hernández, fue la heredera huida de una familia adinerada de Nueva York,
Al conocer la historia de Kiara Hernández, Céline O 'Sullivan decidió que la madre de su guapo futuro yerno le gustaba, y mucho, a diferencia de ella que cobardemente se rindió cuando era joven ante presión de su padre, que sólo buscaba dinero y prestigio, obligándola prácticamente a casarse con el innombrable. Al parecer su futura consuegra, ante la negativa de sus padres de aceptar al hombre que ella amaba por ser un simple bombero y mexicano, dejó todo atrás, para correr a los brazos del hombre que amaba, y sólo por eso ya se habia ganado el respeto de Céline, ojalá ella hubiera hecho lo mismo en su momento, hoy en día su amor Sean, y ella, estarían rodeada de hijos mayores, incluso podrían llegar a tener nietos.
Si la madre de su guapo yerno tenía esos valores, había hecho una gran elección escogiendo a su hijo, como marido para su malcriada y cabezota hija, lo que quedaba ahora era convencer y buscar aliados en la otra parte interesada y para ello tenía un As en la manga en forma de grabación.
Sean O ¨Sullivan miro el fuego y la decisión en los ojos de su mujer, mientras esperaba a su descuidada víctima, siempre amaría a esa mujer, lo era todo para él, pero tenía que reconocer que habia momentos como ahora, que lo desesperaba, hasta daba miedo. Lamentablemente sabía que su adorada esposa había tomado una decisión, y eso, desde que se habían vuelto a unir, hace ya ventaseis años, le habia enseñado que, con esa mirada, ni su hija, ni él, tenían nada que hacer, si Céline ya habia decidido algo, lo llevaría a cabo hasta sus últimas consecuencias, pesase a quien pesase.
- "Ahí esta señora, y está acompañada de su marido, el señor Benjamín Emiliano Hernández."- dijo Dillon señalando a una pareja unos años más joven que ellos, como de cincuenta y muchos, que dejaban claros porque su yerno y sus hermanas, las futuras cuñadas de su hija, eran tan atractivos, sólo habia que mirar la combinación perfecta que hacían sus padres.
- "Tú te encargas de distraer a su padre Sean para que yo pueda hablar con mi consuegra."- su marido la miró como si le hubiera dicho que se arrancara un pulmón para ofrecérselo a un desconocido fumador, y vicioso.
- "Oye, a mí no me met..."- una mirada de advertencia seria y silenciosa de su esposa, corto las palabras de la boca del ex CEO.
Si en el fondo sabía que protestar cuando su mujer está en modo Napoleón ordenado a sus tropas, era totalmente inútil, pero tenía que hacer algún tipo de intento, para él, que su niña se casara con quien fuera, tenía que ser bajo un exhaustivo examen al pretendiente, que él, como padre celoso de una hija única y adorada, iba a poner, pero que muy difícil.
Que su mujer se estuviera encargando de buscar pretendientes, sin que él los hubiera supervisado adecuadamente, haciéndolos sufrir, era una injerencia por parte de su mujer, en sus funciones de padre. Pero cualquiera le decía eso a esa decida mujer, la culpa de que su hija fuera así de ingobernable sólo era resultado de la madre que tenía, esos genes pesaban mucho.
Como siempre, tras la mirada de advertencia, Céline salió de la limusina cuando el chofer le abrió la puerta, sin tan siquiera esperar que su marido dijera algo, ya ella habia asumido que su Sean iba a obedecerla, su marido era un negociador y empresario temible, a pesar de que ya estaba retirado, pero Céline tenía claro quien eran los puntos débiles de su marido, su hija y ella, y como no, siempre que podía, explotaba ese recurso.
A varios metros de esta pareja se encontraba una animada pareja organizando como acometerían las compras de esa semana, tanto para enviar al parque de bomberos como para la fiesta que tenían que organizar en casa, para el cumpleaños número veintidós de las gemelas, en ocurriría en siete días, el próximo sábado.
- "Lo que lamento es que ninguno de los tres se va a presentar, con nuestros amigos, y familia una pareja, para su futuro matrimonio. ¿Qué hemos mal, Benji? Muchas de mis amigas ya tienen hasta nietos."- se quejó mimosa Kiara Hernández.
Su marido no dijo nada, no le molestaba que su hijo encontrara una pareja, tenía veintiocho años ya era hora, además así dejaba de correr esos estúpidos rumores sobre los extraños gustos sexuales de su hijo, incluso se había puesto en duda su orientación sexual. De lo que no estaba tan de acuerdo era el que sus preciosas gemelas de veintiún años ya tuvieran pareja, sobre todo Megan que estaba loquita por un bombero, el mejor amigo de su hijo.
Louis Turner, era buen chico, un poco serio quizás, pero era bombero, con un hijo bombero y él ya estaba bien, no deseaba que su hija pasara por lo que su esposa pasó, además Megan tenía un carácter mucho más exigente e impaciente que su madre, y él dudaba que estuviera preparada para ser la mujer de un bombero, iba sufrir mucho con eso. Gracias a Dios su hija Alice estaba hecha de otra pasta, ella preferida la aventura, y para eso lo principal era ser soltera y sin cargas.
- "Disculpen, no serán los padres del bombero Brandon Miguel Hernández."- dijo una voz de mujer que le hizo girarse a los dos.
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El Ardiente Capricho de la CEO
Roman d'amourMackenzie O 'Sullivan es la heredera de Holding O 'Sullivan Park, ha tenido que luchar mucho para convertirse en el CEO. Ya que su tío, Rónan O 'Sullivan, siempre había creído que sus dos hijos, Shane y Murphy, serían los verdaderos herederos de su...