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❝Hung my head asl lost the war
And the sky turned black like a
perfect storm❞


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— ¿Por qué solo viajo con ustedes una vez cada dos años? — se quejó García.

Emma sonrió emocionada al ver que su amiga subía al jet. El caso en el que iban a trabajar, era terriblemente malo, y sabía que iba a ser difícil, pero siempre era bueno tener la compañía de la analista con ella, especialmente porque no era seguido.

— Creeme, te cansa — respondió Derek.

— Claro, como los tratamientos de spa y los hoteles cinco estrellas.

— ¿Recuerdas cuando olvidamos enfriar la champaña? — preguntó Emily a Morgan en burla.

— Casi renuncio a la unidad ese día.

— Bromeen todo lo que quieran — respondió Garcia mientras buscaba su asiento frente a la rubia — Yo no pienso bajarme de este avión.

— En realidad el término correcto es jet — respondió Emma sonriendo — Ya sabes, nuestro propio jet privado que tiene un mini bar.

La mayor la miró, incrédula — ¿Tú también?

Emma solo se encogió de hombros.

— No se porque te sorprende — habló Spencer mientras seguía leyendo una de sus revistas de ciencias — Esa sonrisa de ángel es solo un disfraz para que su maldad te tome desprevenido.

La analista encarnó una ceja al escucharlo — ¿Sonrisa de ángel, Reid?

Spencer dejó de leer su revista al ver que frente a él tenía a Garcia y Hotch observándolo. Y que probablemente el resto de sus compañeros estaban igual que aquellas caras sorprendidas.

— Es solo un decir — se excusó. 

— Bueno para sacar al doctor de este increíblemente incómodo momento — habló Rossi, que estaba en los asientos del otro lado del jet — ¿Las víctimas?

— Todas asesinadas en barrios diferentes — respondió Hotch. — Hell 's Kitchen, Murray Hill, el Lado Este, el Barrio Chino, el estado de Harlem.

— No tiene sentido — negó Emma, confundida — No hay victimología en común, ni componente sexual, ni robo, ni conexión geográfica ¿La policía tiene alguna pista?

— Mata aproximadamente cada dos días— respondió el jefe de la unidad, eso bastando para saber que la respuesta a su pregunta era que no, no tenían ni idea. — La prensa está de parabienes y el ánimo en la calle es bastante tenso.

— ¿Es un grupo de trabajo con la policía de Nueva York? — preguntó Rossi.

— Kate Joyner dirige la oficina local. Ella se encarga del caso y me llamó directamente — explicó Hotch — JJ ¿Les avisas que estamos listos?

Emma observó con cautela a su compañera de equipo, estaba alejada, y no parecía muy metida en el caso. Algo le pasaba, pero prefirió no meterse donde no la llamaban.

— Kate está teniendo algunos problemas con los detectives y quiere una mirada nueva — aviso Hotch.

— Joyner, la conozco — habló Morgan, y la atención de la rubia volvió a la conversación principal al notar que su jefe la había llamado por su primer nombre — Es británica ¿No?

𝑨𝒍𝒍 𝒊𝒔 𝒇𝒂𝒊𝒓 𝒊𝒏 𝑳𝒐𝒗𝒆 𝒂𝒏𝒅 𝑷𝒐𝒆𝒕𝒓𝒚 | Spencer Reid Donde viven las historias. Descúbrelo ahora