𝑨𝒍𝒍 𝒊𝒔 𝒇𝒂𝒊𝒓 𝒊𝒏 𝑳𝒐𝒗𝒆 𝒂𝒏𝒅 𝑷𝒐𝒆𝒕𝒓𝒚 | Spencer Reid

° 15 °

❝ It was legendary
It was momentary
It was unnecessary
Should've let it stay buried
Oh what a valiant roar
What a bland goodbye ❞

🤍◦ ✨ . . ✒️ ೃ࿔ 📜 • ༄

Emma suspiró con cansancio después de esperar por más de diez minutos frente a aquella puerta.

Llegaría tarde si seguía esperando, pero se suponía que ella y Spencer iban a ir juntos al trabajo.

Ella trataba de arreglar algunos planes con él en todo ese tiempo, trataba de estar en los horarios de su comida, se preocupaba de que llegara tarde lo menos posible, lo invitaba a quedarse en casa y dejaba a propósito el periódico del día con las páginas de narcóticos anónimos a primera vista.

Aun así sentía cada día más lejano al castaño.

Sabía que debía decirle, que debía decirle de buscar ayuda, pero cada vez que la remota posibilidad de una charla se abría, Spencer solo la evitaba. De hecho, llevaba evitandola hacía semanas ya, sus charlas no eran sobre nada que no fueran los casos en los que trabajaban, y aún así él parecía no prestarle atención.

— Dios, lo odio… — susurraba para sí misma mientras se hacía camino hasta la unidad.

Estaba llegando tarde, estaba desarreglada y sus días se basaban en tratar de llenar el vacío que sentía dentro preocupándose de que Spencer no se drogada hasta matarse.

Y Emma estaba cansada.

No fue grata su sorpresa al verlo sentado en el mismo lugar de siempre en la sala de reuniones, con el resto del equipo esperándola a ella.

— ¿Cuándo llegaste? — fue una pregunta hostil y directa al castaño.

Todos en el ambiente observaron aquella interacción con confusión, todos excepto Morgan.

— ¿Por la mañana? — preguntó el castaño confundido — A la misma hora de siempre.

— Me dijiste que vendíamos juntos — reclamó, enojada, y pudo ver en los ojos del genio que había borrado ese recuerdo por completo — Estuve en tu puerta por diez minutos.

— Lo siento, yo… Lo olvidé — se disculpó él.

— Bien, Emma ya que estas aquí podemos comenzar — cortó Hotch al ver la poca paciencia con la que la chica contaba — JJ por favor.

Emma solo se sentó al lado de Morgan y fijó su vista en la pantalla.

— Hay un asesino en serie en Nueva Orleans — comunicó la chica — Ha matado por lo menos a tres hombres antes de Katrina. Hasta ahora, los del departamento de policía pensaban que el asesino había muerto en la tormenta.

— ¿Y qué les hizo cambiar de opinión? — preguntó Morgan.

— Anoche encontraron un cuarto cadáver en el barrio francés — explicó JJ — Mismo modus operandi, degollado, eviscerado.

— ¿Un año y medio? — preguntó Emily — Eso es mucho tiempo para descansar.

— Emily tiene razón — afirmó Emma — ¿Estamos seguros de que es el mismo ignoto?

— Él dice que lo es — respondió la rubia asintiendo — Le mandó una carta a William Lamontagne, el detective a cargo del caso.

Gideon asintió, pensando — ¿Lamontagne tiene alguna pista?

— Murió durante Katrina — respondió JJ — Ahora su hijo encabeza el caso.

La rubia suspiró cuando un escalofrío recorrió toda su columna vertebral — Pobre hombre, eso no debe ser fácil.