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❝And prayed to God you'd be
coming home all right❞




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— ¿Qué tal este? ¿No es hermoso? — preguntó Emma sosteniendo aquel conjunto de overol y camisa en tonos marrones — Me hace acordar a tí.

Spencer sonrió con las mejillas sonrojadas al escuchar lo último, y solo por eso, tomó aquel conjunto y lo puso ordenadamente en aquel carrito que estaban llenando esa mañana.

Quizás comprar sus cosas en aquella tienda mayorista no era lo más glamuroso del mundo, pero ellos estaban felices porque encontraban cosas que les gustaban, tenían precios accesibles ya que con un bebé y una boda tenían gastos a los que debían acostumbrarse, y, lo que más les importaba, se acomodaba a sus horarios.

Era una de las pocas tiendas que estaban abiertas a las horas de la noche, cosa que ayudaba porque con el trabajo que tenían no había mucho tiempo libre para las compras.

— Se que quizás la ropa no es tan importante y que JJ nos donó mucha ropa de Henry pero no pude evitar comprarlo — se disculpó la rubia mientras ponían todas las compras en el baúl del auto — Aunque también es bueno saber que ya cubrimos lo esencial. JJ me dijo que no hay que gastar en demasiadas cosas como juguetes o ropa porque los juguetes no los usan y la ropa luego no le entra.

— Emma está bien, lo estamos haciendo bien — tranquilizó el castaño al verla tan nerviosa, y rió cuando la oyó suspirar para calmarse mientras metían las bolsas — Además, no puedo decirte nada por comprar ropa cuando yo le compre su propio juego de ajedrez.

Es que no pudo evitarlo, cuando vio aquella sección de juegos y un ajedrez pensó en que su hijo quizás podía también contraer el hábito de jugar, y quiso creer que en un futuro, pasarían ambos tardes enteras jugando.

— Ollie será un maestro del ajedrez como su padre, de eso estoy segura — asintió ella tocando su vientre de cuatro meses y dos semanas — Pero más te vale que ni le enseñes a ganarme.

El castaño negó con una sonrisa, y la tomó por la cintura para dejarla un rápido beso.

— ¿Cómo te sientes al saber que seremos dos hombres Reid ahora? — preguntó.

Su hijo ya se había dejado ver, finalmente, y, tal como JJ había dicho, era un varón.
No sabían quién de los dos estaba más contento con la noticia, pero si había que decir nombres, digamos que JJ y Morgan se llevaron dinero por la apuesta que corrió en la unidad, así que se podría decir que ellos.

— Mi sueño se hizo realidad — afirmó la rubia, y paz se sintió cuando lo dijo — Siempre me imagine contigo y un pequeño niño. Un niño castaño con muchos rulos, al que le leíamos muchos cuentos, le regalariamos muchas cosas en navidad y pasaríamos cumpleaños con todos en la unidad.

— Seremos Spencer, Emma, y Oliver Reid dentro de muy poco — afirmó el castaño y casi no se lo podía creer — Y me encanta.

Emma asintió con una sonrisa. Le gustaba como sonaba y como se estaban preparando para todo. Spencer la había hecho ver partos de todo tipo (quedó traumatizada) también tenían una bibliografía acerca de todo en cuanto a embarazos y la crianza.
Sabían que no había un manual acerca de ser padres, y que cada embarazo y crianza era diferente, pero estaban dando todo de sí para poder ser la mejor versión de sí mismos para su futuro hijo.

— ¿Vamos a descansar? — propuso el castaño al verla bostezar — Creo que ya es la hora de dormir de ambos.

— Si, por favor…

𝑨𝒍𝒍 𝒊𝒔 𝒇𝒂𝒊𝒓 𝒊𝒏 𝑳𝒐𝒗𝒆 𝒂𝒏𝒅 𝑷𝒐𝒆𝒕𝒓𝒚 | Spencer Reid Donde viven las historias. Descúbrelo ahora