𝑨𝒍𝒍 𝒊𝒔 𝒇𝒂𝒊𝒓 𝒊𝒏 𝑳𝒐𝒗𝒆 𝒂𝒏𝒅 𝑷𝒐𝒆𝒕𝒓𝒚 | Spencer Reid

° 07 °

❝ My beloved ghost and me, sitting in a tree
D Y I N G ❞

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— Estás callada últimamente — habló Morgan.

Emma, que estaba en el escritorio del frente, se giró a mirarlo.

— Estoy llenando el papeleo, Morgan, no entiendo porque debería estar hablando — apuntó con su lapicera a todos los papeles que tenía en su escritorio.

El moreno levantó ambas manos, en señal de paz — Uy parece que alguien está teniendo un mal día.

— Deja a la niña, Morgan — regañó Emily desde su escritorio — Ya estas grande para molestarla.

Emma le sacó la lengua al moreno a lo que él rodó los ojos, y cada uno siguió en lo suyo. Aunque Emma se distrajo rápidamente al ver a Spencer entrar disfrazado de Frank Einstein, con una bolsa llena de dulces, y con toda la intención de jugar una broma, por lo que disimuladamente, sacó su cámara y la apuntó al escritorio del moreno.

— ¡Te voy a comer!

Tanto ella como Emily se rieron a carcajadas al ver a Morgan casi caerse de su asiento.

— Reid.

— Feliz Halloween, chicos — saludó el castaño, quitándose la máscara — Para parafrasear la mitología celta, mañana por la noche se suspenderá todo orden y las barreras entre lo natural y lo supernatural desaparecerán temporalmente.

Emma rió al ver como el castaño sacaba una cabeza vudú de juguete y la tiraba sobre el escritorio de la pelinegra. Decidió apagar su cámara y guardar aquel recuerdo para torturar a Morgan en su próximo cumpleaños.

— ¿Ven? Por eso Halloween me da escalofríos — apuntó el moreno.

El genio frunció el ceño, aún con su máscara a medio sacar — ¿Te da miedo Halloween?

— No dije que me da miedo — negó el moreno — Dije que me da escalofríos. Busca la diferencia en el diccionario.

— ¿Qué es lo que te da escalofríos? — preguntó Emma.

— No sé. La gente usando máscaras — apuntó Morgan hacia Spencer — No me gusta la gente disfrazada.

— Pero eso es lo mejor del Halloween — se quejó el castaño — Puedes ser quien quieras.

— Y si eres mujer puedes vestirte como prostituta y recibir halagos en vez de críticas — siguió la rubia, a lo que Emily asintió, de acuerdo.

El moreno miró a ambos y negó — No, yo estoy contento de ser yo.

— Si ¿Porque ninguno de esos tres puntos de vista me sorprende? — preguntó la pelinegra, casi riendo.

— Pero ¿Saben que? — habló el moreno — Por el otro lado un buen motivo para acurrucarse con una película de terror y una cita en la noche de Halloween.

— Y es ahí para Morgan que los disfraces provocativos entran — apuntó la rubia, a lo que él moreno apuntó asintiendo con una sonrisa — ¿Ven? Yo conozco la mente de Derek Morgan.

El castaño miró a ambos con el ceño fruncido, rodando los ojos.

— Ew ¿Una cita en la noche de Halloween? — negó la pelinegra — Ahora yo tengo escalofríos.

— Ya somos dos — aceptó Spencer, aunque él estaba asqueado por motivos totalmente diferentes.

— No nos aprecian, Morgan — exageró la rubia logrando la risa de ambos mayores, menos la de Spencer.