° 13 °

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❝Clear blue water
High tide came and brought you in
And I could go on and on, on and
on, andl will❞



🤍◦ ✨ . . ✒️ ೃ࿔ 📜 • ༄



— Bueno, aquí te dejo — habló la rubia.

La lluvia había comenzado a caer, y casi no se veía por fuera de los vidrios, Robin dormía en la parte trasera del auto, y el castaño miraba hacia adelante, sin hablar.

— ¿James?

— ¿Crees que puedes quedarte hoy? — preguntó él, a lo que ella frunció el ceño — No me gustan las tormentas.

Emma dudó, había una pequeña espina en su espalda que le decía que no lo hiciera, pero al ver el terror en los ojos del castaño, asintió.
Bajaron ambos y caminaron rápidamente hasta la casa del señor Thomas, donde James se estaba quedando.

La entrada era un fino pasillo que daba a la sala, y apenas el británico abrió la puerta y dieron un paso, ella pudo sentir el olor a humedad y viejo en el ambiente. Frunció el ceño, tratando de acostumbrarse a ello.

— Lo sé — asintió él mientras cerraba la puerta de entrada — al parecer a mi padre no le gustaba mucho ventilar la casa, pero estoy trabajando en ello.

La guió por aquel pasillo lleno de algunos cuadros de guerra, y prendió una de las lámparas de la sala cuando llegaron. Estaban bastante empapados, porque la lluvia era torrencial, así que, el olor a húmedo, a cosas viejas, y el frío que entraba por esa casa más la poca iluminación le estaban helando los huesos a Emma, que ya se había arrepentido de entrar.

— James creo que será mejor que me vaya a casa…

— ¿Así toda mojada? — preguntó él, negando al instante mientras caminaban lejos de allí — No creo que sea buena idea, te resfriaras….

— No importa, me tomaré un baño en casa apenas llegue — negó ella, incómoda mientras veía todos esos cuadros de guerra y los libros desparramados por todo el lugar — Además, Robin está algo alterado y prefiero llevarlo a casa.

— ¿Por qué no te das una ducha aquí? Así entras en calor — ofreció el con una sonrisa de las que siempre le dirigía — Luego puedo prestarte ropa y un paraguas para que no te mojes de camino a casa.

Emma no estaba muy segura, había cierta aura en esa casa que no le gustaba, y por los ojos abiertos de Robin, algo le decía que su gato también lo sentía. Ella lo atribuía a que simplemente le daba escalofríos pensar que estaba por quedarse en la casa de un hombre que había muerto hace poco.

— Está bien — aceptó ella, dándose unos pasos hasta quedar en la sala — Solo porque estoy muerta de frío.

James la guió hasta arriba, donde el baño se encontraba, y le abrió la puerta para que ella entrará, dejándole dos toallas y una camiseta y un chándal que eran de él. — La llave que da contra la ventana es la caliente, aunque sí está muy fría puedes gritarme, estaré abajo prendiendo la chimenea.

— ¿Por qué no me sorprende que tu padre tenga una chimenea? — se rió ella, y asintió — Gracias.

Cuando el castaño se fue, ella cerró la puerta de aquel baño y templó el agua antes de entrar, corriendo aquella mampara y suspirando cuando el agua caliente entró en contacto con su piel helada, sintiéndose automáticamente mejor.
Tomó los productos para el cabello, tomó el jabón y disfrutó de aquel baño, tratando de ignorar la incomodidad que le generaba el hecho de que aquellas mamparas sean completamente transparentes y que lo único que ayudaba a cubrir su cuerpo de sentirse expuesto era el mismo vapor de la misma agua caliente.

𝑨𝒍𝒍 𝒊𝒔 𝒇𝒂𝒊𝒓 𝒊𝒏 𝑳𝒐𝒗𝒆 𝒂𝒏𝒅 𝑷𝒐𝒆𝒕𝒓𝒚 | Spencer Reid Donde viven las historias. Descúbrelo ahora