° 05 °

696 153 99
                                    

How long could we be a sad song
'Til we were too far gone to bring back to life?
I gave you all my best me's, my endless empathy
And all I did was bleed as I tried to be the bravest soldier




(Recomiendo que lean
escuchando la canción)



🤍◦ ✨ . . ✒️ ೃ࿔ 📜 • ༄






– No… — Emma suspiró, y volvió a recostarse en aquella cama cuando su hijo, muy dormido, la detuvo antes de qué dejara su cama, aprisionandola entre sus brazos. — No mamá, quédate.

Ella los acomodó a ambos mejor, y lo dejó contra su pecho mientras Ollie se acomodada todo desparramado, cayendo en el sueño profundo después de aquel llanto de camino a casa.

El camino había sido difícil, en sus mentes, tanto Spencer como Emma se gritaron diez mil cosas, pero en la realidad, el vehículo se inmutó en un escandaloso silencio mientras el conducía sin quitar sus ojos del camino y ella trataba de calmar al pequeño.

— Te amo, mamá… — susurró él pequeño entre sueños.

Ella solo se quedó allí, en silencio, acariciando su cabello mientras sentía las lágrimas caer por sus mejillas.

Spencer también podía ver las lágrimas que corrían por las mejillas de Emma, las veía a la distancia desde el marco de la puerta, teniendo miedo de entrar.

Masajeó su cabeza cuando el dolor le estaba molestando tanto que le impedía ver con claridad y entró con cuidado, parándose en frente a aquella cama, tomando la mano del rubia, sin decir nada, dejándola llorar.

El comenzó a llorar también, los dos en silencio, con un Oliver dormido en medio de ambos.

La vida adulta los estaba matando lentamente, y en esos momentos se sentían como dos niños sin saber qué hacer.

Cuando Emma sintió que Ollie ya estaba lo suficientemente dormido, se despegó de la mano de Spencer, acomodó al niño de vuelta en su cama, beso su frente y bajó hasta la cocina.

— ¿Vamos a hablar? — preguntó el genio detrás de ella. Emma solo tomó una de las frutas qué tenían en la mesada, sentándose en el desayunador — Lo lastimamos, Emma…

— ¿Crees que no lo sé? — preguntó ella con la voz cortada, aun de espaldas — Le mentí en la cara…

— No técnicamente, lo podremos resolver — apuntó el genio, poniéndose una mano en el hombro de la chica. Ella simplemente se paró y se alejó — Emma…

— Ya no puedo más. — negó la rubia, tratando de dar un mordisco a aquella fruta, y sentir el asco instantáneo, corriendo hasta la fregadera de la cocina a vomitar. El genio corrió detrás de ella a tomar su cabello mientras la escuchaba tratar de luchar con su problema — ¿Me pasas el agua por favor?

La voz de Emma estaba débil, y los flashbacks de su relación pasada los atormentaron a ambos — Claro…

La ayudó a sentarse, la observó tomar aquel vaso de agua completo en silencio, sin saber qué decir.

Ya conocía esa versión de Emma, y sabía que podía haber una peor si no detenían ese juego a tiempo.

— Mañana tengo mi cita con Maria y los doctores  — ella habló antes de que él pudiera hacerlo, observando aquel pedazo de cristal con nostalgia — Me estoy haciendo cargo, descuida.

𝑨𝒍𝒍 𝒊𝒔 𝒇𝒂𝒊𝒓 𝒊𝒏 𝑳𝒐𝒗𝒆 𝒂𝒏𝒅 𝑷𝒐𝒆𝒕𝒓𝒚 | Spencer Reid Donde viven las historias. Descúbrelo ahora