𝑨𝒍𝒍 𝒊𝒔 𝒇𝒂𝒊𝒓 𝒊𝒏 𝑳𝒐𝒗𝒆 𝒂𝒏𝒅 𝑷𝒐𝒆𝒕𝒓𝒚 | Spencer Reid

° 05 °

❝I'm his lady, and oh my God
You should see your faces❞

🤍◦ ✨ . . ✒️ ೃ࿔ 📜 • ༄

— ¿Sigues enojado conmigo?

El castaño se giró a mirar a su novia cuando aparco el auto en la estación de policía de Las Vegas. Emma lo observaba desde hacía ya tiempo desde el asiento del copiloto, apenada.

— Te descontaran mucho por esto, no tenías que hacerlo — suspiró él, aunque realmente no estaba enojado — Solo me iba a quedar unos días.

— Lo se pero quiero — contradijo ella — Si hay algo que está revoloteando por tu mente y no te deja en paz entonces me quedaré en Vegas lo necesario para ser tu apoyo.

Spencer asintió, porque aunque odiaba admitirlo, se sentía mejor al saber que, cuando le comunicó al equipo que quería quedarse unos días, ella simplemente dejó todo para estar junto a él, sin importar que los días de vacaciones todavía no estaban dados y eso significaba licencia sin goce de sueldo.

— Ahora ¿Me dirás que sucede? ¿O hago como que soy una planta?

— ¿Puede ser lo segundo por favor? — pidió el genio, tomando el volante del auto cuando ella se giró indignada, estirando sus manos — Aun no estoy seguro de que pueda hablar de eso.

Emma asintió, y ambos bajaron del lugar y entraron a la estación.

— Hola, soy el agente especial Spencer Reid del FBI, ella es mi colega la agente Winslet — Spencer prácticamente estampó su placa en la cara del primer oficial que se encontraron allí — Quiero ver cada detalle que tengan del asesinato del niño Riley Jenkins en mil novecientos ochenta y cuatro.

El hombre asintió, resignado — Un momento.

— Gracias.

Ambos fueron invitados a sentarse en aquella oficina, y Emma aprovechó el momento para poder ir a desayunar algo, buscando especialmente alguna máquina expendedora que le pudiera otorgar chocolates porque a esa hora de la mañana se habían vuelto una necesidad.

— ¿Y el detective qué nos atendió? — preguntó apenas volvió, donde ahora solo estaba Spencer revisando esos expedientes.

— Fue a buscarme una caja donde posiblemente haya más archivos — explicó,  y cuando alzó la vista, rió al verla comer aquel chocolate como si fuera su última cena — ¿Antojos premenstruales?

— Oye yo soy solo una chica que ama el chocolate — se defendió, apuntandolo con aquella barra, para luego sacar otra de su bolsillo y pasársela a él— Come, algo me dice que vamos a necesitar bastante azúcar si tendremos que revisar este caso de tu amigo no tan imaginario.

— Bien, pero en cuanto podamos te llevaré a que desayunes de verdad — respondió él, sonriendo, agradecido de que tenía a Emma, porque últimamente solo lo hacía con ella — Se que te había prometido que desayunábamos juntos y por esperarme no lo has hecho.

— No te lo echó en cara — negó ella, tomando también un expediente de aquella caja para comenzar a leer — Pero si me compras un helado luego estaría mejor.

Spencer negó al escucharla. Amaba saber que Emma poco a poco hacía las paces con la comida, de hecho, desde que estaban juntos, la había visto disfrutar de comer balanceado, saludable y sobretodo, de disfrutar sin sentir culpa.

(...)

— Spence…

El genio asintió mientras ella sacó su arma cuando estuvieron frente a esa puerta semi abierta.