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❝And so I watch as you walk
Into some bar called The Black Dog
And pierce new holes in my heart
You forgot to turn it off
And it hits me
I just don't understand ...
How you don't miss me❞




🤍◦ ✨ . . ✒️ ೃ࿔ 📜 • ༄





— ¡Hotch! ¡Se quema la cocina!

Emma corrió rápidamente entre todo el humo y dio gracias a Dios cuando tomando un trapo mojado pudo ahogar el fuego para luego cerrar la llave de paso.
El llanto de Jack se escuchaba desde la sala, y el rostro preocupado de su jefe había llegado justo cuando el humo comenzaba a disiparse.

— ¿Qué sucedió? — preguntó la rubia, consternada — Me fui veinte minutos…

— Yo fui a bañar a Jack y… — explicó el mayor, suspirando. — Lo siento, me olvidé del fuego.

Emma fue hasta la sala y tomó al pequeño de casi dos años entre brazos. Jack aún estaba solo con la bata de baño, y miraba asustado todo.
Hotch lucía abatido, mirando el desastre que era su cocina y el pobre de su hijo que había dejado de llorar mientras la rubia lo mecía.

Estaban siendo unas semanas difíciles para el mayor y ella lo sabía, así qué, muchas veces Hotch le pedía que se quedara cuando Jack iba a la casa.
El le decía que era porque el niño la extrañaba, pero Emma no era idiota, sabía que su jefe, aunque injustificadamente, temía quedarse solo con su hijo.
Era entendible, gracias a su trabajo, ellos pasaban mucho tiempo fuera de casa, era entendible que tuviera ese miedo cuando quien pasaba más tiempo con Jack era Haley.

— Oye, Hotch, tranquilo — habló ella al notar el cansancio en los ojos del hombre — Vamos a cambiar a Jack para que no inhale este humo y luego bajamos a limpiar.

El mayor suspiró, frustrado, pero terminó por asentir. — Lo siento yo solo…

— Hotch, solo es un plato quemado, a todos nos pasa alguna vez — ella le sacó importancia, tratando de que su jefe se relaje un poco — Una vez cuando tenía diecisiete quemé un pollo al horno, y los bomberos tuvieron que venir a mi casa… Mi abuela me castigó por meses.

— No está siendo fácil ¿Sabes? — confesó él mayor, y ella, mientras dejaba a Jack en su cama y buscaba la ropa lo escuchó, porque ambos sabían que si Emma fingía no tomarle tanta importancia Hotch hablaría con más libertad — Temgo mi cabeza en el trabajo, en que estoy echando a perder mi matrimonio, en que tengo que ser un buen padre…

— Tú ya eres un buen padre — cortó la rubia. Poniendo en el pequeño Jack un lindo conjunto de pijama de dinosaurios que ella misma le había regalado — Jack es afortunado de tener padres como ustedes.

— No estoy nunca y cuando estoy, estoy asustado todo el tiempo y quemó su comida…

— Estás — remarcó ella, con un Jack bastante adormilado acunandose en su pecho mientras el mayor sonreía al ver esa imagen — Estás en su vida, eso es mucho más de lo que lamentablemente muchos niños tienen, provees un buen ámbito de crecimiento para Jack, y estás tan asustado y al pendiente de él que vives con miedo, eso no te hace un mal padre, y menos el quemar un plato de fideos.

Era algo obvio que la relación qué él había construido con Emma sobrepasaba lo laboral, Hotch la amaba como si fuera su propia hija, y lo sabía, muy en el fondo de su corazón (y no tan en el fondo también) sabía que la amaba demasiado, y que, sangre o no, Emma era parte de su familia.
Solo bastaba ver cómo se preocupaba por cada cosa que pasaba en el hogar Hotchner, como para confirmarlo.

𝑨𝒍𝒍 𝒊𝒔 𝒇𝒂𝒊𝒓 𝒊𝒏 𝑳𝒐𝒗𝒆 𝒂𝒏𝒅 𝑷𝒐𝒆𝒕𝒓𝒚 | Spencer Reid Donde viven las historias. Descúbrelo ahora