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same old tired lonely place...

🤍◦ ✨ . . ✒️ ೃ࿔ 📜 • ༄


Actualidad.

Emma caminaba junto a Spencer por los pasillos de aquella gran universidad que ella conocía como la palma de su mano porque hacía menos de un año todavía los transitaba como estudiante.
Trataba de alcanzar al castaño para tomar aquellos documentos que les hicieron llegar del fbi, ambos peleaban por quien debía poner al tanto a su mentor.

— No es justo — se quejaba la rubia mientras saltaba intentando coger los papeles que Spencer sostenía en el aire aprovechándose de su altura — ¿Por que siempre tienes que ser tú quien le anuncia los casos?

— Porque soy el mayor — respondió el castaño — Y porque me gradué antes que tú.

— Si, solo porque eres algo así como un genio — Emma se cruzó de brazos refunfuñando — Si yo tuviera tu cerebro también me hubiera graduado antes.

Ambos se detuvieron al pie de aquella gran puerta blanca del auditorio donde Jason Gideon, su mentor, estaba dando una clase. El castaño suspiró frustrado ante el último intento de Emma por tomar los papeles.

— Le avisaré y lo presentaremos juntos ¿Bien? — propuso.

Sabiendo que era eso o nada, la rubia asintió. Ambos abrieron la puerta y Spencer solo señaló aquel papel cuando la atención de su tutor cayó en ellos.

— Un segundo — se excusó de su clase y los tres emprendieron camino hasta su oficina.

— La policía lo llama el estrangulador de Seattle — anunció Emma.

— Cuatro víctimas en cuatro meses — Spencer mostró los documentos y las fotos al mayor mientras hablaba — Los mantiene vivos durante siete días, y la manija de la foto funciona como una manivela.

Emma se cruzó de brazos al ver que el genio había dicho prácticamente todo y no la había dejado hablar, como siempre sucedía.

— Así controla el ritmo de sofocación — dedujo el mayor.

— ¿Para prolongarlo? — pregunta ella.

Gideon nego — Para disfrutarlo — corrigió — ¿La policía de Seattle no tiene nada?

Emma negó — No hay pruebas físicas o evidencias tangibles.

— Y otra chica ha desaparecido… — suspiro Gideon.

Los tres entraron a su oficina, tanto ella como Spencer esperaban órdenes del mayor mientras él leía los documentos. No era un lugar muy agradable, estaba lleno de libros, carpetas, artefactos que Emma no sabía exactamente que hacen, una ventana por la cual no entraba luz y todo estaba desordenado, por eso, ella esperaba en un rincón junto a Spencer.

— Estudiaré el expediente del caso y les diré lo que pienso.

Gideon parecía hablar solo, pero en ese momento, dos agentes que Emma ya había tenido el gusto de conocer entraron por aquella puerta.

— Estarás con nosotros en Seattle lo antes posible — Aaron Hotchner habló con la autoridad que, por lo menos desde que Emma lo conocía, lo caracterizaba.

𝑨𝒍𝒍 𝒊𝒔 𝒇𝒂𝒊𝒓 𝒊𝒏 𝑳𝒐𝒗𝒆 𝒂𝒏𝒅 𝑷𝒐𝒆𝒕𝒓𝒚 | Spencer Reid Donde viven las historias. Descúbrelo ahora