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❝This thing was a shot in the dark
Say you'll never let 'em tear us apart❞

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Emma tomó las muletas y las bajó rápido de aquel coche para ayudar al castaño a bajar.

— Gracias… — asintió Spencer con una sonrisa.

Tenían un nuevo caso, suerte para ellos, no tenían que viajar porque era al sur de Washington, así que ahí estaban, estacionando frente a él último lugar de homicidio después de haber dejado a Ollie en la guardería.

— ¿Detective Andrews? — JJ llegó delante de ellos entre todo ese tumulto de personas, autos, y cintas de policía para presentar a todo el equipo — Hola. Soy Jennifer Jareau. Ellos son los agentes Rossi, Morgan, Hotchner, Prentiss y la agente y el doctor Reid.

— Gracias por venir tan rápido — fueron las palabras del hombre una vez todos reunidos.

— ¿Qué puede decirnos? — preguntó Rossi.

— Parece que una de las víctimas fue atacada al bajarse del auto — explicó el hombre, llevándolos hasta allí — Él qué hizo esto quizás usó las llaves para entrar y sorprender a las otras víctimas.

— ¿Quién encontró los cuerpos? — preguntó la rubia.

— La empleada de limpieza — señaló el hombre hacia donde una mujer estaba hablando con uno de los detectives — Está declarando ahora.

— Dave. — llamó el jefe de la unidad y este lo miró en busca de una orden — Tu, Morgan, y Prentiss cubran adentro, nosotros cubriremos aquí.

Los tres fueron adentro, y Emma comenzó a inspeccionar aquel auto junto con el resto del equipo allí.

— ¿Los vecinos pudieron llegar a ver algo? — preguntó al detective.

— No. — negó este — Las patrullas se han duplicado en esta zona por el vandalismo. Nada.

— Los ignotos deben haber sido rápidos y eficientes — afirmó el genio.

— Miren esto. — Hotch señaló la puerta del pasajero de aquel auto, y la rubia rápidamente se puso a su lado para observar mejor aquellos patrones — Hay un río de sangre aquí, y luego gotas al ir la víctima hacia la puerta.

— ¿Qué estatura tenía la víctima? — preguntó ella.

— Entre uno ochenta y tres y ochenta y siete — respondió el detective — ¿Por qué?

— Si fuera tan fuerte para moverse por sí mismo, uno esperaría ver signos de forcejeo — explicó la chica. — Y si no, habría marcas de arrastre, pero un charco de sangre indican que la persona estuvo un corto tiempo parado en el lugar, y las gotas que fue movido directamente hacia el departamento.

— ¿Fue cargado? — propuso JJ.

Pero Emma negó, no muy convencida — Es mucho peso para que una sola persona lo cargue.

— No hay charco de sangre en el porche — señaló Spencer, siguiendo con su teoría — No lo tuvieron que bajar para abrir la puerta.

— Hotch — habló la rubia y él mayor se giró a mirarla. Ella señalaba el suelo — Hay una huella parcial de zapatos aquí ¿El forense lo proceso?

El detective negó — Los llamaré ahora.

(...)

— ¿No te dijeron ya que no puedes venir aquí?

𝑨𝒍𝒍 𝒊𝒔 𝒇𝒂𝒊𝒓 𝒊𝒏 𝑳𝒐𝒗𝒆 𝒂𝒏𝒅 𝑷𝒐𝒆𝒕𝒓𝒚 | Spencer Reid Donde viven las historias. Descúbrelo ahora