𝑨𝒍𝒍 𝒊𝒔 𝒇𝒂𝒊𝒓 𝒊𝒏 𝑳𝒐𝒗𝒆 𝒂𝒏𝒅 𝑷𝒐𝒆𝒕𝒓𝒚 | Spencer Reid

° 01 °

❝ You don't get to tell me you feel bad. ❞

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— ¡Mira lo lindo que está Ollie!

Spencer rió al ver  su hijo con un traje de dinosaurio haciendo puchero y cruzado de brazos, no muy conforme con la elección de la rubia para su disfraz de Halloween.

— ¡No quiero! — el rizado de ya tres años tiró al suelo aquella máscara que el disfraz tenía — No quiero ser dinosaurio.

— Emma creo que no eres buena para esto del halloween — negó mientras alzaba a Ollie que poco le faltaba para llorar allí en el salón de la casa — ¿Por qué no mejor dejas que yo me encargue del disfraz?

— Porque tu lo pondrás en algo horripilante como el halloween pasado.

— Si, porque esa es la gracia de la festividad — contestó él, con su hijo asintiendo a lo que la rubia bufó, enojada — Vamos… Ollie no quiere este disfraz.

— Bien, solo porque no quiero que él odie el halloween por mi culpa — cedió a lo que los dos hombres de la casa festejaron a los saltos — Pero nada de sangre falsa, y hablo en serio.

El genio asintió, y Emma sonrió al ver como ambos dos subían escaleras arriba para preparar aquel disfraz, debido a que Halloween estaba próximo ya, y como Oliver era hijo de su padre, amaba esa festividad.

Estaba por ordenar un poco el desastre que era su hogar cuando su teléfono la interrumpió. Al ver el nombre en él, suspiró, porque pensó que se escaparía de esa llamada. Evidentemente se había equivocado.

— Buenas noches, Hotch.

— No suenas muy animada — la voz del mayor inundó el otro lado de la línea — ¿Aún no se lo haz dicho?

— Aún no está confirmado — discutió ella, observando aquellas escaleras con temor a que el genio bajara de ellas — No quiero ponernos en una situación delicada por nada.

— Emma, está hecho, tengo tus papeles aquí en mi escritorio ahora — afirma el mayor y ella maldijo para sus adentros — Mañana tienes que venir a la unidad y ayudarnos en el nuevo caso, y si los directores están convencidos… Ellos te quieren de vuelta.

— Me gusta mi vida ahora, Hotch. — negó ella, sosteniendo con fuerza aquel teléfono. — Este caso lo haré como un favor personal para ti, pero no quiero volver todavía.

— ¿En serio? ¿No lo extrañas ni un poco?

Ella no supo qué contestar.

En realidad, no quería admitir al mayornque extrañaba su vida antes de que fuera tocada por esa oscuridad. Y es que Emma estaba dispuesta a seguir en la unidad, pese a que era un trabajo que te consumía, pese a que era desgastarte, ella iba a seguir… Hasta que llegó James y supo que no podía más, hasta que la vida de su hijo corrió peligro y ella entendió el terror y el dolor de cada víctima con las que ellos habían trabajado alguna vez; con su vida siendo arruinada en el proceso.

Llevó y necesitó casi un año entero para poder sanar esas heridas, no todas porque sabía que había algunas cosas que no sanarían jamás, pero, un año de la BAU fue algo que jamás se vio haciendo, hasta que fue necesario.

— Extraño lo que fue en un principio — confesó al mayor, sin percatarse de la presencia detrás de ella — Pero ahora no soy solo yo, Hotch, y tengo que pensar en lo mejor para mi familia. El trabajo jamás estará por encima de ellos.