இ o32. Hyūga Neji.

2.2K 126 5
                                    

En el vasto desierto de Sunagakure, la Princesa [T/N] se preparaba para una misión diplomática que prometía reforzar las alianzas del reino

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

En el vasto desierto de Sunagakure, la Princesa [T/N] se preparaba para una misión diplomática que prometía reforzar las alianzas del reino. Aunque su elegancia y habilidad como líder eran bien conocidas, también la hacían susceptible a posibles amenazas. Para garantizar su seguridad, el clan Hyūga había enviado a su protector más confiable: Neji Hyūga.

Desde el momento en que Neji llegó al palacio, su presencia fue un remanso de profesionalismo y calma. Aunque se mantuvo a una distancia respetuosa, sus ojos nunca dejaban de vigilar a la princesa. Su misión era clara, pero lo que comenzó como un deber se transformó lentamente en algo mucho más profundo.

En una tarde dorada, mientras [T/N] paseaba por los exuberantes jardines del palacio, Neji la seguía de cerca. Los rayos del sol reflejaban en su piel bronceada, creando un aura casi mágica a su alrededor. El viento jugueteaba con sus cabellos, y la serenidad del paisaje contrastaba con la tensión constante de la protección.

— Princesa [T/N], ¿alguna vez has considerado que el desierto no puede compararse con la luz que irradias? —dijo Neji, con una sonrisa que intentaba disimular la profundidad de sus sentimientos. Sus ojos, sin embargo, revelaban una admiración que iba más allá de la simple cortesía.

[T/N] se volvió hacia él, sorprendida por el tono de su voz y el brillo en sus ojos.

— ¿Así que, Neji, estás aquí para protegerme y hacerme cumplidos? —preguntó, su voz llena de una mezcla de curiosidad y diversión.

Neji se encogió de hombros, manteniendo el tono ligero.

— Mi deber es protegerte, pero también me he dado cuenta de que tu presencia ilumina incluso el desierto más árido. —Sus palabras eran una mezcla de coquetería y sinceridad, algo que comenzaba a convertirse en un rasgo constante en sus interacciones.

Cada día que pasaba, Neji encontraba nuevas razones para admirar a [T/N]. Observaba cómo se preocupaba genuinamente por su gente, su amabilidad y la fuerza con la que enfrentaba sus responsabilidades. A través de sus conversaciones, descubría capas de su personalidad que lo atraían más profundamente.

Una noche, durante una elegante cena en el palacio, Neji aprovechó la oportunidad para acercarse a [T/N] en un ambiente más íntimo. Las luces suaves del comedor creaban un halo cálido alrededor de ellos mientras Neji, con una sonrisa enigmática, le hablaba en voz baja.

— Sabías que en mi clan existe una técnica especial para proteger a aquellos que amamos. —dijo, inclinándose hacia ella con una mirada que revelaba tanto misterio como afecto—. Me pregunto si tú podrías tener algún secreto para mantenerme siempre en alerta.

[T/N] rió, una risa ligera y musical que resonó en la noche.

— ¿Qué tipo de secreto, Neji? ¿Algo que deba temer o algo que deba esperar?

Neji le ofreció una sonrisa traviesa.

— Solo que, si alguna vez necesitas a alguien en quien confiar, no dudes en buscarme. Mi lealtad hacia ti no tiene límites, y mi dedicación también.

𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 ; 𝐍𝐀𝐑𝐔𝐓𝐎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora