இ o7o. Senju Tobirama.

1.2K 128 5
                                    

En el claro del bosque, los rayos del sol se filtraban entre las hojas, iluminando la arena improvisada donde Tobirama y Madara se preparaban para una confrontación que iba más allá del simple entrenamiento

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

En el claro del bosque, los rayos del sol se filtraban entre las hojas, iluminando la arena improvisada donde Tobirama y Madara se preparaban para una confrontación que iba más allá del simple entrenamiento. [T/N] Uchiha, la hermana menor de Madara, observaba a su hermano y al joven Senju con atención. Tobirama, consciente de su presencia, sentía el peso de su mirada. Desde hacía tiempo, había algo en ella que lo desestabilizaba, aunque jamás lo admitiera.

—Madara —dijo Tobirama con firmeza—, quiero retarte a una pelea de kenjutsu. Aquí y ahora.

Madara, con una sonrisa desdeñosa, aceptó el desafío. No le preocupaba el resultado. Él, el orgulloso heredero del clan Uchiha, había derrotado a Tobirama antes y lo haría de nuevo.

—¿Así que finalmente quieres probarte, Tobirama? —respondió Madara con arrogancia—. No voy a contenerme.

Tobirama, sin responder, alzó su espada de práctica, sus ojos rojos como la sangre encendidos con una intensidad inusual, un reflejo de algo más que simple rivalidad. Hashirama, sentado junto a [T/N], observaba la escena con una mezcla de curiosidad y preocupación. Sabía que este combate no era solo por demostrar destreza.

El combate comenzó. Tobirama y Madara intercambiaron golpes rápidos y precisos. La espada de Tobirama chocaba contra la de Madara en un duelo de fuerza y estrategia, con cada movimiento ejecutado con una maestría que hacía brillar sus ojos rojos con más intensidad. Pero a medida que la lucha avanzaba, se hizo evidente que Tobirama no estaba luchando solo por ganar una pelea. Su estilo se volvió más agresivo, más determinado, hasta que, con un movimiento veloz, desarmó a Madara, lanzando su espada al suelo.

Madara retrocedió, sorprendido y furioso. Tobirama se quedó quieto, su pecho subiendo y bajando por el esfuerzo, pero sus ojos no se apartaron ni un segundo de [T/N].

Sin perder tiempo, Tobirama se acercó a ella. Su respiración aún era pesada por el combate, pero su expresión era más intensa que nunca. Se detuvo frente a [T/N], y por un instante, el mundo pareció detenerse. Hashirama observaba desde el fondo, esperando qué sucedería. Madara, aún enfurecido, permanecía de pie, pero su orgullo herido lo mantenía en silencio.

—[T/N] —dijo Tobirama, con su voz profunda y sin rastro de vacilación—. Peleé porque quería que lo vieras. No por tu hermano. No por el honor de mi clan. Peleé porque estoy enamorado de ti.

El aire en el claro se volvió más denso, cada palabra de Tobirama tan cortante como la espada que acababa de usar. [T/N] lo miró, sorprendida por su franqueza, mientras Madara, al escuchar la declaración, se llenaba de ira.

—¡Tobirama! —gritó Madara, con los ojos llameando—. ¡No te atrevas a acercarte a mi hermana de esa manera!

Madara tomó su espada, listo para atacar de nuevo, pero Tobirama no se inmutó. Sin apartar la mirada de [T/N], dio un paso más hacia ella, manteniendo su postura firme, desafiante.

𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 ; 𝐍𝐀𝐑𝐔𝐓𝐎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora