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El silencio reinaba en aquella habitación.
Lo único que molestaba de manera constante, eran las respiraciones de ambos un poco agitadas debido a la pelea que se había creado.
Nadie quería estar en aquel cuarto junto a ellos dos, más que nada porque desde que habían empezado con la discusión todo comenzó a tornarse peligroso para cualquier tercero. Incluso Kabuto se tuvo que alejar porque no le convenía atacar a [T/N] por mucho que quisiera hacerlo, tenía la sospecha de que su maestro tenía sentimientos por ella.
— ¿Me dirás de una vez por todas por qué tienes esa actitud tan arisca conmigo? Ese es mi hogar, no permitiré que lo destruyas, Orochimaru. Esto no era parte del plan que habíamos acordado entre nosotros.
El pelinegro apretó con fuerza sus puños conteniendo su rabia.— Antepones tu amor por esas personas antes que nuestros intereses comunes, [T/N]. Creía que me seguirías hasta el final, me lo prometiste.
— Dije que lo haría, dije que te ayudaría a ponerle tu marca a Sasuke y ayudarte a tomar su cuerpo, pero no a matar al Hokage ni a destruir la aldea en donde ambos crecimos.
— ¿Entonces vas a traicionarme, después de tantos años juntos? ¿Irás donde el Hokage que te borró de todas partes y te odia, para contarle todo lo que estamos planeando?
Levantando su cabeza aún con un fuerte dolor en su corazón por las palabras del sannin, [T/N] , siendo consciente de lo que significaba decir aquello, sin miedo lo gritó— ¡Te voy a tracionar, porque puedes querer a Sasuke para tus fines, pero a mi familia no vas a tocarla! ¡Te lo prohíbo, Orochimaru! ¡A mi padre no le vas a hacer daño! Te juro por mi vida que si intentas algo yo misma te mataré sin importar todo lo que hemos pasado juntos.
Chasqueando su lengua, irritado por las valientes palabras de la mujer, Orochimaru agregó con amarga acidez en sus palabras.— Entonces tú también serías juzgada. Si caigo yo, tú caes conmigo, porque siempre estuviste aquí, ayudándome.
— Caeré contigo, pero estaré en paz porque por una vez en mi vida haré lo correcto—. La bravura de [T/N] no había disminuido para nada, sino que había aumentado considerablemente tras decir aquello.
Aunque intentara ocultarlo, el de ojos amarillentos sentía un agudo dolor en su corazón al solamente pensar en que [T/N] lo iba a traicionar en el momento en donde más la necesitaba.
Ella era capaz de hundirse y ser sentenciada a muerte para conseguir su objetivo, no se restringía por nada ni nadie.
Luego de aquella confesión por parte de la única mujer en aquel espacio, volvieron a sumergirse en un profundo silencio, todos asimilando las recientes palabras. El chico de lentes aprovechó aquel nuevo momento incómodo y bastante tenso para poder atacar por detrás a la mujer. Con aquellas palabras se había sentenciado sola a una muerte segura y Kabuto no quería que su maestro malgastara energía en alguien tan poca cosa como era la shinobi.
