𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 ; 𝐍𝐀𝐑𝐔𝐓𝐎

இ o51. Uchiha Itachi.

En la penumbra de Konoha, una sombra oscura se cernía sobre Itachi Uchiha y su amada, [T/N]. La pareja había encontrado consuelo y amor en medio de las sombras que rodeaban su mundo. Sin embargo, un nuevo peligro se había levantado, uno que amenazaba no solo su amor, sino la vida de [T/N].

Danzo, con su sed de poder y control, había descubierto la relación secreta entre Itachi y [T/N]. Viendo esto como una amenaza a sus planes y una debilidad potencial, Danzo urdió un plan para acabar con [T/N], con la esperanza de debilitar a Itachi y asegurar su dominio en la sombra.

Una noche fría, mientras [T/N] paseaba sola por las calles desiertas de Konoha, sintió un escalofrío que no era del todo natural. Danzo había enviado a un grupo de shinobi para capturarla. Su objetivo era simple: eliminarla sin dejar rastro.

—No puede ser, esto no está pasando —murmuró [T/N] para sí misma, al verse rodeada por los shinobi bajo las órdenes de Danzo. Sus movimientos eran agitados, y aunque intentaba mantener la calma, el miedo comenzaba a apoderarse de ella. Sabía que enfrentarse a ellos sin ayuda sería una sentencia de muerte.

La situación era desesperada. Cuando todo parecía perdido, una figura familiar apareció en el horizonte. Itachi, con su presencia imponente, había llegado justo a tiempo. La intensidad de sus ojos, que brillaban con el rojo característico del Sharingan, reflejaba la furia y la desesperación que sentía al ver a [T/N] en peligro.

—¡T/N! —gritó Itachi, sus ojos destellando con el poder del Mangekyō Sharingan.

Los shinobi de Danzo se detuvieron momentáneamente, sorprendidos por la aparición repentina de Itachi. Pero Danzo no había planeado que Itachi reaccionara con tanta fuerza.

Itachi activó su Mangekyō Sharingan, y el aire se volvió pesado con una presión inhumana. Cada movimiento de Itachi era calculado y letal. Su habilidad en el combate y su determinación para proteger a [T/N] se reflejaban en la intensidad de sus ataques. La precisión con la que se movía era casi sobrenatural, y sus técnicas devastadoras derribaba a los enemigos con una facilidad escalofriante.

—¡No tocaréis a [T/N]! —gritó Itachi, mientras se lanzaba contra los atacantes, sus movimientos tan rápidos y precisos que parecían una danza mortal. Los shinobi caían uno tras otro, incapaces de seguirle el ritmo. El suelo se cubría con los cuerpos de los adversarios que habían osado desafiar a Itachi y su amor.

Sin embargo, en medio de la batalla, [T/N] sufrió un golpe de uno de los enemigos que logró atravesar la defensa de Itachi. El grito de dolor de [T/N] hizo que el corazón de Itachi se hundiera en desesperación.

—¡T/N! —su voz temblaba con una mezcla de rabia y miedo mientras se apresuraba hacia ella, su expresión era de angustia pura. La visión de [T/N] herida era como una daga en su pecho, y la furia que sentía al ver el daño infligido a su amada desató una oleada de poder y determinación en él.