இ o43. Hatake Kakashi.

1.9K 171 2
                                    

Recuerden que con sus votos y comentarios chistosos aparte de reírme me motivan a terminar este libro con 200 partes y dejarlo a total disposición de ustedes ^~^ muchas gracias!

❀ ❀ Recuerden que con sus votos y comentarios chistosos aparte de reírme me motivan a terminar este libro con 200 partes y dejarlo a total disposición de ustedes ^~^ muchas gracias!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Era una noche tranquila en la casa de Kakashi Hatake. Después de  que su esposa dejara a su hija Hime profundamente dormida antes de que él llegara de su misión extensa de casi dos semanas, él y [T/N] disfrutaron de unos momentos de tranquilidad en el salón, conversando en voz baja sobre el día y las cosas simples de la vida. Kakashi se sentía en paz, esa sensación cálida que solo aparecía cuando estaba con su familia.

Finalmente, el cansancio lo golpeó. La misión que acababa de terminar lo había dejado agotado, y aunque su mente estaba relajada, su cuerpo le pedía descanso. Se levantó lentamente del sofá, se inclinó para besar suavemente a [T/N] en la cabeza y le susurró:

— Voy a darme una ducha rápida. No tardaré mucho.

— Está bien — respondió [T/N] con una sonrisa, observando cómo Kakashi se dirigía al baño.

Kakashi entró al baño y, con un suspiro, comenzó a despojarse de su chaleco de Hokage, quitándose la máscara que llevaba puesta casi por costumbre, aunque en casa rara vez la usaba. Se quitó los guantes y los colocó a un lado, mirando su reflejo en el espejo. Su cabello plateado estaba más despeinado de lo habitual, y podía ver las pequeñas líneas de agotamiento en su rostro. Era un hombre que había visto y vivido muchas cosas, pero ahora, lo único que realmente quería era la calma que su hogar y su familia le brindaban.

Encendió la ducha y dejó que el agua caliente cayera sobre su piel, relajando cada músculo tenso en su cuerpo. Mientras se sumergía en la sensación del agua, no pudo evitar pensar en lo afortunado que se sentía. A pesar de todos los desafíos y responsabilidades que enfrentaba como Hokage, tenía una familia que lo amaba incondicionalmente. Hime, con su risa contagiosa y su energía interminable, y [T/N], su roca, siempre allí para apoyarlo y entenderlo como nadie más podía.

Una vez que terminó la ducha, se envolvió en una toalla y salió del baño, dejándose caer en la silla frente al espejo, secándose el cabello con un segundo paño. Sin embargo, apenas había comenzado a secarse cuando escuchó el sonido de pequeños pasos acercándose. La puerta del baño se entreabrió y allí, en el marco, apareció Hime, con su pijama de nubes y estrellas y el cabello revuelto, medio dormida pero con una sonrisa enorme al verlo.

— ¡Papá! — exclamó en voz baja, como si la emoción la hubiera despertado completamente. Hime tenía los mismos ojos que Kakashi, grandes y expresivos, brillando con alegría. De hecho, a menudo bromeaban en la familia que ella era prácticamente una "fotocopia" de su padre: el mismo cabello desordenado, los mismos gestos y esa sonrisa tranquila y enigmática que siempre portaba Kakashi. Era como si la naturaleza hubiera decidido que la pequeña Hime fuera una réplica exacta del Hokage.

Kakashi, sorprendido, pero feliz de verla, levantó una ceja, divertido. Aún agotado por la misión, no pudo evitar sonreír al verla tan emocionada a pesar de la hora.

— ¿Qué haces despierta a esta hora, pequeña? — preguntó suavemente, observándola mientras ella avanzaba lentamente hacia él, arrastrando sus pies descalzos por el suelo.

—Iba a lavarme los dientes... pero te vi — respondió Hime, restregándose los ojos con una mano y bostezando. — Te extrañé, papá.

Kakashi dejó caer la toalla con la que se estaba secando el cabello y abrió los brazos. Hime no dudó ni un segundo y corrió hacia él, abrazándolo con fuerza alrededor de la cintura, como si no quisiera soltarlo.

—Yo también te extrañé, Hime — dijo Kakashi, acariciando su cabello y disfrutando de ese momento tan simple pero tan significativo. — Pero deberías estar durmiendo, tienes que levantarte temprano mañana.

—Solo quería verte un poquito más antes de dormir — murmuró Hime, acurrucándose contra él. Sus ojos comenzaban a cerrarse de nuevo, y Kakashi podía sentir su pequeño cuerpo relajarse bajo su toque.

Kakashi la levantó en sus brazos, con cuidado de no hacer demasiado ruido, y se sentó con ella en el borde de la bañera. A pesar de lo cansado que estaba, el simple hecho de tener a su hija tan cerca lo hacía sentir más despierto, más vivo.

—Sabes, Hime — dijo Kakashi en voz baja mientras ella descansaba su cabeza en su hombro —, eres muy parecida a mí. Pero tienes algo que yo nunca tuve cuando era niño.

Hime levantó la cabeza ligeramente, parpadeando mientras lo miraba con curiosidad. — ¿Qué cosa, papá?

Kakashi sonrió detrás de la máscara, esa sonrisa cálida que rara vez mostraba a otros. —A una familia. A una mamá y un papá que te aman mucho. Eso te hace muy especial, ¿sabes?

Hime asintió, sus ojos volviéndose a cerrar lentamente mientras el sueño comenzaba a reclamarla nuevamente. Kakashi sintió cómo su pequeña respiración se hacía más profunda, y en ese momento, todo lo demás desapareció. Las preocupaciones de Hokage, las misiones, los problemas del mundo ninja... nada de eso importaba cuando estaba allí, con su hija dormida en sus brazos.

Permaneció así un rato, simplemente disfrutando de la paz del momento, hasta que sintió una mano suave tocar su hombro. [T/N] había entrado silenciosamente al baño, observando la escena con una sonrisa.

—Debería estar durmiendo — susurró [T/N], aunque con cariño en su voz.

Kakashi asintió, levantándose con cuidado para no despertar a Hime. —Lo sé, pero... no pude resistirme.

—Es igual a ti — dijo [T/N], acercándose para besar a Kakashi en la mejilla. — Esa terquedad es definitivamente tuya.

Kakashi dejó escapar una risa suave. —No sé de qué hablas. Yo soy muy flexible.

[T/N] lo miró con una expresión divertida mientras él depositaba a Hime en su cama, arropándola con cuidado. Al verla dormida, Kakashi se sintió increíblemente agradecido por la vida que tenía, por esos momentos que, aunque simples, significaban todo para él.

Al salir del cuarto de Hime, [T/N] tomó la mano de Kakashi y lo guió de vuelta a su habitación. Mientras caminaban, Kakashi la observó, pensando en lo afortunado que era por tenerla a ella también. Ella había cambiado su vida de maneras que nunca habría imaginado. Ahora, con su hija y [T/N] a su lado, Kakashi finalmente sentía que había encontrado el equilibrio que siempre había buscado.

—Sabes, creo que soy el ninja más afortunado del mundo — murmuró Kakashi mientras se quitaba finalmente la máscara y se dejaba caer en la cama.

[T/N] lo miró con una ceja levantada. — ¿Y eso por qué?

—Porque tengo una familia que me ama a pesar de lo agotado y desastroso que llego después de las misiones.

[T/N] rió suavemente y se acercó para besarle la frente. —Siempre estaremos aquí, Kakashi. Siempre.

Y con esas palabras, Kakashi cerró los ojos, sintiendo el calor de su hogar y el amor de su familia envolviéndolo, asegurándole que, pase lo que pase en el mundo exterior, siempre tendría un lugar al que regresar. Un lugar donde podría ser simplemente Kakashi, el padre, el esposo, el hombre que había encontrado la felicidad en las pequeñas cosas.

இஇஇஇ

𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 ; 𝐍𝐀𝐑𝐔𝐓𝐎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora