இ o61. Uchiha Obito.

997 101 2
                                    

El sol se escondía detrás de las montañas, tiñendo el cielo de un suave color anaranjado, mientras los últimos rayos de luz bañaban la aldea

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El sol se escondía detrás de las montañas, tiñendo el cielo de un suave color anaranjado, mientras los últimos rayos de luz bañaban la aldea. En un pequeño parque escondido entre los árboles, [T/N] esperaba sentada en un columpio, meciéndose suavemente. Su mirada se dirigía al horizonte, aunque de vez en cuando se detenía a mirar el camino de tierra, esperando a alguien.

—¿Otra vez llego tarde? —dijo una voz familiar detrás de ella.

Obito Uchiha apareció corriendo, respirando agitado y con su típico rostro sonriente. Aunque intentaba parecer despreocupado, sabía que había hecho esperar a [T/N] una vez más.

—Siempre llegas tarde, Obito —rió [T/N], deteniendo el columpio para mirarlo. Sus ojos brillaban con ternura—. Deberías aprender a ser más puntual.

—Es que... ¡me encontré ayudando a una anciana a cruzar la calle! ¡Y luego me perdí! —se excusó Obito con exagerada indignación, frotándose la nuca—. Pero... ¡aquí estoy!

[T/N] sonrió, levantándose del columpio. Sabía que Obito era todo un torbellino de energía y a menudo un desastre, pero había algo en su torpeza que siempre la hacía sonreír.

—¿Te ayudo a no perderte la próxima vez? —le ofreció, medio en broma, medio en serio, mientras comenzaba a caminar junto a él.

Obito la miró, sus mejillas sonrojándose un poco mientras intentaba mantener su compostura.

—No necesito ayuda para eso... aunque, si insistes... —murmuró, desviando la mirada con nerviosismo. Había algo en estar cerca de [T/N] que siempre lo ponía nervioso, más aún ahora que estaban solos.

Mientras caminaban juntos hacia un campo abierto, Obito no pudo evitar robar miradas rápidas a [T/N], notando cómo su cabello brillaba bajo los últimos destellos del sol. Cada vez que ella lo miraba, él desviaba la vista rápidamente, sintiéndose aún más torpe de lo normal.

—¡Hey, [T/N]! —dijo de repente, deteniéndose en seco. Ella también se detuvo, mirándolo curiosa—. ¿Sabías que... soy uno de los mejores en la academia? —anunció con orgullo inflado.

[T/N] soltó una pequeña risa, cubriéndose la boca.

—¿En serio? ¿En qué materia? —preguntó con una sonrisa traviesa, sabiendo que Obito no era conocido precisamente por su desempeño académico.

—Eh... ¡en... en lanzamientos de shuriken! —se apresuró a decir, buscando algo que lo hiciera parecer impresionante. Aunque sabía que no era del todo cierto, quería impresionarla de alguna manera.

—¿De verdad? —[T/N] levantó una ceja, claramente divertida—. Entonces, ¿quieres demostrarlo?

Obito tragó saliva. No esperaba ese reto, pero no podía retractarse ahora.

—¡Claro que sí! —respondió, tratando de sonar seguro. Comenzó a buscar entre sus herramientas ninja, sacando un par de shurikens—. Mira y aprende.

Se concentró tanto en lanzar que no se dio cuenta de lo cerca que estaba [T/N] observándolo con una sonrisa en los labios. Cuando lanzó el primer shuriken, este se desvió hacia un árbol... y luego cayó al suelo sin acertar en ningún objetivo.

[T/N] soltó una risa cristalina, y Obito, avergonzado, se rascó la cabeza.

—Bueno, estaba... eh... ¡practicando un nuevo estilo! —dijo rápidamente, intentando salvar su orgullo.

[T/N] se acercó y recogió el shuriken del suelo.

—No te preocupes, Obito. Para mí, ya eres el mejor, aunque falles de vez en cuando —dijo con una ternura que desarmó al joven Uchiha.

Obito sintió su corazón acelerarse al escuchar esas palabras. Bajó la mirada, ruborizado, pero no pudo evitar una pequeña sonrisa. Se sentía tonto por haberse preocupado tanto, cuando estar con [T/N] siempre era tan natural.

—Tú también eres la mejor —murmuró, apenas lo suficientemente alto para que ella lo escuchara.

—¿Qué dijiste? —preguntó [T/N] mientras se acercaba un poco más, inclinando la cabeza hacia él.

—Nada, nada... —dijo rápidamente, sintiendo su rostro arder.

Sin embargo, [T/N] lo miró divertida, cruzándose de brazos.

—¿Estás seguro de que no dijiste nada? —insistió juguetonamente.

—Bueno... tal vez dije que... tú también eres la mejor... —admitió Obito, frotándose el cuello y desviando la mirada.

[T/N] sonrió suavemente, dándose cuenta de lo especial que era ese momento. Sin pensarlo mucho, tomó la mano de Obito, quien se quedó completamente congelado, con los ojos muy abiertos.

—Gracias, Obito —dijo ella suavemente, sin soltar su mano—. Me alegra que estemos juntos.

El corazón de Obito latía tan rápido que estaba seguro de que [T/N] podía escucharlo. No sabía qué decir, así que simplemente apretó su mano en respuesta, tratando de no hacer ningún movimiento torpe que arruinara el momento.

—Yo también... estoy feliz de estar contigo —murmuró, más para él mismo que para ella.

Mientras el sol finalmente se ocultaba por completo, los dos adolescentes caminaban tomados de la mano hacia la aldea, compartiendo risas y momentos sencillos, pero inolvidables. Para Obito, ese pequeño gesto significaba todo, y aunque no lo diría en voz alta, supo en ese momento que haría cualquier cosa para proteger ese sentimiento.

Sin saberlo, esos pequeños instantes serían los recuerdos que más atesoraría.

இஇஇஇ

𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 ; 𝐍𝐀𝐑𝐔𝐓𝐎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora