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- Parte 2 del primer OS de Sasori. -
Sasori se quedó paralizado por un momento, el dolor de tus palabras resonando en su mente. Su pecho estaba lleno de un vacío helado mientras observaba cómo te alejabas de él. No era el simple hecho de que estabas herida lo que lo atormentaba, sino la profunda traición que sentía por sí mismo. Sabía que no podía justificar lo que había hecho, y la forma en que te había herido era una prueba irrefutable de su fracaso.
La oscuridad que rodeaba su taller parecía intensificarse mientras él trataba de recuperar el control sobre sus emociones. La marioneta que había usado para protegerte se quedó inmóvil en el suelo, reflejo de su propio estado emocional desolado. La realidad de lo que había ocurrido le golpeó con fuerza, y la culpa se apoderó de él con una intensidad que casi podía tocarse.
—No puedo permitir que esto termine así —murmuró para sí mismo, su voz temblando con la desesperación—. ¡No puedo dejar que te pierda así!
Sasori sabía que debía encontrarte, que debía explicarte que todo había sido un error y que el dolor que sentías ahora era una consecuencia de su desesperación por protegerte de algo que él mismo había causado. Te había puesto en peligro, y lo que más le dolía era saber que te había hecho sentir traicionada y aterrorizada.
Se apresuró a salir de la habitación, siguiendo las huellas que habías dejado al salir. Cada paso que daba era una mezcla de desesperación y determinación. El lugar que una vez había considerado su refugio se había convertido en un recordatorio cruel de su fallo, y ahora su único pensamiento era encontrarte y hacerte entender que su amor por ti era más profundo de lo que podía expresar.
La noche era fría y silenciosa, pero Sasori no permitió que el frío lo detuviera. Mientras corría hacia el exterior, un sonido repentino le hizo detenerse en seco. Desde el borde del claro, vio figuras moviéndose rápidamente, y el corazón le dio un vuelco al reconocer a los atacantes: shinobis de la niebla. Tu figura estaba en el centro del caos, rodeada y atacada sin piedad.
—¡No! —gritó Sasori, su voz desgarrada por el terror al ver cómo te agredían. Su corazón latía con una fuerza casi dolorosa, y la culpa de no haberte protegido antes se convirtió en una furia incontrolable.
Sin pensarlo dos veces, Sasori desató su poder con una intensidad que reflejaba su desesperación. Sus marionetas se lanzaron al ataque con una precisión letal, cada movimiento cargado de su ira y su miedo. Las cuchillas cortaban y desgarraban a los shinobis de la niebla, el sonido del metal chocando contra el cuerpo enemigo llenaba el aire.
—¡Malditos! ¡No os atrevíais a tocarla! —rugió Sasori, sus palabras llenas de furia mientras defendía con toda su fuerza. La mirada en sus ojos era una mezcla de desesperación y determinación, cada golpe que asestaba a los enemigos era una descarga de su furia reprimida y su desesperación por verte a salvo.
La batalla era violenta y caótica, y la intensidad del conflicto reflejaba la desesperación de Sasori. Cada marioneta que caía era reemplazada por otra, mientras él luchaba con un vigor frenético. Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, el ataque de los shinobis de la niebla fue repelido. Sasori, agotado y cubierto de polvo y sangre, se acercó a ti, su respiración agitada y su cuerpo temblando por el esfuerzo.
La escena frente a él era un reflejo de la brutalidad del enfrentamiento, pero su único enfoque era tu seguridad. Se arrodilló a tu lado, su rostro pálido y sudoroso, y tomó tus manos con una desesperación palpable.
—¡[T/N], por favor, despierta! ¡No te mueras, no puedo soportar la idea de perderte! —su voz era un grito lleno de angustia y desesperación, sus ojos llenos de lágrimas que caían libremente—. ¡Lo siento tanto! No quería que esto ocurriera. ¡Nunca quise hacerte daño!
Te miró con ojos llenos de culpa y arrepentimiento, esperando que, a pesar de la profunda traición y el dolor que te había causado, pudieras ver el amor sincero y desesperado que sentía por ti. Aunque el camino para recuperar tu confianza sería arduo y lleno de desafíos, Sasori estaba dispuesto a enfrentarlo todo por ti.
Finalmente, con voz temblorosa y lágrimas en los ojos, comenzaste a hablar, tus palabras llenas de dolor pero también de una posible reconciliación. Aunque el futuro era incierto, el hecho de que Sasori estaba dispuesto a arriesgarlo todo para protegerte y mostrarte su arrepentimiento era un primer paso hacia la posible redención.
