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Era una noche tranquila en la aldea de Konoha, pero en casa de Shikamaru, el ambiente estaba lejos de serlo. El reloj ya marcaba dos horas después de la hora en que Shikamaru había prometido volver. [T/N], su esposa, caminaba de un lado a otro en la sala, cruzada de brazos y con el ceño fruncido.
—Dijo que sería solo una copa... —murmuró, resoplando. Sabía bien que salir con Naruto para "una copa" nunca era solo eso.
Finalmente, cansada de esperar, decidió ir a buscarlo. Sabía exactamente dónde estaría: en el bar al que siempre iban él y Naruto. Se puso la chaqueta y salió, decidida a darle una lección a su esposo.
Cuando llegó al bar, algunos ninjas borrachos la saludaron con sonrisas torcidas. Los ignoró y fue directamente hacia el tabernero.
—¿Has visto a Shikamaru?
—Sí, salió hace un rato con Naruto... pero creo que se fueron a la casa de Naruto. El Hokage estaba bastante... ebrio.
[T/N] suspiró profundamente. Perfecto, Naruto borracho y Shikamaru cuidándolo. Algo en su interior le decía que esta noche iba a ser larga.
Al llegar a la casa de Naruto, encontró una escena que, si no estuviera tan molesta, la habría hecho reír. Shikamaru, con la camisa medio desabrochada y el cabello más desordenado de lo habitual, intentaba sostener a un Naruto completamente borracho. El Hokage apenas podía mantenerse en pie, y Hinata estaba al lado, con una mezcla de paciencia y resignación en su mirada.
—¡[T/N], amor! —Shikamaru la vio acercarse y su expresión cambió a una mezcla de sorpresa y vergüenza. Soltó a Naruto, quien casi se desplomó al suelo de no ser por Hinata, que lo atrapó justo a tiempo.
Naruto, con los ojos entrecerrados y una sonrisa tonta, la señaló.
—¡[T/N]! Tu esposo... es un genio. Un genio perezoso, ¡pero un genio!
Shikamaru se sonrojó un poco, rascándose la nuca mientras sonreía con una mezcla de diversión y cansancio.
—Lo siento, cielo... no estaba en los planes que Naruto terminara así de rápido —intentó disculparse, con una expresión descaradamente traviesa.
—No estaba en los planes, pero aquí estamos, ¿no? —respondió [T/N], con una sonrisa que no escondía su molestia.
—Prometió que solo sería una copa... —añadió Hinata, mientras colocaba a Naruto en una silla cercana. Naruto, por su parte, seguía murmurando incoherencias sobre ser el Hokage más fuerte y guay de todos los tiempos.
Shikamaru dio un paso hacia [T/N], alzando las manos en señal de rendición.
—Escucha, sé que debería haber vuelto antes... pero, vamos, ¡es Naruto! Si no lo cuido, probablemente estaría en algún tejado dando discursos inspiradores a las nubes.
—Error de cálculo, ¿verdad? Sabes perfectamente que cuando sales con Naruto no hay tal cosa como "una sola copa", Shikamaru.
[T/N] lo miró con ojos entrecerrados, pero no pudo evitar notar lo coqueta que era la sonrisa de su esposo. Él dio otro paso hacia ella, reduciendo la distancia entre ambos.
