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Era un día tranquilo en la oficina del Hokage, aunque la palabra "tranquilo" no era precisamente la más adecuada cuando se trataba de Kakashi Hatake. Mientras revisaba una montaña de informes interminables, con una mano en la frente y otra jugando con un bolígrafo, no pudo evitar pensar en lo monótono que se había vuelto su día a día. Aunque el trabajo de Hokage era algo que había aceptado con honor, definitivamente no era su actividad favorita. Para alguien como él, que había pasado su vida en misiones peligrosas y entrenamientos rigurosos, este tipo de tareas administrativas eran, francamente, una pesadilla.
De repente, la puerta de su oficina se abrió sin previo aviso y Shikamaru Nara entró con su andar despreocupado. Kakashi levantó la mirada, sorprendido por la interrupción, aunque no podía quejarse, ya que cualquier cosa que le sacara del papeleo era bien recibida.
—Hokage-sama, te traigo más informes para revisar. — Shikamaru dejó caer una pila de documentos adicionales en el escritorio de Kakashi, quien apenas escondió una mueca detrás de su máscara.
— ¿Más informes? — murmuró, mientras cruzaba los brazos. — ¿No tienes nada mejor que hacer, Shikamaru?
El estratega suspiró y rodó los ojos, claramente acostumbrado a este tipo de comentarios de su jefe.
—Ojalá lo tuviera. Pero, como siempre dices, "el trabajo de Hokage nunca acaba". — La burla en la voz de Shikamaru era palpable.
Kakashi lo observó detenidamente, con los ojos entrecerrados, antes de decidir que tal vez debía tomarse un descanso. Después de todo, llevaba horas ahí sentado, y lo que más necesitaba en ese momento era una buena distracción. Sin embargo, antes de que pudiera levantarse o responder a Shikamaru, alguien tocó la puerta con un golpeteo suave, casi tímido.
Kakashi no necesitó voltear para saber quién era. Sonrió debajo de su máscara. Era [T/N].
—Pasa — dijo, su tono de voz transformándose de aburrido a cálido de inmediato.
La puerta se abrió lentamente, revelando a [T/N] entrando con una sonrisa coqueta en los labios. Como siempre, su sola presencia iluminaba la habitación. Ella llevaba una pequeña bolsa, claramente lista para sorprender al Hokage con algo especial.
—Te traje algo para almorzar, Kakashi — dijo con suavidad, mientras se acercaba a su escritorio.
Shikamaru, observando la escena con ojos cansados, suspiró.
—Vaya, parece que mi trabajo aquí está hecho. — Hizo un gesto vago hacia los papeles en el escritorio antes de encogerse de hombros. — Que lo disfrutes, Hokage-sama. Esto es demasiado problemático para mí.
Con un simple gesto de la mano, Shikamaru se retiró, cerrando la puerta detrás de él. Kakashi se relajó un poco más ahora que estaban solos. [T/N] sonrió con ternura, colocando la bolsa frente a él.
