இ o64. Hyūga Neji.

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Era una tarde tranquila en Konoha, el sol brillaba suavemente sobre el campo de entrenamiento donde Neji se encontraba practicando

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Era una tarde tranquila en Konoha, el sol brillaba suavemente sobre el campo de entrenamiento donde Neji se encontraba practicando. Sin embargo, su mente estaba en otro lugar. Desde hacía días, no podía dejar de pensar en [T/N]. Cada vez que la veía, sentía algo extraño en el estómago, una mezcla de nerviosismo y emoción que nunca antes había experimentado. Y hoy, después de mucho pensarlo, había decidido hacer algo al respecto.

—Hoy es el día —murmuró para sí mismo, observando a lo lejos mientras [T/N] caminaba despreocupada cerca del campo. El corazón de Neji latía más rápido de lo normal. Se acercaba el momento.

Rock Lee, que había estado haciendo ejercicios exageradamente intensos a unos metros de distancia, lo observó con curiosidad. Era imposible no notar la mirada distraída de Neji o el leve rubor en sus mejillas.

—¡Neji! ¿Estás bien? —preguntó Lee, deteniéndose en su centésima flexión de brazos y corriendo hacia su amigo—. ¡Parece que estás entrenando tu concentración... pero no en los jutsus!

Neji cerró los ojos, intentando mantener la calma. No era el tipo de persona que solía dudar, pero todo cambiaba cuando se trataba de [T/N].

—Estoy bien, Lee. Solo... estoy pensando en algo importante.

—¿Algo importante? —Lee inclinó la cabeza, intrigado—. ¡Debe ser algo relacionado con el poder de la juventud! ¡Déjame adivinar, es sobre el entrenamiento!

Neji soltó un suspiro, resignado a que Lee, con toda su energía, no dejaría de presionarlo.

—No exactamente. Es sobre... —Neji vaciló, mirando hacia [T/N] una vez más—. Es sobre [T/N]. Quiero invitarla a salir, pero...

—¡Ah, ya entiendo! —Lee lo interrumpió, con una sonrisa gigante iluminando su rostro—. ¡Es el poder del amor juvenil! ¡Neji, estás atrapado por el más puro de los sentimientos! ¡Y necesitas mi ayuda!

Neji lo miró con una mezcla de incredulidad y leve desesperación. Sabía que decirle a Rock Lee lo que sentía probablemente resultaría en alguna clase de espectáculo. Pero al mismo tiempo, Neji no encontraba las palabras correctas para acercarse a [T/N] por su cuenta. Quizás, después de todo, Lee podría ser útil... de alguna manera.

—No necesito ayuda, Lee —respondió Neji, sin mucha convicción—. Solo... necesito encontrar el momento adecuado.

Lee, por supuesto, ignoró completamente su respuesta. Con una energía renovada y una determinación ardiente en sus ojos, se giró hacia Neji.

—¡Neji, amigo mío! ¡El momento es ahora! No puedes dejar que el miedo o la duda te detengan. ¡Debes lanzarte hacia el amor con toda la pasión de tu juventud! ¡Y no te preocupes! ¡Yo me encargaré de que todo salga bien!

Neji no tuvo tiempo de protestar antes de que Lee se abalanzara sobre él, levantándolo con facilidad y colocándolo sobre sus hombros como si fuera una bandera que debía ondear en lo alto.

—¡Lee! ¡¿Qué estás haciendo?! —protestó Neji, sorprendido y visiblemente incómodo.

Pero Lee no se detuvo. Con Neji firmemente apoyado en sus hombros, corrió hacia [T/N] a una velocidad sorprendente, gritando con entusiasmo.

—¡[T/N]! —exclamó Lee mientras se acercaban—. ¡Neji Hyūga tiene algo MUY importante que decirte!

[T/N], quien hasta ese momento había estado tranquila, se giró sorprendida por el caos que se aproximaba. Al ver a Neji sobre los hombros de Lee, sus ojos se abrieron de par en par, confundida y divertida al mismo tiempo.

—¿Qué... qué está pasando? —preguntó, entre risas, sin poder contenerse.

Neji, desesperado, intentaba bajarse de los hombros de Lee, pero su amigo lo sostenía con tanta fuerza que no podía escapar. Su dignidad estaba colgando de un hilo.

—¡Lee, bájame ahora mismo! —ordenó Neji, sonrojado hasta las orejas.

Pero Lee, ignorando por completo las súplicas de su amigo, se plantó frente a [T/N] y, con un gesto dramático, levantó los brazos hacia el cielo, como si estuviera presentando a Neji ante los dioses.

—¡Neji Hyūga! ¡El genio del clan Hyūga, noble y valiente, quiere pedirte una cita! ¡Él siente por ti los más puros y profundos sentimientos! —declaró Lee a todo pulmón.

Neji cerró los ojos, deseando que el suelo se abriera y lo tragara por completo. Nunca en su vida se había sentido tan expuesto. Pero cuando finalmente abrió los ojos, vio algo inesperado en la expresión de [T/N]. Ella no se estaba riendo ni burlando de él. En cambio, había una sonrisa suave y cálida en su rostro, sus ojos brillando con ternura.

—¿Es eso cierto, Neji? —preguntó [T/N], su voz suave pero llena de curiosidad.

Neji finalmente logró zafarse de los hombros de Lee, cayendo al suelo con gracia, aunque su dignidad ya estaba bastante golpeada. Se puso de pie frente a [T/N], su corazón latiendo a toda velocidad.

—Yo... sí. Es cierto —admitió Neji, mirando directamente a [T/N] con más sinceridad de la que había pensado—. He querido pedirte una cita desde hace tiempo, pero... no encontraba la manera correcta de hacerlo. Y entonces apareció Lee...

[T/N] rió suavemente, dando un paso hacia él.

—No puedo decir que haya sido la manera más normal de pedir una cita —respondió, mirando a Lee con diversión—, pero me parece muy valiente de tu parte, Neji.

Lee, que seguía observando la escena con orgullo, hizo una pose victoriosa.

—¡El amor triunfa una vez más gracias al poder de la juventud! ¡Neji, te he ayudado a alcanzar la cima del amor verdadero!

Neji lo ignoró por un momento, concentrándose en [T/N], quien lo miraba con una dulzura que lo desarmaba por completo.

—¿Entonces? —Neji respiró hondo—. ¿Te gustaría salir conmigo... algún día?

[T/N] sonrió, inclinando la cabeza ligeramente.

—Me encantaría, Neji.

Neji sintió que una enorme presión se liberaba de su pecho, y aunque la escena había sido caótica, al final todo había salido bien.

—Gracias —murmuró, su voz apenas audible, pero llena de alivio.

Lee, por supuesto, no pudo contener su emoción.

—¡Esto es un éxito rotundo! ¡Neji, sabías que podías confiar en mí!

Neji suspiró, pero no pudo evitar sonreír levemente. Aunque la situación no había salido exactamente como él lo había planeado, de alguna manera, Lee había logrado que funcionara.

—Sí, Lee. Gracias. Supongo que te debo una —dijo Neji, mientras [T/N] reía suavemente, disfrutando del momento.

Y así, en medio de risas, caos y confesiones, Neji finalmente consiguió su cita. Aunque nunca habría imaginado que sería de esa manera, no cambiaría el resultado por nada.

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𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 ; 𝐍𝐀𝐑𝐔𝐓𝐎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora