இ o88. Uchiha Shisui.

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En una tranquila mañana en la aldea de Konoha, la casa de los Uchiha vibraba con el suave sonido de risas

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En una tranquila mañana en la aldea de Konoha, la casa de los Uchiha vibraba con el suave sonido de risas. [T/N] estaba sentada en el suelo, sosteniendo a su pequeña hija Nanami, quien apenas tenía un par de años. La niña, con sus ojos oscuros y brillantes como los de su padre, estiraba sus pequeñas manos hacia una flor que su madre sostenía. Los rayos del sol se filtraban por la ventana, iluminando la escena y bañando la sala con una cálida luz.

—¡Mira, Nanami! Esta flor es tan hermosa como tú —dijo [T/N], con una sonrisa, acercando la flor al rostro de la niña. Nanami soltó una risita, y [T/N] no pudo evitar reírse también, emocionada por cada uno de los pequeños momentos que compartía con su hija.

De pronto, el suave sonido de la puerta deslizándose se hizo notar, y una figura familiar cruzó el umbral. Era Shisui, quien acababa de regresar de una misión con Itachi. Su rostro mostraba un cansancio evidente, pero al ver a su esposa y a su hija, su expresión se iluminó instantáneamente, como si el peso de sus deberes se desvaneciera al contemplar la escena.

—¡Papá! —gritó Nanami con su vocecita al reconocerlo, y aunque apenas podía caminar, extendió sus brazos en dirección a su padre.

Shisui no perdió tiempo en agacharse y tomarla entre sus brazos, levantándola con facilidad y sosteniéndola en alto. Nanami estalló en carcajadas mientras él la miraba con adoración.

—¡Ah, mi pequeña princesa! —dijo, bajándola para besarla en la frente y luego miró a [T/N] con una sonrisa—. Al parecer, mientras yo me agotaba en la misión, aquí todo era felicidad.

[T/N] se acercó a Shisui y le acarició suavemente el rostro, notando las pequeñas líneas de fatiga que él intentaba esconder.

—Te extrañamos mucho —murmuró ella, con cariño—. Pero sé que eres fuerte y que regresarías a nosotras, como siempre.

Él le sonrió, entrelazando su mano con la de [T/N].

—No hay misión que me detenga de volver a casa cuando sé que tengo a dos mujeres tan increíbles esperándome —respondió, antes de besarla suavemente.

Después de unos momentos de tranquilidad, Shisui se acomodó en el suelo junto a ellas. Nanami se sentó en su regazo, jugando con los tirantes de su chaleco de jonin mientras él la miraba con ternura.

—Hoy fue un día importante, ¿sabías? —dijo [T/N] mientras acariciaba el cabello de la niña—. Nanami dio sus primeros pasos sin ayuda.

Shisui abrió los ojos con sorpresa y luego miró a su hija con una sonrisa de asombro.

—¿Es cierto, Nanami? —preguntó, con la voz llena de emoción. Nanami lo miró, como si entendiera el orgullo en la voz de su padre, y sonrió con inocencia.

Shisui la levantó un poco y la colocó de pie en el suelo, sosteniéndola ligeramente para darle seguridad.

—A ver, muéstrame, pequeña —la animó—. Vamos, camina hacia mamá.

𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 ; 𝐍𝐀𝐑𝐔𝐓𝐎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora