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Caminaba con el corazón latiéndole rápidamente, repasando en su mente cada palabra que había practicado para confesar sus sentimientos a Sasuke. No era la primera vez que había intentado hacerlo, pero hoy sentía que finalmente era el momento adecuado.
Había seguido de lejos a Sasuke desde que ambos eran niños. Su habilidad en combate, su inteligencia fría y su aspecto reservado siempre la habían atraído. Él era como una sombra impenetrable y misteriosa, pero ella había aprendido a ver más allá, a entender sus gestos, incluso los más sutiles. Sabía que era un reto enorme acercarse a él, pero el deseo de que él supiera lo que sentía superaba cualquier duda.
[T/N] respiró hondo, buscando el valor en algún rincón de su corazón para decir aquello que había guardado durante tanto tiempo. Cada vez que lo miraba, sus palabras se ahogaban en su pecho, temerosa de su reacción. Pero hoy, el peso de sus sentimientos era demasiado. Caminó hacia él mientras él practicaba con su usual concentración, lanzando kunais contra el tronco de un árbol.
—Sasuke... —su voz apenas fue un murmullo, pero suficiente para llamar su atención.
Sasuke dejó de lanzar kunais y se volvió hacia ella, cruzando los brazos con una expresión fría y algo impaciente. Su mirada oscura la escrutaba, impasible, como si ya supiera que lo que iba a decirle era una pérdida de tiempo.
—¿Qué pasa, [T/N]? —dijo, con un tono que no escondía su indiferencia.
Su actitud la hizo dudar por un momento, pero al final decidió que era ahora o nunca. Tragó saliva, tratando de ignorar el nudo en su garganta, y finalmente dejó que las palabras escaparan.
—Yo... yo siento algo por ti, Sasuke. —Habló rápido, sin detenerse, antes de que el miedo pudiera detenerla—. No sé cómo pasó, pero... me gustas. Desde hace tiempo.
Sasuke la miró en silencio, y lo que más la sorprendió fue que no parecía alterado, ni incómodo, ni remotamente interesado. Su rostro seguía siendo el mismo: frío, distante... vacío.
Después de unos segundos de silencio, finalmente habló, y sus palabras fueron como un golpe directo a su pecho.
—¿Eso es todo? —preguntó con desdén, casi como si estuviera aburriéndose. La expresión de [T/N] se quebró al instante.
—¿C-cómo? —balbuceó ella, sin entender cómo podía ser tan insensible.
Él suspiró, como si fuera ella quien no lograba comprender algo obvio.
—Lo que sientas por mí no es importante, [T/N] —dijo, con un tono cortante, como si quisiera acabar con la conversación de una vez por todas—. No tiene sentido que gastes tu tiempo en algo tan inútil.
Inútil. Esa palabra resonó en su cabeza como una campana ensordecedora, dándole una puñalada directa al corazón. Apretó los puños, intentando contener las lágrimas que amenazaban con salir.
—¿Tan poco significa para ti? —murmuró, con la voz rota.
Sasuke la miró, y la frialdad en sus ojos la dejó paralizada.
—Para mí, no significa nada. —Su tono era tan gélido que [T/N] sintió como si el suelo se desmoronara bajo sus pies—. Deja de perder el tiempo con cosas tan patéticas. No soy alguien que pueda o quiera corresponder tus sentimientos.
Ella sintió que el dolor en su pecho se hacía insoportable. Sasuke la había llamado patética... como si su amor, algo tan profundo y sincero, no fuera más que una tontería para él. Se mordió el labio, intentando mantener la compostura, pero su voz salió temblorosa.
—No es algo que pueda controlar, Sasuke... solo quería... solo quería que supieras cómo me siento hacia ti.
Él la miró con una expresión casi despectiva.
—Entonces lo sabes ahora: no me importa en absoluto. —Su voz era un filo helado, que cortaba sin piedad alguna—. No tengo espacio en mi vida para personas débiles y emocionales como lo eres tú. Desde mi punto de vista, eres inservible.
[T/N] sintió que su pecho se contraía de dolor, como si algo en su interior se rompiera. Quería gritar, decirle lo injusto que estaba siendo, pero sabía que eso solo lo haría mirarla con más desprecio. Sasuke no solo no compartía sus sentimientos; la estaba tratando como si fuera una molestia, como si su confesión fuera algo vergonzoso e insignificante.
—¿Tan... tan poco valgo para ti? —preguntó con un hilo de voz, esperando un atisbo de piedad en él, un poco de suavidad. Pero sus ojos no mostraron nada.
—No es cuestión de cuánto vales. —Él mantuvo su mirada fría, dura—. Es cuestión de que yo no tengo lugar para alguien como tú en mi vida, jamás. No significas nada para mí, [T/N]. Acéptalo y déjame en paz de una vez porque sólo con tenerte alrededor de mi me irritas.
Esa última frase fue el golpe final. Cada palabra fue una daga que se clavó profundamente en su corazón. Sasuke se dio media vuelta, dándole la espalda sin la menor consideración, y comenzó a alejarse, dejándola ahí, sola, con su corazón destrozado.
Mientras lo veía marcharse, su figura se desdibujaba a través de las lágrimas que no podía contener más. Se tapó la boca con las manos, ahogando un sollozo, sintiendo cómo el dolor en su pecho se volvía insoportable. Él ni siquiera se había molestado en mirarla una última vez. Se había ido sin importarle que acababa de romperle el corazón de la manera más cruel posible.
[T/N] quedó en medio de aquel campo vacío, con la lluvia comenzando a caer, sin fuerzas para moverse, con la amarga certeza de que Sasuke nunca la vería de la misma forma en que ella lo veía. Su amor, sus sentimientos, habían sido aplastados sin piedad alguna, y él ni siquiera se había detenido a mirar el daño que había causado.
Finalmente, soltó un sollozo, sintiéndose más sola que nunca, sabiendo que nunca podría arrancarse a Sasuke de su corazón, aun cuando él no había dejado ni una sola pizca de humanidad en su respuesta.
