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Era un día soleado, y Kakashi estaba en la mitad de un entrenamiento con sus alumnos. Naruto estaba insistiendo en aprender una técnica de clonación más avanzada, mientras Sakura intentaba no perder la paciencia con sus constantes errores. Justo en ese momento, Pakkun apareció trotando con una expresión de concentración.
—Kakashi, necesito un minuto de tu tiempo —dijo el pequeño sabueso, serio.
Kakashi, sin dejar de ver a Naruto destrozar el campo de entrenamiento por quinta vez, se agachó para escuchar a Pakkun.
—¿Qué ocurre, Pakkun?
—[T/N] dice que necesita tu opinión sobre qué flor debería ir en el jarrón de la mesa... tiene entre lirios o flores de cerezo y no puede decidirse.
Kakashi parpadeó, procesando el mensaje mientras intentaba disimular su sonrisa. Sabía que, aunque pareciera una trivialidad, [T/N] se preocupaba mucho por los detalles de su hogar, especialmente ahora que el bebé venía en camino.
—Diles a los chicos que tomen un descanso, Sakura —dijo Kakashi, desapareciendo en una nube de humo, dejando a Pakkun con la tarea de mantener ocupados a los alumnos mientras él iba a casa.
Pakkun se giró hacia los estudiantes y se aclaró la garganta.
—Escuchen, muchachos, Kakashi tiene... un asunto urgente.
Naruto, confundido, se acercó.
—¿Otro de sus "asuntos urgentes"?
—Vamos, Naruto. Apuesto a que es más importante que tú destruyendo el campo otra vez —intervino Sakura, suspirando.
Pakkun sacudió la cabeza, dándose cuenta de que estos "asuntos" de Kakashi serían difíciles de explicarles.
[...இ•இ...]
Una noche, [T/N] despertó con un deseo inusual: quería un dango dulce. Sin pensarlo dos veces, se sentó en la cama y miró a Pakkun, que estaba durmiendo cerca de ella, y le dio unas palmaditas en la cabeza.
—Oye, Pakkun, ¿puedes hacerme un favor? —preguntó en voz baja, con un tono de súplica.
Pakkun se despertó rápidamente, alerta como siempre.
—¿Necesitas algo, [T/N]?
Ella asintió, con una leve sonrisa.
—Creo que necesito un dango. Sé que es tarde, pero...
Antes de que pudiera terminar, Pakkun ya había olfateado el aire con determinación y salió disparado hacia donde sabía que estaba Kakashi, quien justo estaba pasando de regreso de una misión rápida. Saltó hasta el hombro de Kakashi y se aclaró la garganta.
—Kakashi, tenemos un antojo urgente. Dango. Dulce, y cuanto antes.
