Era un día soleado, y la noticia de la fiesta de Marco corrió como pólvora entre el grupo. La emoción crecía con cada hora que pasaba. Marco, siempre el alma de las reuniones, había decidido organizar una fiesta en su casa para celebrar el fin de los exámenes parciales. Había enviado un mensaje en el grupo de amigos, invitándolos a todos a una noche de música, comida y diversión. Todos estaban emocionados por el evento.
Amelia, quien había estado distraída por sus pensamientos sobre Lynn desde el picnic y los eventos recientes, recibió el mensaje con una mezcla de emociones. Sabía que la fiesta sería un buen momento para relajarse y disfrutar con sus amigos, pero también sabía que estar cerca de Lynn en ese ambiente podría hacer que sus sentimientos se intensificaran aún más. La situación se le hacía cada vez más confusa, y no estaba segura de cómo manejarlo.
—“Amelia, tenemos que ir a comprar algo para la fiesta,” —le dijo Kelly cuando la vio en la escuela esa mañana.
—“Sí, creo que necesito un vestido nuevo. No puedo ir con lo mismo de siempre,” —respondió Amelia, sonriendo, aunque por dentro sus pensamientos giraban en torno a Lynn.
Kelly, siempre práctica y observadora, notó la falta de entusiasmo en su amiga. —“Amelia, te noto rara. ¿Todo bien? No sueles ser tan callada cuando se trata de fiestas.”
Amelia dudó por un segundo, sin saber si debería compartir lo que sentía. No había hablado con nadie sobre lo que realmente estaba pasando en su cabeza desde el beso con Lynn. Pero Kelly siempre había sido una amiga cercana y de confianza, quizás ella podría ayudarla a aclarar sus sentimientos.
—“Es complicado, Kelly. Tengo muchas cosas en la cabeza,” —respondió finalmente Amelia, mientras caminaban hacia la salida de la escuela.
—“¿Complicado? ¿Tiene algo que ver con Lynn?” —preguntó Kelly, deteniéndose y girando hacia ella con una mirada inquisitiva.
Amelia sintió su corazón latir más rápido al escuchar el nombre de Lynn. ¿Era tan obvio para los demás?
—“Sí, supongo que tiene que ver con ella,” —admitió, bajando la mirada por un segundo antes de volver a levantarla. —“Pero no es algo fácil de explicar.”
Kelly asintió, alentándola a continuar mientras salían del edificio. —“Sabes que puedes contarme lo que sea. Hemos pasado por todo juntas. Si necesitas hablar de algo, estoy aquí.”
Con un suspiro profundo, Amelia decidió que ya no podía mantenerlo más tiempo en secreto. —“No sé lo que está pasando conmigo, Kelly. Hace un tiempo, Lynn y yo hemos estado más cercanas, y hubo un momento… bueno, en realidad más de uno… en el que pensé que éramos algo más que amigas.”
Kelly levantó las cejas, sorprendida, pero mantuvo su rostro neutral para no hacer sentir incómoda a Amelia. —“¿Algo más? ¿Te refieres a…?”
—“Nos besamos,” —dijo Amelia rápidamente, como si las palabras fueran difíciles de sacar.
El silencio cayó entre ellas por un momento. Kelly procesaba lo que acababa de escuchar, mientras Amelia se sentía vulnerable por haber compartido algo tan íntimo.
—“Wow. Eso es… grande,” —respondió Kelly finalmente, manteniendo su tono calmado. —“Y, ¿cómo te sientes al respecto? ¿Te gustó?”
—“Sí, mucho,” —admitió Amelia. —“Pero eso es lo que lo hace tan complicado. No sé qué hacer con estos sentimientos. Lynn es… bueno, es Lynn. Siempre ha sido tan despreocupada, y no sé si esto es algo serio para ella o si solo fue una de sus bromas.”
Kelly sonrió suavemente, entendiendo el dilema de su amiga. —“Mira, Lynn puede parecer despreocupada, pero he visto cómo te mira últimamente. No creo que esto sea solo una broma para ella. Además, no es la primera vez que noto algo entre ustedes dos.”
Amelia se sorprendió ante el comentario de Kelly. —“¿Lo has notado antes?”
—“Sí, se nota en las pequeñas cosas. La forma en que te habla, cómo te molesta de manera diferente a los demás, y esa vez que te llamó ‘princesa’ de una manera más dulce de lo normal. Creo que esto es nuevo para ambas, pero no significa que no sea real,” —explicó Kelly mientras ambas entraban a la tienda de ropa.
Mientras recorrían los estantes, Kelly continuó hablando. —“Quizás lo que necesitas es ser honesta con ella. Si realmente te importa, deberías hablar con ella sobre lo que sientes.”
Amelia suspiró mientras levantaba un vestido rojo brillante, observándolo con detenimiento. —“Tienes razón, pero no es tan fácil. Lynn y yo siempre hemos tenido una relación de rivalidad, y no quiero arruinar lo que tenemos.”
Kelly asintió, comprendiendo. —“Pero si esos sentimientos son genuinos, seguir guardándolos para ti misma podría ser lo que termine dañando esa relación. Tal vez sea el momento de hablarlo con ella. Después de todo, si ustedes dos ya se besaron, creo que ambas están sintiendo algo, aunque no lo admitan todavía.”
Amelia asintió mientras continuaban mirando la ropa. Aunque el pensamiento de ser honesta con Lynn la asustaba, Kelly tenía razón. No podía seguir ignorando lo que estaba sintiendo. Encontró un vestido que le gustó, uno negro con detalles en plata, y decidió que sería perfecto para la fiesta.
—“Este es el indicado,” —dijo Amelia, mostrando el vestido a Kelly.
Kelly sonrió, asintiendo con aprobación. —“Te verás increíble. Lynn no sabrá qué hacer cuando te vea.”
Amelia rió, aunque una parte de ella sabía que, detrás de la broma, esa declaración tenía algo de verdad. El hecho de pensar en cómo reaccionaría Lynn al verla solo hacía que su corazón latiera más rápido.
—“¿Y tú? ¿Ya sabes qué te vas a poner?” —preguntó Amelia, cambiando de tema.
—“Sí, creo que usaré ese conjunto azul que compré la semana pasada. Algo cómodo, pero lindo,” —respondió Kelly con una sonrisa mientras ambas se dirigían a la caja para pagar.
El resto de la tarde pasó entre conversaciones ligeras sobre la fiesta y la escuela, pero en la mente de Amelia, el tema de Lynn no dejaba de resonar. Sabía que la fiesta de Marco podría ser el momento perfecto para aclarar las cosas entre ellas, pero también tenía miedo de que todo saliera mal.
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Cuando finalmente llegó la noche de la fiesta, Amelia se sentía nerviosa. Mientras se preparaba en su habitación, pensaba en lo que Kelly había dicho. Quizás tenía razón, quizás era el momento de enfrentar sus sentimientos. Pero, ¿cómo se suponía que debía hacerlo sin arruinar lo que ya tenían?
Se miró al espejo, observando cómo el vestido le quedaba perfectamente. Con un último vistazo de aprobación, decidió que no podía seguir dudando. Si algo iba a pasar entre ella y Lynn, la fiesta sería el lugar donde sucedería.
—“Vamos, Amelia. Es solo una fiesta,” —se dijo a sí misma en voz baja, tratando de calmar sus nervios.
A medida que la hora de la fiesta se acercaba, Amelia supo que esa noche no solo sería una reunión de amigos, sino también un momento decisivo en su relación con Lynn. Los sentimientos que había estado guardando finalmente saldrían a la luz, y estaba lista para enfrentarlos, sin importar el resultado.
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Princesa, estoy contigo
Подростковая литератураQue pasa si la número 1 de su secundaria se enamora? no pasaría nada, si tan solo no fuera *Amelia Anderson*