Después de la escuela, Amelia caminaba con pasos seguros hacia la casa de los Loud. No era la primera vez que iba allí, ya que Lola la había llamado para que la ayudara a prepararse para un desfile próximo, como había hecho otras veces. A pesar de lo que estaba sucediendo con Lynn, Amelia no podía negarse a la petición de Lola. Además, quizá, de alguna manera, ayudar a su hermana menor le permitiera aclarar las cosas con Lynn.
Cuando llegó, Lola la recibió con una sonrisa de emoción.
—¡Amelia! ¡Gracias por venir tan rápido! —dijo Lola, tirando de su mano y llevándola al interior de la casa—. Tengo que elegir entre estos dos trajes, pero necesito que todo esté perfecto. ¡La competencia es mañana!
Amelia sonrió con dulzura. Siempre le había gustado la energía de Lola, aunque también notaba la presión que la niña se ponía a sí misma.
—No te preocupes, Lola. Lo vamos a lograr —dijo Amelia mientras le pasaba una mano por el cabello para calmarla.
Mientras trabajaban, la conversación fluyó naturalmente hacia otros temas. Fue entonces cuando Lola, curiosa como siempre, preguntó algo que Amelia no había previsto.
—Oye, ¿qué está pasando entre tú y Lynn? —Lola levantó la vista mientras colocaba las últimas horquillas en su peinado—. Lynn ha estado rara estos días, y sé que ustedes se llevan como perro y gato, pero ahora parece más... diferente.
Amelia se detuvo, sorprendida por la pregunta. No quería poner a Lola en una situación incómoda, pero a la vez, sentía que necesitaba hablar con alguien.
—Bueno, es complicado, Lola —dijo Amelia con un suspiro—. Hemos tenido una especie de pelea, pero siento que no es solo eso. No sé qué le pasa a Lynn, pero ha estado distante conmigo, incluso antes de la última broma.
Lola frunció el ceño, reflexionando sobre las palabras de Amelia. Luego, en un susurro conspirativo, dijo:
—Tal vez simplemente necesita que hables con ella. Lynn es muy obstinada, pero no es mala persona. Si la enfrentas directamente, seguro que se abrirá.
Amelia se quedó pensativa por un momento. Lola tenía razón. Había estado evitando hablar seriamente con Lynn, usando el sarcasmo y las bromas como escudo. Tal vez había llegado el momento de enfrentarla de verdad.
—¿Crees que Lynn está en casa ahora? —preguntó Amelia, con una mezcla de nerviosismo y determinación.
Lola asintió rápidamente. —Sí, debe estar arriba en su cuarto. Aunque, si vas a hablar con ella, ten cuidado. A veces se pone un poco... difícil.
Con una sonrisa agradecida, Amelia se dirigió hacia las escaleras. Cada paso hacia la habitación de Lynn hacía que su corazón latiera más rápido. Se detuvo frente a la puerta cerrada por un momento, respiró profundamente y tocó suavemente.
—¿Qué? —se oyó la voz áspera de Lynn desde el otro lado.
—Soy yo, Amelia —dijo Amelia, tratando de sonar tranquila—. ¿Puedo pasar?
Hubo un momento de silencio, luego el ruido de pasos y finalmente, la puerta se abrió. Lynn la miró, primero con sorpresa, y luego con una expresión que Amelia no pudo descifrar del todo.
—¿Qué quieres? —preguntó Lynn, cruzándose de brazos, con su típico tono defensivo.
—Necesito hablar contigo —respondió Amelia, manteniendo su postura firme—. Sobre lo que ha estado pasando entre nosotras. Y sé que tú también lo necesitas.
Lynn frunció el ceño, claramente incómoda, pero dio un paso atrás para dejarla pasar. Amelia entró en la habitación, notando lo desordenada que estaba, pero sin hacer ningún comentario. En lugar de eso, se sentó en una silla frente al escritorio de Lynn, mientras Lynn se dejaba caer en su cama.
—No sé por qué has estado ignorándome últimamente, pero estoy cansada de las peleas y las bromas. Si hice algo mal, quiero saberlo. Y si no, al menos dime qué te pasa —dijo Amelia, sin rodeos.
Lynn permaneció en silencio por un largo momento, mirando hacia el techo como si estuviera debatiéndose internamente. Finalmente, dejó escapar un suspiro.
—No es que me guste ignorarte, Amelia. Es solo que... —Lynn se incorporó en la cama, con una expresión menos dura de lo habitual—. No sé, a veces me cuesta manejar cómo me siento contigo. No es solo por lo que pasó con la broma. Es algo más complicado.
Amelia la miró con interés. No esperaba que Lynn se abriera tan pronto, pero sentía que finalmente estaba llegando a la raíz del problema.
—¿Qué quieres decir con "más complicado"? —preguntó Amelia, genuinamente intrigada.
Lynn miró hacia otro lado, claramente incómoda.
—Mira, antes de la broma de los pompones... he estado sintiéndome diferente. Como si algo hubiera cambiado entre nosotras. Y eso me ha estado molestando. No sé cómo explicarlo bien, pero creo que por eso empecé a distanciarme. Y luego tú haces esa broma, y bueno... solo empeoró las cosas.
Amelia se quedó en silencio, asimilando las palabras de Lynn. Era evidente que ambas habían estado lidiando con emociones no resueltas, y tal vez esa rivalidad que habían mantenido durante tanto tiempo no era más que una máscara para algo más profundo.
—Entiendo, Lynn —dijo finalmente—. Y lamento si he hecho las cosas más difíciles. No sabía que te sentías así. Quizá, en lugar de pelear y hacernos bromas todo el tiempo, deberíamos intentar, no sé, ser más sinceras la una con la otra.
Lynn la miró, y por primera vez en mucho tiempo, pareció relajarse.
—Tal vez tengas razón, "princesa" —dijo Lynn, con una pequeña sonrisa sarcástica, aunque el tono era más suave de lo habitual—. Supongo que podríamos intentarlo.
Amelia sonrió de vuelta, aliviada de que finalmente estaban comenzando a resolver sus diferencias. Después de unos segundos de silencio, Amelia se levantó.
—Entonces, para celebrar nuestra tregua... ¿quieres venir a mi casa? Podemos ver una película o algo —sugirió Amelia.
Lynn la miró con sorpresa, pero luego asintió. —Vale, pero nada demasiado cursi.
-claro, pero también recuerda que hay proyecto por hacer
Ambas rieron ligeramente mientras salían de la habitación juntas. El ambiente entre ellas ya no era tan tenso. Aunque todavía quedaba mucho por resolver, habían dado el primer paso hacia una relación más abierta y menos conflictiva.
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Princesa, estoy contigo
Novela JuvenilQue pasa si la número 1 de su secundaria se enamora? no pasaría nada, si tan solo no fuera *Amelia Anderson*