En busca de la verdad

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Lynn se despertó a la mañana siguiente con un nudo en el estómago. Había pasado la noche en vela, pensando en Amelia y en cómo podía resolver el malentendido que había surgido entre ellas. Sabía que tenía que hablar con Amelia, aclarar lo que había pasado y dejar en claro que no había nada entre ella y la otra chica. Pero cuando llegó a la escuela, la incertidumbre la envolvió de nuevo.

Los pasillos estaban llenos de estudiantes, pero todo lo que veía era el rostro de Amelia, su mirada dolida, su enojo y su decepción. A medida que avanzaba, la ansiedad crecía en su interior. Lynn respiró hondo y se dirigió a la clase de matemáticas, decidida a buscar a Amelia después de la clase.

Cuando la campana sonó, Lynn se acercó a la puerta del aula, esperando que Amelia apareciera. La sala se vació rápidamente, pero a pesar de sus esfuerzos por buscarla, no la vio por ninguna parte. Frustrada, se dirigió al patio trasero, donde a menudo se reunían sus amigos. Al llegar, vio a Lincoln, su hermano, sentado en una mesa, garabateando en su cuaderno.

—"Hey, Lincoln," —dijo Lynn, acercándose rápidamente. —"¿Has visto a Amelia?"

Lincoln levantó la vista, notando la preocupación en el rostro de su hermana. —"No, no la he visto. Pero parece que estás muy preocupada por ella. ¿Qué pasó?"

—"Es complicado," —respondió Lynn, sentándose a su lado. —"Recibió un mensaje anónimo con una foto mía y una chica besándose. No sé cómo explicarle que no significó nada y que solo fue un error."

Lincoln frunció el ceño. —"Eso suena mal. ¿Has tratado de hablar con ella?"

—"Sí, pero me ignoró. No me dejó explicarle nada," —suspiró Lynn, sintiendo cómo la frustración se acumulaba dentro de ella. —"No sé qué hacer. No quiero que piense que estoy traicionándola."

—"Tal vez deberías reunir pruebas para demostrarle que no eres la villana de esta historia," —sugirió Lincoln. —"Necesitamos más información sobre esa chica. ¿Quién es?"

—"No tengo idea de quién es," —admitió Lynn, sintiendo que se le hacía un nudo en la garganta. —"Pero si podemos encontrar algo que me ayude a demostrar que no estoy interesada en ella, tal vez Amelia me escuche."

Lincoln asintió, comprendiendo la urgencia de la situación. —"Está bien. Haremos un plan. Primero, necesitamos saber quién es esa chica. Tal vez puedas hablar con alguna de tus amigas o incluso con Kelly. Ella siempre está al tanto de todo."

Lynn sonrió, sintiéndose un poco más aliviada. —"Tienes razón. Kelly podría saber algo. Y después de eso, podemos intentar hablar con esa chica para aclarar las cosas."

Así que, después de que los dos hermanos se separaron, Lynn fue en busca de Kelly. La encontró en el aula de arte, con pinceles y pinturas esparcidos por la mesa.

—"Kelly," —llamó Lynn, acercándose a su amiga. —"¿Puedes ayudarme con algo?"

Kelly levantó la vista, limpiándose la pintura de las manos. —"Claro, ¿qué necesitas?"

Lynn dudó un momento, pero luego decidió contarle la historia. Al final, Kelly frunció el ceño, preocupada. —"No puedo creer que haya pasado eso. ¿Sabes quién es esa chica? Necesitamos saber su nombre."

—"No tengo idea," —admitió Lynn. —"Pero creo que debería preguntar a algunas de nuestras amigas en el equipo de porristas. Tal vez hayan escuchado algo."

Kelly asintió. —"Eso suena bien. Voy a preguntarles. ¿Qué más necesitas?"

Lynn pensó un momento. —"Si encontramos a esa chica, tal vez podamos hacer que se disculpe o, al menos, que hable con Amelia. Necesito que escuche mi versión de los hechos."

Kelly sonrió, mostrando su apoyo. —"Lo haré. No te preocupes. Estoy aquí para ayudarte."

Con un nuevo sentido de propósito, Lynn se sintió lista para enfrentar el desafío. Pero mientras se dirigía al aula de gimnasia para practicar, no pudo evitar pensar en Amelia. La distancia entre ellas parecía cada vez más insuperable, pero no iba a rendirse.

Después de la práctica, se encontró con Lincoln nuevamente. —"¿Pudiste averiguar algo?" —le preguntó.

—"No mucho, pero hablaré con las porristas en la siguiente práctica. Ellas suelen saber de los rumores," —respondió Kelly, apareciendo detrás de Lynn. —"Voy a hacer todo lo posible para que encontremos a esa chica."

—"Gracias, Kelly," —dijo Lynn, sintiéndose agradecida por tener una amiga tan leal.

El resto de la semana transcurrió sin mayores incidentes, pero Lynn continuó sintiendo la ausencia de Amelia. La veía pasar de lejos, hablando con Kelly o riendo con las demás porristas, y el dolor en su pecho se intensificaba. Era frustrante no poder hablar con ella.

Finalmente, llegó el viernes. Lynn y Lincoln habían estado buscando a la chica de la foto y, tras varias conversaciones, lograron obtener su nombre: Chloe. Lincoln había logrado que uno de los compañeros de clase se lo dijera, y ahora Lynn estaba decidida a confrontarla.

—"Vamos a buscarla después de la escuela," —dijo Lynn, sintiendo una mezcla de nerviosismo y determinación.

—"Estoy contigo," —dijo Lincoln, mostrando su apoyo. —"No dejes que el miedo te detenga. Tienes que aclarar las cosas con Amelia."

Después de las clases, Lynn y Lincoln se dirigieron al área de deportes, donde Chloe estaba hablando con un grupo de chicos. Lynn se sintió un poco nerviosa, pero sabía que tenía que hacerlo. Se acercaron al grupo.

—"Chloe," —llamó Lynn, intentando mantener la voz firme. La chica se volvió, sorprendida al ver a Lynn y a Lincoln.

—"¿Qué quieres?" —preguntó Chloe, con una actitud desafiante.

—"Necesito hablar contigo," —dijo Lynn, sintiendo que su determinación crecía. —"¿Podemos hablar a solas?"

Chloe miró a sus amigos, quienes se rieron y comenzaron a alejarse. Lynn sintió que su corazón latía con fuerza. Necesitaba que Chloe entendiera la gravedad de la situación.

Una vez que estuvieron solos, Lynn tomó aire profundamente. —"Quiero que sepas que lo que hiciste fue muy injusto. Esa foto que enviaste a Amelia la hizo sufrir, y no era lo que parecía. me besaste en un momento de confusión."

Chloe se cruzó de brazos, mostrando una actitud indiferente. —"No me importa. Solo estaba jugando. No sabía que era un gran problema."

—"¡Eso no es un juego!" —exclamó Lynn, sintiendo la frustración brotar. —"Amelia y yo somos amigas y lo que hiciste está rompiendo nuestra relación. Te pido que te disculpes."

Chloe arqueó una ceja, mostrando una sonrisa arrogante. —"¿Y qué si no quiero? No tengo por qué hacerlo. Es solo una chica."

—"No importa si es 'solo una chica' para ti," —dijo Lynn, sintiendo que su enojo crecía. —"Para mí, es la persona más importante de mi vida. Y no dejaré que te interpongas en nuestra amistad."

Con eso, Lynn dio la vuelta y se alejó, sintiéndose más decidida que nunca. Sabía que no podría cambiar lo que había pasado, pero estaba lista para luchar por lo que realmente importaba.

Esa tarde, mientras caminaba hacia casa, su mente estaba en Amelia. Tenía que encontrar la manera de aclarar las cosas y ganarse su confianza nuevamente. Y no se detendría hasta que lo lograra.

Princesa, estoy contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora