El sol se filtraba a través de las cortinas de la habitación de Lynn, creando patrones dorados en el suelo. Ambas chicas aún estaban acurrucadas en la cama, el suave aroma a café recién hecho flotaba en el aire. Lynn, sintiéndose más descansada de lo que había estado en mucho tiempo, despertó primero y decidió que sería un buen día para aprovechar al máximo.
—Buenos días, princesa —susurró, moviendo suavemente a Amelia, que aún dormía profundamente.
Amelia se giró, entreabriendo los ojos y sonriendo al ver a Lynn.
—Buenos días, Lynnie —respondió, aún con la voz entrecortada por el sueño.
Lynn se levantó, estirándose como un gato antes de dirigirse a la cocina. Se preparó una taza de café y miró por la ventana. Era un hermoso día soleado, perfecto para salir. Aún pensaba en la maravillosa noche que habían pasado juntas, y la idea de pasar más tiempo con Amelia la llenaba de emoción.
Mientras tanto, Amelia se levantó y se arregló un poco antes de unirse a Lynn en la cocina. Se sentó en la barra de la cocina y comenzó a jugar con un mechón de su cabello.
—¿Qué planes tienes para hoy, Lynnie? —preguntó, mientras Lynn preparaba tostadas.
—No lo sé, tal vez podríamos salir a pasear, hacer algo divertido. ¿Qué piensas? —dijo Lynn, dándole un guiño.
Antes de que Amelia pudiera responder, el sonido de la puerta principal interrumpió su conversación. Era Lincoln, el hermano de Lynn, quien entró sin previo aviso.
—¡Chicas! ¡Necesito ayuda con mi proyecto de ciencias! —exclamó Lincoln, con una expresión de desesperación.
Lynn y Amelia se miraron, ambas riendo.
—¿Desde cuándo eres tan malo para hacer proyectos? —bromeó Lynn, sirviendo dos tazas de café y entregándole una a Amelia.
—¡Desde siempre! Pero hoy es diferente, tengo que presentar algo mañana y no he hecho nada —respondió Lincoln, dejando caer su mochila en el suelo.
—¿Qué necesitas exactamente? —preguntó Amelia, inclinándose hacia adelante, interesada.
—Necesito hacer un volcán, pero tengo que hacerlo lo más impresionante posible. No solo un volcán que erupcione, ¡tiene que ser un espectáculo! —dijo Lincoln, gesticulando con las manos.
—Eso suena… complicado. Pero puedo ayudarte con eso —dijo Amelia, sonriendo con complicidad.
Lynn puso los ojos en blanco pero sonrió. Sabía que esto significaría que perderían un poco de tiempo juntas, pero se sintió feliz de que Amelia quisiera ayudar a su hermano.
—Está bien, voy a buscar algunos materiales. ¡No se tarden mucho! —gritó Lynn, mientras se dirigía a su habitación.
Mientras buscaba cosas para el proyecto, se dio cuenta de que estaba contenta de que Amelia pasara tanto tiempo con su familia. Ella siempre había sido un poco reservada, pero ver a Amelia interactuar con Lincoln la hacía sentir bien.
Después de un rato, las dos chicas regresaron a la cocina con varios materiales, y Lincoln se puso a trabajar, concentrado en la creación de su volcán. Amelia lo ayudaba a mezclar los ingredientes y Lynn se quedó sentada en la mesa, observando cómo se desarrollaba la situación.
—¡Listo! —gritó Lincoln, levantando su mano en señal de triunfo—. ¡Esto va a ser increíble!
Las chicas aplaudieron mientras Lincoln exhibía su creación. Pero justo en ese momento, el teléfono de Lynn sonó. Era Kelly, una de sus mejores amigas.
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Princesa, estoy contigo
Fiksi RemajaQue pasa si la número 1 de su secundaria se enamora? no pasaría nada, si tan solo no fuera *Amelia Anderson*