El despertador sonó a las seis de la mañana, y Lynn se incorporó de un salto, entusiasmada por lo que prometía ser un día más en la escuela. y aunque no había ningún evento especial, a Lynn le gustaban estos días donde nada particular ocurría porque siempre encontraba alguna forma de hacerlos entretenidos. Después de desayunar rápidamente con sus hermanos y bromear un poco con Luna y Luan, se dirigió a la escuela.
Primer Bloque: Historia
Lynn y Amelia compartían la primera clase del día, y aunque normalmente Lynn se quedaría en la última fila, esta vez decidió sentarse junto a Amelia. Apenas se sentó, le dio un suave empujón en el brazo.
—¿Lista para otra emocionante clase de historia, princesa? —bromeó Lynn con una sonrisa pícara.
Amelia sonrió y rodó los ojos, pero se acercó un poco a ella. —Claro, Lynnie, nada me emociona más que escuchar sobre batallas y tratados antiguos.
La clase comenzó, y mientras el profesor hablaba sobre la antigua Roma, Lynn se inclinó hacia Amelia.
—¿Sabías que algunos emperadores romanos eran conocidos por sus bromas? —susurró Lynn—. Dicen que Julio César una vez escondió las sandalias de un general para ver su reacción.
Amelia levantó una ceja, tratando de no reír. —Me lo estás inventando, ¿verdad?
—¿Quién sabe? —respondió Lynn con un encogimiento de hombros—. Podría ser cierto, princesa.
La clase avanzó sin incidentes, pero los pequeños comentarios entre ambas hacían que el tiempo pasara volando. Kelly, sentada detrás de ellas, se inclinó hacia adelante.
—¿Qué están cuchicheando tanto? —preguntó con una sonrisa divertida.
—Nada de importancia, —respondió Amelia, disimulando con una sonrisa.
Margo, que estaba junto a Kelly, se unió a la conversación. —Debe ser importante si las hace reír tanto.
Lynn y Amelia compartieron una mirada cómplice, dejando que sus amigos se quedaran con la intriga. La clase de historia terminó con algunas risas, y las chicas se dirigieron a su próxima clase.
Segundo Bloque: Ciencias Naturales
Lynn y sus amigos se dirigieron a la clase de Ciencias Naturales. Allí, la maestra había planeado una actividad grupal, algo que emocionó a todos en la clase. Lynn, Amelia, Kelly y Margo formaron un grupo, mientras Sasha y Marco se unieron al equipo vecino.
—Bien, chicos, hoy vamos a observar algunas células al microscopio —explicó la maestra, entregando muestras y guantes a cada grupo—. Cada uno de ustedes debe observar y anotar sus observaciones.
Mientras Lynn y Amelia se turnaban para mirar, las bromas no se hicieron esperar.
—Lynnie, no vayas a romper el microscopio, que es nuevo —susurró Amelia en tono de broma, recibiendo una mirada fingidamente ofendida de Lynn.
—Oye, soy mucho más cuidadosa de lo que parezco, princesa —contestó, y le sacó la lengua.
Kelly y Margo reían mientras Lynn y Amelia intercambiaban bromas. Luego, Marco miró a través del microscopio en su mesa y comentó:
—¡Guau! Esto parece una película de ciencia ficción. ¿No creen?
Lynn asintió, tratando de concentrarse en la tarea, pero era imposible no disfrutar los pequeños momentos de humor y diversión.
Finalmente, lograron completar la actividad justo antes de que terminara la clase.
Tercer Bloque: Educación Física
Cuando llegó la hora de Educación Física, Lynn ya estaba en su elemento. Al entrar al gimnasio, miró a Amelia con una sonrisa.
—Es hora de ver quién tiene más resistencia, ¿lista para perder?
Amelia, desafiante, levantó una ceja. —No te confíes tanto, Lynnie.
El entrenador comenzó con un calentamiento, y luego organizó a los estudiantes en parejas para algunas actividades de resistencia. Lynn y Amelia, como siempre, se pusieron juntas, animándose mutuamente a dar lo mejor.
—Vamos, princesa, no me digas que eso es todo lo que tienes —provocó Lynn mientras corrían lado a lado en una carrera de velocidad.
—¡Silencio y corre! —respondió Amelia con una sonrisa, dando un poco más de esfuerzo para mantener el ritmo de Lynn.
Al final, ambas terminaron exhaustas pero satisfechas con el esfuerzo. Antes de salir del gimnasio, Lynn le dio una palmadita en la espalda a Amelia.
—Buen trabajo, princesa. Casi me ganas esta vez.
Amelia se rio. —Voy mejorando, Lynnie. Ya verás.
Ambas salieron del gimnasio junto a sus amigos, todos bromeando sobre lo agotador que había sido.
Almuerzo
Durante el almuerzo, el grupo se reunió en su mesa habitual. Amelia y Lynn compartían una bandeja de papas fritas, mientras que Sasha contaba una historia graciosa de una vez que su perro intentó perseguir a una ardilla en el parque.
—¡Era como ver a una bolita peluda corriendo en círculos! —decía Sasha entre risas.
Kelly y Marco también compartían sus historias. Margo comenzó a contar cómo una vez intentó sorprender a su hermano escondiéndose en el clóset, pero terminó asustándose a sí misma cuando creyó ver una sombra.
Lynn, escuchando atentamente, de repente se inclinó hacia Amelia y le dijo en voz baja: —Tal vez deberíamos hacer algo divertido con nuestros amigos este fin de semana, ¿qué dices?
Amelia asintió, divertida. —Me parece una gran idea, Lynnie.
Entrenamiento de la tarde
La última actividad del día fue el entrenamiento. Lynn estaba emocionada, pero esta vez estaba menos concentrada en competir y más en disfrutar el momento. Amelia, notando esto, se le acercó mientras practicaban.
—¿Qué pasa, Lynnie? Hoy estás… diferente —comentó, sin saber cómo expresarlo.
Lynn miró a Amelia y sonrió. —Supongo que simplemente estoy disfrutando el día.
Amelia le devolvió la sonrisa, y ambas continuaron practicando, dando su mejor esfuerzo y disfrutando de los momentos compartidos en el campo.
Al final del día, el grupo se reunió en la salida, agotados pero felices por todo lo compartido.
En casa de Lynn
Esa noche, antes de dormir, Lynn repasó en su mente cada momento que había vivido junto a Amelia y sus amigos ese día. Por primera vez, se dio cuenta de lo mucho que significaban para ella estos días tranquilos y llenos de diversión, y de lo importante que era Amelia en su vida.
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Princesa, estoy contigo
Teen FictionQue pasa si la número 1 de su secundaria se enamora? no pasaría nada, si tan solo no fuera *Amelia Anderson*