Secretos en la piel

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El grupo había planeado otra salida al río, aprovechando los días cálidos y la tranquilidad que ofrecía la naturaleza. Aunque Lynn aún estaba en recuperación, parecía estar de mejor humor, y sus amigos no podían evitar notar que estaba más relajada de lo habitual. Amelia, por supuesto, tenía mucho que ver con eso.

Cuando llegaron al río, todos comenzaron a instalarse: mantas en el suelo, comida en las hieleras y protector solar en mano. Lynn, como siempre, ayudaba con entusiasmo, pero esta vez parecía estar disfrutando el momento sin preocuparse demasiado por la acción física.

—Oye, Lynnie, ¿no tienes calor con esa camisa? —preguntó Marco, señalando la camiseta negra que llevaba puesta, mientras todos los demás ya estaban en trajes de baño o ropa ligera.

—Un poco, pero no me molesta —respondió Lynn con un encogimiento de hombros.

Amelia, que estaba a su lado, le dio un codazo suave.

—Vamos, princesa. Quítatela, estamos todos aquí para relajarnos.

Lynn la miró con una sonrisa traviesa.

—¿Estás segura de que quieres que lo haga? Podrías no soportarlo.

Amelia arqueó una ceja, claramente intrigada.

—Deja de jugar y quítatela, Loud.

Con un suspiro teatral, Lynn agarró el borde de su camiseta y se la quitó en un solo movimiento, revelando su bikini deportivo negro y algo que nadie, excepto Amelia, había visto antes: tatuajes y un pequeño piercing en su ombligo.

Las Miradas

El primer tatuaje que llamó la atención fue una frase no tan grande en cursiva en el lado izquierdo de su costilla que decía: "Stronger than yesterday". Debajo de esta, un pequeño diseño de un numero 11 en tinta negra resaltaba su pasión. En su brazo derecho, un tatuaje minimalista de una línea curva simulaba el movimiento de una ola.

—¿Qué demonios? —exclamó Jace, dejando caer el frisbee que tenía en las manos.

—¡Lynn! ¿Desde cuándo tienes eso? —preguntó Ivy, acercándose para ver mejor.

Lynn, acostumbrada a guardar estos detalles en privado, simplemente se encogió de hombros con una sonrisa despreocupada.

—Desde hace un tiempo. No creí que fuera tan importante.

—¿No creíste que era importante? —repitió Kelly, riendo mientras señalaba el piercing—. ¿Y el arete? ¿Ese es nuevo también?

Amelia, aunque ya sabía sobre los tatuajes, no pudo evitar sonreír al ver la reacción del grupo.

—Me lo dijo hace poco —intervino Amelia, cruzándose de brazos—. Pero juré no contar nada.

—¡Tú lo sabías! —exclamó Margo, sorprendida.

Amelia asintió con calma.

—Por supuesto. Hay cosas que sólo una novia puede saber.

Lynn le guiñó un ojo, claramente disfrutando de la atención.

—No quería arruinar la sorpresa —bromeó, dándole un beso rápido en la mejilla a Amelia.

Historias Tatuadas

Después de las exclamaciones iniciales, todos se sentaron en círculo alrededor de Lynn, insistiendo en que explicara cada tatuaje.

—Está bien, está bien. Les diré, pero después de esto no quiero que me pregunten más, ¿de acuerdo? —dijo Lynn, levantando las manos en rendición.

Señaló el tatuaje en sus costillas.

—Este lo hice después de una de mis peores lesiones, se acuerdan? Me recordaba todos los días que podía ser más fuerte que el día anterior. Es como un mantra personal.

El grupo asintió, claramente impresionado. Luego, Lynn toco el numero 11

—Este es bastante obvio. Mi familia siempre estara conmigo.

Por último, señaló la ola en su brazo.

—Esto lo hice después de nuestra primera vez en el río. Me recordó lo importante que es relajarse y dejarse llevar de vez en cuando.

—Eso es... realmente lindo, Lynn —dijo Kelly, sonriendo.

—¿Y el piercing? —preguntó Marco, aún intrigado.

Lynn rió entre dientes.

—Eso fue un impulso. Lo hice en un momento en que quería probar algo diferente, algo que fuera sólo para mí.

—Pues te queda bien —dijo Margo, asintiendo en aprobación.

Amelia, que había permanecido en silencio mientras Lynn hablaba, se inclinó hacia ella y le susurró:

—Sabes que me encanta cómo se te ve todo esto, ¿verdad?

Lynn le lanzó una mirada cómplice.

—Lo sé, princesa. Y me encanta que seas la única que lo ve de cerca.

De Vuelta al Agua

Después de las explicaciones, el grupo volvió a disfrutar del río, aunque ahora con un renovado interés en las historias detrás de las marcas en la piel de Lynn. A pesar de las bromas y las preguntas, Lynn se sintió aliviada por haber compartido algo tan personal con sus amigos.

Amelia, por su parte, no podía evitar mirarla con orgullo. Sabía que Lynn siempre había tenido una capa extra de fortaleza, pero ver cómo cada tatuaje contaba una historia de superación la hacía admirarla aún más.

Mientras el sol comenzaba a ponerse, Lynn y Amelia se sentaron juntas en una roca cerca del agua, observando cómo los demás jugaban y reían.

—¿Te arrepientes de haber mostrado todo eso? —preguntó Amelia, apoyando su cabeza en el hombro de Lynn.

—Para nada —respondió Lynn, rodeándola con un brazo—. Me gusta que sepan que cada marca tiene un significado. Además, ahora no tengo que esconderlo más.

Amelia levantó la vista para mirarla.

—Me alegra que seas tan valiente. Y si alguna vez decides hacerte otro, estaré ahí contigo.

—¿Y si me hago uno por ti? —bromeó Lynn, sonriendo.

Amelia rió suavemente.

—Tal vez yo también me haga uno, sólo para igualarte.

Ambas rieron, disfrutando del momento mientras el río continuaba fluyendo a su alrededor. La conexión entre ellas, al igual que las historias en la piel de Lynn, era algo que se fortalecía con cada día que pasaban juntas.

Princesa, estoy contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora