La tarde había comenzado tranquila, con la calma de la cocina de la casa de Amelia, pero pronto se convirtió en el escenario de un verdadero desastre. Lynn y Amelia, en su intento de hacer un pastel de chocolate, se encontraron rodeadas de risas, ingredientes desparramados y un montón de amigos que, como siempre, no podían dejar de causar caos. Todo comenzó cuando Margo irrumpió en la casa de Amelia con la idea de hacer una "tarde de horneado épico", lo que no fue más que el inicio de un torbellino de risas, bromas y una que otra travesura.
—¿Seguro que no quieres que te ayude con algo, Lynn? —preguntó Margo, mientras se inclinaba sobre la encimera, observando cómo Lynn trataba de batir la mezcla de pastel sin hacer un desastre.
—¿Ayudar? —rió Lynn, con una mirada divertida—. ¿Vas a hacer el pastel o destruirlo, Margo? Porque yo creo que no puedes hacer ambas cosas al mismo tiempo.
Amelia se echó a reír desde el otro lado de la cocina, observando cómo Lynn trataba de mezclar la masa mientras evitaba que la harina no se desbordara por todas partes.
—Es increíble que sigas intentando, Lynn —bromeó Amelia, mientras se recogía el cabello con una diadema—. Ya te he dicho que necesitas una receta que no termine en una guerra de comida.
—Oye, ¿quién dice que no estamos haciendo una guerra de comida? —respondió Lynn, guiñando un ojo a Amelia mientras, por accidente, lanzaba un trozo de chocolate al suelo.
Margo, siempre dispuesta a ayudar (en su propio estilo), vio el trozo de chocolate y comenzó a recogerlo del suelo.
—¡No lo tires, Margo! —gritó Lynn—. Lo necesitamos. Es chocolate, ¡lo más importante del pastel!
Margo levantó el trozo, lo observó, y en tono de broma dijo:
—Es el toque secreto. Un poco de "amor" en el pastel. O bueno, algo de "sueño de chocolate", ¿no?
Kelly entró en la cocina con una sonrisa divertida. Viendo el caos que se estaba formando, no pudo evitar reírse.
—¿Se supone que están haciendo un pastel o están practicando para un programa de cocina desastroso? —preguntó, tomando una taza de café y observando la escena.
—Es un pastel de chocolate... pero, con un poco más de caos del que imaginábamos —respondió Amelia, mientras veía a Lynn manchada de chocolate y harina.
De repente, el timbre de la puerta sonó, interrumpiendo la ligera calma que aún quedaba. Todos se miraron por un momento, antes de que Lynn, con una mezcla de curiosidad y algo de ansiedad, fuera a abrir la puerta.
—¿Quién será? —preguntó Lynn, con una sonrisa juguetona.
Al abrir la puerta, se encontró con Jace y Marco, que entraban con una actitud relajada, pero con una bolsa de botellas en las manos.
—¡Hola! —dijo Jace, mirando el caos en la cocina—. Vi que estaban horneando, pero... creo que esto necesita un toque más "adulto".
Marco, que ya tenía una sonrisa un poco traviesa, agregó:
—¡Y por “adulto” quiero decir algo que nos haga olvidarnos de este desastre!
Ambos, sin preguntar, comenzaron a sacar unas botellas de vino y otras bebidas alcohólicas de su bolsa.
—¿En serio? —dijo Lynn, alzando una ceja mientras veía las botellas—. ¿Ya estábamos destruyendo la cocina y ahora también vamos a destruirnos a nosotros mismos?
Kelly, viendo las botellas, no dudó en intervenir.
—Bueno, si vamos a hacer un desastre, que sea completo —rió, mientras tomaba una botella de vino y la destapaba.
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Princesa, estoy contigo
JugendliteraturQue pasa si la número 1 de su secundaria se enamora? no pasaría nada, si tan solo no fuera *Amelia Anderson*