Un mes fuera

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La mañana siguiente a la fiesta, el sol brillaba radiante en el cielo, llenando la habitación de Lynn con una luz cálida. Se despertó con una sonrisa en el rostro, recordando cada momento de la noche anterior, especialmente el beso que había compartido con Amelia. Era como si su corazón estuviera bailando al ritmo de la música que todavía resonaba en su mente.

Después de vestirse y arreglarse, bajó a la cocina, donde el aroma del desayuno recién hecho llenaba el aire. Su madre, Rita, estaba preparando panqueques mientras sus hermanas discutían sobre los detalles de la fiesta.

—"No puedo creer que Lynn y Amelia finalmente se besaran," —dijo Leni, con un brillo en sus ojos. —"¡Fue tan dulce!"

—"¿Sabías que Amelia estaba celosa de la porrista?" —añadió Lisa, mirando a Lynn con curiosidad. —"No sé qué pasó, pero creo que fue increíble que Lynn la hiciera sentir mejor."

Rita se giró con una sonrisa, colocando un plato de panqueques en la mesa. —"Las cosas pueden ser complicadas entre amigos. Pero parece que todo salió bien al final."

Lynn se sonrojó, sintiéndose un poco avergonzada por la atención que estaban dándole a su vida amorosa. —"Chicas, ¡no es para tanto! Solo fue un beso," —intentó restarle importancia, aunque su corazón latía con fuerza al recordarlo.

—"Un beso que cambió todo," —respondió Luna, levantando una ceja. —"Ahora solo falta que te invites a salir formalmente."

Lynn rodó los ojos, pero no pudo evitar sonreír. —"Quizás," —murmuró, pensando en cómo se había sentido con Amelia. Aquella noche había sido un punto de inflexión, y estaba emocionada por lo que vendría.

Después de un desayuno lleno de risas y bromas, Lynn salió de la casa, lista para encontrarse con sus amigos en el parque. La tarde prometía ser divertida, y todos estaban ansiosos por compartir sus experiencias de la fiesta.

El parque estaba lleno de vida, con niños jugando y familias disfrutando del buen tiempo. Lynn se reunió con Kelly, Marco, Jace, Ivy y, por supuesto, Amelia, quien llegó poco después. La energía en el aire era palpable, todos se sentían felices y emocionados.

—"¡Hey, Lynn! ¡Cuéntanos cómo te fue anoche!" —dijo Jace, dándole un codazo juguetón.

Lynn sonrió, recordando la alegría de la fiesta. —"Fue increíble. La música estaba en su punto y todos bailaron como locos. Pero, definitivamente, el mejor momento fue cuando... ya saben," —dijo, lanzando una mirada significativa hacia Amelia.

Amelia se sonrojó y sonrió tímidamente. —"¡Ay, ya basta!" —exclamó, aunque su tono era de diversión, no de molestia.

—"Vamos, Amelia, tienes que admitir que fue romántico," —dijo Kelly, con una sonrisa amplia. —"Lo vimos todo, y no solo el beso. La forma en que bailaban juntas... ¡Se notaba la conexión!"

Amelia miró a Lynn con una mezcla de sorpresa y alegría, mientras esta se sentía cada vez más cómoda. Hablar sobre su experiencia no era tan malo después de todo.

—"¿Y qué hay de ti, Marco? ¿Con quién bailaste más?" —preguntó Lynn, cambiando de tema, queriendo evitar que Amelia se pusiera más roja.

Marco se encogió de hombros, tratando de parecer despreocupado. —"Yo solo intenté seguir el ritmo de Kelly. Pero creo que todos nos divertimos mucho, ¿no?"

—"Sí, pero debo decir que me impresionó el número de baile que hicieron las porristas," —dijo Ivy, con un tono reflexivo. —"Nunca había visto a Amelia tan... ¿cómo decirlo? Envidiosa."

Amelia cruzó los brazos, pero su risa era contagiosa. —"No estaba celosa, solo... observando," —se defendió, pero todos sabían que había más detrás de su risa.

Princesa, estoy contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora