Días después, cuando el sol alcanza su punto más alto en el cielo, una gran línea de carruajes llega al camino empedrado, levantando enormes columnas de polvo. Desde la ventana en la taberna puedo identificar cual es el de ella.
Está en el medio, y lacada de un negro brillante. Me extraña que su carruaje parezca más una carroza fúnebre que de celebración. La llegada de docenas de caballos y carruajes suena como una invasión.
De cierta manera, lo es.
Todos detenemos el trabajo, limpiando nuestras manos en nuestros delantales antes que gastar nuestra ropa y caminando en un grupo de susurros a la parte delantera del castillo.
Debajo de la entrada del gran salón, Harry está de pie a la par del Rey, todo su personal a la par de ellos.
Mi príncipe está vestido de verde. Su cabeza se mantiene alta, pero puedo ver debajo de su máscara estoica cuan tensa se ha vuelto su mandíbula. Se me ocurre que él la ha conocido antes, lo más probable. Tal vez incluso pasó tiempo con ella durante su año en España. ¿Se tomaron de las manos? ¿Se besaron? ¿Conoció primero su boca la de ella tan gentil como lo fue en nuestro primer beso, hace solo unos días?
Su lacayo la ayuda a salir de su carruaje y Harry se adelanta a tomar su mano. Para inclinarse. Para besarla.
No respiro por cien años.
El rostro de ella está ensombrecido por el ala de su sombrero, pero ella parece de estatura media pero muy baja, muy flaca. Ella es de la realeza con ninguna carne en ella. Ella podría ser una sirvienta.
Ella podría ser cualquier chica promedio que va a casarse con el hombre que me pertenece, y que algún día se convertirá en mi reina.
María Antonia de la Páxan.
A la par mía, todos empiezan a inclinarse mientras la princesa hace su camino hacia los amplios escalones de la entrada. Más allá del camino pavimentado se encuentra el océano, y más allá no hay nada.
Dentro de mí, no hay nada.
De los más de un centenar de cuerpos, soy la penúltima en inclinarme. Los ojos de Mary encuentran los míos mientras ella se inclina a mi lado y cuando la miro, puedo ver que ella sabe. Mi angustia es tan grande que se ha filtrado de mi cuerpo, a través del aire en medio de nosotros, y dentro de sus ojos.
Sus dedos son cálidos en medio de los míos.
Me inclino, derramando el contenido de mi estómago por toda la grava junto a mis pies.
ESTÁS LEYENDO
No Fury (Español)
FanfictionEl príncipe nació en el cuarto lujoso de su madre tres días antes de que yo irrumpiera en el piso sucio de la taberna. Él es de la realeza... ella no. Pero la amistad secreta que comenzó en la niñez se convirtió en algo más profundo... y más peligr...