Ahora: Cincuenta y Cuatro.

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Tan pronto como Mary se va de mi celda, presionándome más cerca contra la pared mientras ella sale de la mazmorra, el pánico se convierte una banda apretada alrededor de mi corazón.

¿Qué he hecho? Podría estar saliendo con ella, al aire, a los brazos de Da y al calor de nuestra casa. Podría llevar a Anne a la taberna para conocer a su familia. Podría empezar a criar a una hija que es a la vez plebeya y de la realeza.

Una princesa rayo de sol que verdaderamente les pertenece a todos nosotros.

Pero en mi corazón sé que quedarme aquí era la elección correcta. Si Mary tiene razón, no sufriré aquí por mucho tiempo. Esta partida que juego es una compleja, no la simple sacudida de un palo. Por mi hija, debo permanecer intachable.

Miro hacia la manta que Mary trajo, y envuelvo el pan, queso y fruta que quedó en la canasta, doblando la manta para usarla para Anne cuando se necesite

Y luego, mientras mi hija se revuelve, la traigo a mi pecho, y cerca de mis ojos.

Harry está vivo.
Estamos ganando esta guerra.
Mi hija nació sana.
María será colgada por sus crímenes.

No es el camino exacto que hubiera escogido para tener en mi vida, pero no puedo negar, mientras amamanto a mi bebé en el aislamiento vacío de una celda, que estoy teniendo todo lo que siempre quise.

~~

Es extraño, la manera en que un sentido se agudiza cuando el otro es quitado. Hay muy poco que ver en la negra humedad de la mazmorra, pero mis oídos pueden reconocer sin ningún esfuerzo los pasos de Zayn. Soy despertada por el sonido de él bajando las escaleras.

Empujándome para sentarme, miro mientras él sin decir palabra se acerca a la celda, encuentra la llave correcta y camina dentro.

—Hola, Catie. —Él coloca abajo un gran paquete envuelto con una cuerda y una jarra de agua.

Me salto el saludo, palabras estallando de mis labios. —Zayn. El sacrificio que hiciste por mí-

—Por favor no me agradezcas —él susurra, acercándose para ayudarme a ponerme de pie con Anne en mis brazos. —Fue una tortura absoluta saber que estabas aquí abajo, pasando hambre.

—Pero tú arriesgaste tu vida por mí.

Él niega con su cabeza, pero no dice nada, y en vez señala con la cabeza a Anne. —¿Puedo sostenerla?

Por instinto, vacilo.

—No para llevármela —él rápidamente añade. —Para verla.

Le tiendo a mi hija, y me maravillo ante la manera en que su rostro se ilumina.

—Hola, princesita —él susurra.

—Anne —le digo. —Su nombre es Anne.

—¿Por la Reina Anne? —él adivina.

—Sí. —Pausando, lo veo arreglar sus mantas alrededor de su barbilla, antes de preguntarle —Dime lo que ha pasado. ¿Qué pasa arriba?

Él parece sorprendido de que aún no he adivinado. —Ellos te liberan hoy. —Mi corazón sube a mi garganta. —Estoy aquí para llevarte al salón.

Al salón.

Donde la realeza y miembros de la corte son recibidos.

Tiro del dobladillo de mi vestido —no por modestia con Zayn, porque en estas pasadas semanas él ha visto cada pedacito de mi piel excepto mi trasero— sino para comunicarle que posiblemente no pueda a ir arriba vestida así.

No Fury (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora