Ahora: Sesenta y Seis.

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Oh, es extraño estar teniendo esta conversación aquí, con James en la cabecera de la mesa, y Harry sentado en frente de mí, sosteniendo a Anne mientras ella golpea una cuchara en la superficie de la mesa de roble en frente de ella.

Aquí es donde nos hemos reído juntos por un mes. Es aquí donde hemos tenido cada desayuno, y cada almuerzo, y casi todas las palabras habladas aquí han sido felices.

-Hijo -James dice- debes parar e imaginar las consecuencias. Si vas a casa hoy, y cuelgas a María mañana, ¿Cómo crees que el Rey reaccionará? ¿Levemente? -El tuerce su boca en las esquina, pareciendo dudoso- España no entró plenamente en la guerra porque a él no le importó mucho arriesgar la vida de los soldados. Pero si tú matas al menor de sus hijos, imagino que podrá reaccionar un poco más fuerte.

Harry aclara su garganta, su mandíbula apretada, sin decir nada.

James se inclina, poniendo su mano encima de la de su hijo. -Solo te estoy pidiendo que seas deliberado en tu reacción.

Harry asiente rígidamente mientras él considera esto, mirando a Anne levantar su cuchara. Él esquiva ágilmente cuando ella golpea hacia atrás, gentilmente reorientando su mano para que ella la lleve de nuevo a la mesa en vez de llevarla contra la frente de él.

-Tú y Cath tienen un poco de distancia de esto -él dice al fin-. Les envidio eso. Pero les imploro que recuerden como se sintieron en esos primeros días. -Él me mira. -Cuando no sabían dónde estaba. Cuando se preguntaron si la traición de María dio como resultado mi muerte.

Mi intestino se tuerce, agrio ahora.

-No estoy seguro de que la distancia sea una cosa buena -él dice, más gentil ahora. -Creo que el fuego es crítico. Lo que María ha hecho es imperdonable.

-Sin duda -digo, inclinándome hacia adelante. -Pero tiene que haber un juicio de algún tipo, ¿no creen?

Él niega con su cabeza. -No si la prueba es infalible. -Él me mira- ¿Tú quizás te la imaginaste ordenando que te llevaran a las mazmorras?

Capto el sarcasmo en sus palabras y parpadeo hacia la mesa, aguantándome una reacción defensiva. Tomando una respiración, contesto: -No, no me lo imaginé, Harry. Pero solo porque es el crimen que te causa más dolor no hace que sea por el que debe ser colgada. Encarcelar a una plebeya embarazada que se ha acostado con el rey no es traición. Es simplemente inhumano.

Lo miro, esperando que mire mis ojos pero no lo hace. Así que continúo: -La prueba de su traición la conoce Douglas porque ella se lo confió a él. La conocen los soldados que escucharon palabras de ello en el campo de batalla. No hay duda de que el Concejo ha reunido todo esto, pero necesitas escucharlo, Harry. Su juicio necesita basarse solamente en lo que ella le haya hecho al reino. No a mí.

Todavía, Harry no me mira a los ojos. En vez, él se inclina hacia adelante, presionando un beso en la parte trasera de la cabeza de Anne, inhalando su suave olor de bebé mientras él cierra sus ojos pensando.

Es por esto que él no reacciona a tiempo cuando Anne lo golpea en la cabeza con la cuchara.

Haciendo una mueca, él tiernamente la quita de su mano. -Suave, Corazón, -él murmura, -Se cuidadosa.

Cuando él se la quita, ella empieza a llorar, enojada, y él la voltea, rebotándola en su rodilla, intentando calmarla. El conflicto en su cara -haciendo malabares con todo esto: padre, rey, amante- es mucho para mi como para soportarlo. Poniéndome de pie, camino alrededor de la mesa, haciendo un gesto de que la tomaré de sus brazos.

-Estoy bien -él refunfuña, poniéndose de pie y caminando hacia la sala para buscar una de sus muñecas.

James aparta la vista, mirando fuera de la ventana.

No Fury (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora