Ahora: Veintinueve.

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A la mañana siguiente, empujo la papilla alrededor de mi cuenco, el caos en mi cabeza empujándome en una extraña, silenciosa fuga.

La necesidad de decirle a Harry se clava en mi pecho y en mi garganta, haciéndome sentir como si no pudiera respirar. No sé cómo podré verlo si él no envía a alguien por mí. Y lo más probable es que nunca más vuelva a enviar a alguien por mí, dado que su futura esposa y gran parte de su familia está en el castillo hasta la boda. El festival comienza esta tarde, y tendrá una duración de diez días previos a la ceremonia de matrimonio.

Me pongo de pie, tropezando hasta el baño para vomitar de nuevo.

Da y mi madre están hablando con la familia de Liam. Pronto, ellos regresarán a casa. Con una fecha, con un plan.

Lavo mi cara, cepillo mi boca y me pongo mi gorro.

—Voy a dar un paseo.

Mary se pone de pie, alcanzando su suéter. —Iré contigo.

—No, Mary.

Su rostro decae.

—Por favor —añado, para tomar un poco de mis palabras. —Necesito estar sola.

~~  

El césped les hace cosquillas a mis tobillos, mis pantorrillas y más cerca hacia el camino que ha crecido tan alto como mis caderas. Camino a través, libre para dejar salir los jadeos, sollozos agudos.

Aquí es donde nos reuníamos, donde hablábamos durante esas horas robadas. Aquí es donde él se volvió mío, y él aprendió que yo siempre he sido suya.

Ahora se siente como si estuviera sentada sobre un cementerio.

Un destello de color azul aparece justo antes del viejo árbol de roble y logro agacharme y esconderme antes de que Harry salga, su ceño se relaja en alivio cuando ve que solo soy yo.

—¡Cath!

Grito, corriendo hacia él, lanzándome a sus brazos.

Su boca está por todos lados: mi cabello, mi cuello, tirando para abajo del cuello de mi vestido para besar mi pecho por encima de mi corazón.

—Escuché que estabas enferma —él jadea, frenético. —Dime que estás bien. Por favor Cath, ¡después del banquete! ¡El duque! Y ese día... ¡sé que la viste llegar! —Él retrocede, sus ojos buscando los míos. —Por favor, háblame. Me mataría verte con otro.

Esta admisión me rompe nuevamente —porque él todavía no sabe que me verá con otro hombre, y pronto.

Me quedo sin aliento por el dolor, y todavía, él se disculpa.

—Lo siento tanto. Lo siento tanto —él susurra, sus lágrimas humedeciendo mi cuello cuando presiona su rostro allí. —No la quiero a ella. No quiero a nadie más. Por favor, Cath, háblame.

—Harry —digo, ahuecando su rostro para que me vea a los ojos. —Mírame.

Él parpadea, sus ojos sonriendo a través de las lágrimas y luego más estrechos mientras él estudia mi rostro. —¿Qué pasa?

—Voy a casarme con Liam. Pronto.

—¿Qué? —Sus ojos su endurecen completamente, su mandíbula tensándose en una rabia que nunca hubiera sido capaz de imaginar en sus rasgos. Él se burla, como si la idea fuera absurda. —Lo prohíbo.

Siento mi barbilla temblar, sabiendo que la peor angustia no ha llegado todavía.

—No tengo otra opción, Harry.

No Fury (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora