El castillo se convierte en una ráfaga de actividad de nuevo, esta vez preparándose para el viaje de Harry a España. Apenas lo veo el resto del día mientras él se reúne con el Concilio, selecciona guardias para que lo acompañen, y está atrapado con todo lo que necesita escuchar antes de que se vaya de nuevo.
Por mucho que quiera estar a su lado, escuchando todas estas cosas también, tengo un pequeño recién nacido que cuidar. Y Harry me ha instruido que nadie aparte de mi familia y aquellos que ya saben escuchen palabra acerca del tranquilo y vivo recién nacido. Por la duración de este viaje, estaré secuestrada en esta habitación espaciosa.
El ruido de abajo se cuela mientras los sirvientes empacan comida, ropa, llenan baúles con cerveza y vino y pan. Harry planea estar fuera solo por quince días, pero esto es asumiendo que la reunión solo dure un día.
Si el Rey de España necesita que Harry se quede por más tiempo, él tendrá que hacerlo. No creemos que el Rey sepa que Harry está consciente de que España lo ha traicionado; en vez él debe fingir ser un esposo roto por la muerte de su esposa y su niño.
Somos un país muy pequeño para enfrentarse hábilmente a un ataque de un país del tamaño de España; Harry debe poner un buen show. Desafortunadamente, cada emoción de él siempre ha aparecido con demasiada claridad en su rostro.
Mientras ellos empacan, Mary viene a mí, y después de abrazarnos y reír a través de lágrimas, nos acurrucamos en la habitación restaurada, en sillas de felpa en frente de la chimenea. Ella sostiene a Anne, yo sostengo al recién nacido, y puedo sentirla mirándome.
— ¿En qué estás pensando? —le pregunto en voz baja, cuando el bebé se ha dormido en mis brazos.
—Estoy pensando en que estos dos niños vinieron por error, y mira cuan amados son. —Ella se inclina, besando a Anne. —Estoy pensando cuan extraño es como las cosas han salido. Nunca hubiese esperado nada de esto: tú en el castillo, tu hija la Princesa...
—Nada de esto hubiera pasado sin tu ayuda —le digo. —Estoy abrumada por la gratitud.
Ella aparta esto con un leve movimiento de su muñeca y le sonríe al recién nacido de vuelta. — ¿Cómo lo nombraras?
Niego con mi cabeza. En estos dos días pasados me he preguntado a mí misma la misma cosa cien veces, mil veces.
Simplemente no se siente como si es mi deber darle un nombre.
—Nada parece quedarle —admito. —Ni Michael o Jonathan o Nicholas o Robert. O quizá se siente raro nombrar al niño de María. Se siente menos presuntuoso de alguna manera cuidar de él, eso se siente como una deuda saldada. Pero darle un nombre parece una posesión que de verdad no deseo tener. —Lo miro a él, dejando mi confesión más oscura en un susurro: —Sí siento cariño hacia él, y algún día podría amarlo, pero él nunca será mi niño.
Levantando la vista, miro los ojos de mi hermana. —Anne es todavía mi recién nacida, al menos eso es lo que mi corazón siente. Él siempre será de ella, y si alguna vez viniera la elección entre cuidarlo a él o cuidar a Anne en un momento dado, no puedo fingir que siempre seré justa. Él no merece eso. Él merece ser querido de la misma manera. ¿Qué si no puedo hacer eso, Mary?
Ella asiente en entendimiento antes de ponerse de pie. Acunando a Anne en sus brazos, ella lo mira más de cerca. Y luego ella ríe por lo bajo. —Es tan dulce, sus labiecitos salidos de esa manera... se mira como un pajarito. —Mirando mis ojos, ella susurra: — ¿Quizás su nombre es Robin?
Dejo que las dos silabas rueden alrededor en mis pensamientos. —Robin —susurro. — ¿Qué tiene planeado Harry para ti?
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Tenemos una noche más de sueño juntos en nuestra gran cama antes de que Harry se levante al amanecer, vistiéndose en pesadas ropas de viaje.
Él se pone de pie, mirando el espejo oblongo mientras lentamente abrocha sus mangas, y se pone su abrigo.
Es silencioso entre nosotros. No quiero que se vaya. Él no se quiere ir. Pero estamos acostumbrados a una vida en donde nosotros no hacemos todas nuestras propias decisiones.
Él va donde a Anne en su cuna, tomando su flojo, y dormido cuerpo y sosteniéndola a su pecho antes de traérmela, colocándola debajo de las mantas y contra mí.
—Sé buena, corazón —le dice.
Miro su rostro mientras él se inclina para darme un beso de despedida.
—Te amo, Cath —susurra, consciente de la niña dormida tan cerca de nosotros.
—Te amo, también.
Él asiente, cerrando sus ojos y presionando sus labios a los míos nuevamente.
—Vuelve a casa por mí —susurro.
—Lo haré.
—No dejes que solo sean palabras. Hazlo esta vez —digo, y él ríe sin humor.
Harry retrocede lo suficiente para mirar mis ojos. —No lo saques fuera de los cuartos.
—Ya he prometido esto. —Me acerco, cepillando una hebra de su cabello fuera de sus ojos. — ¿Vas a decirme que has planeado? ¿O debo quedarme aquí, ignorante mientras tú estás fuera?
Asintiendo, él se inclina bastante cerca y susurra en mi oído. Su aliento es cálido, sus palabras dichas como la seda. Con cada sonido, sus labios se cepillan contra mí y se siente correcto de alguna manera que él debe besar esta promesa en mi piel.
Lágrimas salen a la superficie de mis ojos mientras asiento en entendimiento, y gratitud.
Él ha pensado en cosas que nunca había considerado.
Él es bueno.
Él es tan bueno.—Gracias, Harry.
Él sonríe, besándome una vez más, y luego toma mi corazón y mi alma con él mientras se va a España.
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No Fury (Español)
FanfictionEl príncipe nació en el cuarto lujoso de su madre tres días antes de que yo irrumpiera en el piso sucio de la taberna. Él es de la realeza... ella no. Pero la amistad secreta que comenzó en la niñez se convirtió en algo más profundo... y más peligr...