Ahora: Setenta y Tres.

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Tan inconveniente a como puede ser estar secuestrada en nuestros cuartos con dos niños pequeños, la vida en el castillo no es dura de ninguna manera en que se pueda imaginar. Comida es traída a mí en enormes platos, entregada por Zayn. Nunca estoy helada, nunca estoy hambrienta, nunca estoy verdaderamente sola en el día. Mi familia es traída a mis cuartos a diario para el almuerzo, y comemos, y bebemos vino —un lujo que apenas hemos conocido. Mis padres monopolizan a la pequeña Anne, y Mary cariñosamente toma a Robin en sus brazos, cantándole cerca de la ventana, pero cuidadosamente fuera de vista del patio abajo.

Sé que mis padres no lo admitirán, pero tan apegada como Mary esté a él, ellos igualmente son cautelosos con él, y están ansiosos por saber que hemos planeado. Nadie afuera del castillo —a excepción de Catroina— sabe acerca de él, y cada día mi Madre enumera los cientos de razones porque no podemos criarlo como nuestro.

Él fácilmente sabrá que no es mi hijo, o de Harry.
Él aprenderá que su padre no amaba a su madre.
Él aprenderá que yo capturé el corazón de su padre antes de que su madre incluso tuviera una oportunidad.
Él aprenderá de la traición de su madre, ¿y cómo le afectará eso a él?
Él se cuestionará algún día como su madre murió.
Y más, y más.

Y es por estas razones precisamente —y muchas más— que Harry me ha instruido, cuidadosamente. Ni siquiera Mary sabe de nuestro plan. Cada vez que imagino su rostro cuando descubra lo que hemos hecho... me siento débil con ansiedad.

Cada tarde, mi Madre me distrae de mi tristeza por la ausencia extendida de Harry llenándome con lo que está sucediendo en la aldea. Estoy interesada en escuchar los últimos noviazgos, las catástrofes de la aldea, y de los niños nacidos a gente que he conocido toda mi vida... pero más que nada estoy ansiosa de escuchar lo que la gente está diciendo acerca de mi... con Harry.

Todos saben lo que María le hizo al rey. Y todos saben que Anne es hija de Harry, y lo que María nos hizo a ambos. El tiempo que estuve de vuelta en mi aldea después de que fui liberada de prisión, fui tratada con respeto, y la misma amabilidad generosa que he conocido mi vida entera.

Pero mi madre me dice que tan pronto como desaparecí a la cabaña, cuentos de mi amorío con Harry explotaron como vapor de una caldera, y el chisme se expandió como fuego alrededor de la aldea. Había millones de historias acerca de veces que nos habían visto, acerca de miradas compartidas o palabras habladas el uno al otro en privado. Ninguna de ellas era verdad, Mary me aseguras. Todos simplemente se preguntaban adonde había ido, donde el Rey estaba. Debíamos estar juntos, ellos razonaron. ¿Vendríamos alguna vez a casa?

Pero todo esto es solo chisme. Lo que mi corazón anhela saber ahora que estamos de vuelta, y Harry está bien, es ¿ellos me aceptan? ¿O ellos me ven como nada más que una amante común con una niña bastarde, y esperan que otra de la realeza se case con nuestro Rey? Cuando Harry estaba desaparecido, Anne era su única conexión a la familia real. Pero con Harry en casa y seguro, ¿cambiará esto? ¿Ellos todavía la adoraran?

El miedo de que mi propia aldea me desapruebe me mantiene despierta por la noche, sin descansar en mi enorme y helada cama.

Simplemente estoy muy asustada de preguntar.

Una semana después de que Harry y Liam se han ido a España, Mary tiene el coraje de traerlo por mí. Ella me observa mezclar vegetales en un cuenco para alimentar a Anne, y su voz calmada se acarrea fácilmente a través de la habitación: —Todos están ansiosos de verte a la par de él.

Levanto la vista, y me toma un segundo entender que ella no está hablando acerca del recién nacido en sus brazos, sino acerca del Rey. Mi corazón parece viajar sobre sí mismo bajo mis costillas. — ¿De verdad?

A la par de él puede interpretarse de muchas formas. Como la madre de Anne, como su amante como...

—Como Reina —Mary añade en un susurro, como si hubiera leído mis pensamientos.

Mi madre y Da se quedan quietos, mirándome. A pesar de la indicación de Harry en su reunión pública de que habrá un festival cuando regrese, a sus sirvientes no ha habido promesa de una boda. O no es que yo les haya dicho a mis padres que planeo casarme con Harry. Todo lo que ellos saben, simplemente puedo ser su amante por el resto de mi vida, criando mi hija en los cuartos de los sirvientes en lo profundo del vientre del castillo.

Mary asiente, y cuando sonríe, es positivamente encantadora: sus rizos son más oscuros que los míos, sus ojos son el café claro de una perfecta taza de té. Parpadeo hacia sus caderas delgadas, su estómago plano. Ella es delgada, y de huesos pequeños. Incluso Robin no se mira tan pequeño en sus brazos. Con una punzada de protección en mi corazón, parpadeo de vuelta a su rostro.

—De verdad —ella dice, inconsciente de mi breve inspección. —Te has convertido en toda una criatura mítica. 'Cuan afortunados hemos sido todos al vivir al lado de ella, ellos se maravillan, 'esta chica hermosa a la cual nuestro amado Rey amó desde el momento en que ella nació'.

—Él siempre ha tenido ojos para ti —Da dice.

—Fue el destino—mi Madre me recuerda. —Yo estaba destinada a tener un niño. Pero tu fuiste puesta allí en vez, para él.

Muerdo una sonrisa, deseando que mi corazón parara de golpear fuerte. Deseando que Harry viniera a casa a mí ahora ahora ahora. Es fácil para mi familia decir tales cosas en la presencia de la prueba: la hija de Harry, mi hija, durmiendo en los brazos fuertes y con cicatrices de mi padre.

~~

Me sacudo y me volteo por la noche, necesitando el peso asegurador de él a la par de mi. Antes de Harry, antes de Liam, dormí sola toda mi vida, pero ahora ni siquiera el confort de los calmados ronquidos de Anne es suficiente para calmarme.

Extraño la calidez de Harry, sus dormidas y rumiantes manos. Extraño la suavidad de su boca en mi hombro, haciendo su camino a mis labios mientras él subía encima de mí en la oscuridad de la noche, medio dormido, casi todo instinto. Extraño las palabras que él habla contra mí, las declaraciones, los sueños.

Volteándome, miro a la pared antes de forzar a mis ojos que se cierren, apretándolos.

En cinco días seguiré el plan que Harry dejó para mí.
Está vez, en la parte más oscura de la noche, me veré con Zayn en los establos.
Cabalgaremos juntos en su caballo, y rezare que nadie nos vea.

Cabalgaremos por dos horas, y regresaremos a casa casi de inmediato. Si podemos vencer a los granjeros a la luz del día, debemos estar bien.

Voy a través de las instrucciones cuidadosas de Harry una y otra vez, y mi pulso sube cada vez.
Estoy aterrorizada.

Por lo que sé, una vez que lleguemos a nuestro destino, esperar que permanezcamos ocultos será lo último de mis preocupaciones. Pasaré las siguientes horas rezando con cada fibra de mi ser que el bebé recién nacido que dejemos atrás permanezca seguro hasta que sea encontrado.

No Fury (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora